La ley del ‘sólo sí es sí’ es el vestigio de este fraude, que hay que borrar, para que hasta Errejón pueda tener derecho a la presunción de inocencia
NotMid 28/10/2024
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Los dos partidos de Gobierno han quedado retratados esta última semana. Errejón, por sus admitidas fechorías en materia sexual, que, si hubieran sido denunciadas en un juzgado y en su momento, serían un abuso de poder, nada más o nada menos, pero no una violación, como desde el caso de la Manada decidió esta gente que era todo lo que les pareciera. Si aquello era una arbitrariedad y la ruina del Estado de derecho, rematada con la ley del sí es sí, lo que realmente se descubre es la hipocresía de unos jueces de entrepierna, autonombrados comisarios de las vidas de los demás. Allá Errejón y las gallinitas que cacareaban «hermana, yo sí te creo»
La única denuncia presentada en un juzgado, tres años después, deja la queja a la altura del agravio. No comparen la violación de esta semana en Guipúzcoa o en Málaga con la frustración de una actriz que, dice, «se había ilusionado». ¡Pobre caperucita roja, a la que le mordió el lobito progre!
Estas tiriteras de la ideología de género han usado el sufrimiento real de las mujeres maltratadas o violadas para montar unos chiringuitos que sólo han servido para colocarse ellas, sin beneficio ni progreso para las «hermanas». Cuando tuvieron cerca un caso de abuso, o mil, lo taparon. Ni les importan las mujeres de derechas ni las de izquierdas: sólo la secta progre y la pasta. La ley del sólo sí es sí es el vestigio de este fraude, que hay que borrar, para que hasta Errejón pueda tener derecho a la presunción de inocencia.
El retrato de Sánchez es aún más revelador. Dijo que no tenía nada que ver con la corrupción de su señora, amigos, ministros y comisionistas, y helo aquí posando sonriente con Aldama, intermediario de los negocios sucios de los Sánchez-Gómez y el Gobierno de PSOE y Sumar, o sea, Sánchez y Errejón. El autor de la foto es Koldo, que entonces no se separaba de Ábalos, a su vez sombra de Sánchez, que ahora dirá que tampoco lo conoce. Nadie conocía a nadie, pero todos hacían negocios con todos.
Lo peor no es la foto, sino la seguridad de que esta prueba un escándalo de corrupción que haría caer a un presidente y a un Gobierno entero en cualquier país europeo, aquí sólo provocará que el Señor Uno ataque a la prensa libre, minoritaria, y a la leve oposición. Lo grave es que este imperio de la hipocresía y la corrupción ha impuesto un golpe de Estado.