Aunque el de Amurrio ande flojísimo, si no existiera Vox, ¿quién defendería ardorosamente la igualdad de los españoles ante la ley?
NotMid 21/07/2023
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
No conozco a nadie que vote o deje de votar a un candidato por su belleza, su apostura o su ingenio en los debates. Creo que declarar ganador a menganito o zutanito es algo propio del periodismo, no de la ciudadanía, pero hace tiempo que los medios se olvidaron de ver qué dice el candidato y no cómo lo dice y si viste mejor o peor. El debate de perdedoresfue más valorado por los espectadores que por los periodistas, que se aburren con las ideas como los niños colgados del móvil, la tableta, Twitter o el selfi.
Sin embargo, el proyecto político de la planchadora que, en sus escasos ratos libres, es ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno es aún más totalitario, dictatorial y mostrenco, trufado de trolas y amenazas, que el de su último jefe Pablo Iglesias en las elecciones pasadas. Sus gorgoritos en plan Pimpinela, a dúo con el telonero Sánchez, diciendo que podemos trabajar menos horas, cobrar más y disfrutar de estupendos servicios públicos, darían risa si el loro no fuera comunista. Pero lo dice alguien cuyos modelos son Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Cristina Fernández de Kirchner, o sea, las dictaduras más feroces y corruptas del mundo, con Rusia y China. Censó en 11.000 los muertos por el cambio climático, antes verano; y dijo que Abascal es responsable de las 1.212 mujeres asesinadas desde 2003, cuando ella lleva cinco años en el poder, y la seguridad de las mujeres ha empeorado, agravada por la Ley Sueltavioladores. Su mezcla de estupidez y sectarismo llevaría a España a la ruina y la checa. ¿Y ese horror ganó el debate?
Valieron más los minutos de Abascal criticando la Ley de Violencia de Género, que destruye la presunción de inocencia y los derechos civiles, que la murga sandía -verde por fuera, roja por dentro- de Barbie Planchita. Y, aunque el de Amurrio ande flojísimo, si no existiera Vox, ¿quién defendería ardorosamente la igualdad de los españoles ante la ley? ¿Quién atacaría la destrucción del campo y el paisaje, la persecución escolar del español o el blanqueo del terrorismo y el comunismo por la izquierda y los medios? Abascal puede hacerlo mucho mejor -por ejemplo, preparando los debates-, pero demostró que Vox sigue siendo un valor insustituible en la derecha española.