Más de 400 personas han perdido la vida en tres desgracias ocurridas casi al mismo tiempo en Corea del Sur, India y Filipinas
NotMid 03/11/2022
ASIA
Un aguacero repentino convirtió las llanuras pantanosas de Maguindanao en un gigantesco sumidero que engulló varias aldeas de esta provincia filipina. Decenas de personas quedaron enterradas en deslizamientos de tierra y otras tantas desaparecieron bajo las inundaciones provocadas por la sacudida de una tormenta tropical que el domingo dejó un rastro de destrucción a su paso por el Mar del Sur de China. Hay más de 120 muertos.
Cuando un puente colgante al oeste de India se desplomó el domingo por la tarde, con la pasarela y una de las vallas sujetadas por los cables estrellándose contra el río, cientos de personas quedaron colgando de uno de los lados, agarradas a lo que podían para no caer. Muchas lograron trepar y salvarse. Otras no lo consiguieron. Fueron, sobre todo, mujeres y niños los que se ahogaron. Las autoridades reportaron 135 muertos.
Más de una tonelada de objetos perdidos se acopian estos días en un almacén de Seúl: 124 bolsos, 258 prendas de ropa, 256 zapatos y 156 productos electrónicos. Estos artículos fueron recogidos por la policía en el callejón de la muerte del barrio de Itaewon y sus alrededores. La cifra de muertes durante la estampida de Halloween del sábado por la noche asciende a 156. La gran mayoría tenían alrededor de 20 años, aunque también fallecieron 11 adolescentes. Entre las víctimas mortales hay 101 mujeres.
Terremoto de fatalidades en el triángulo asiático de desgracias que en menos de tres días se formó en Corea del Sur, India y Filipinas. Más de 400 muertos sumando la estampida de Seúl, el derrumbe del puente en la localidad india de Morbi y las lluvias torrenciales en Maguindanao.
Este último suceso es el único de los tres donde la opinión pública local no busca responsables directos que paguen por la tragedia: nada podían hacer las endebles infraestructuras y las chabolas sumidas en una zona montañosa de extrema pobreza ante la embestida de las fuertes lluvias y deslizamientos de tierra.
Más de 100 rescatistas del ejército filipino pudieron sacar a muchos vecinos que estaban subidos a los techos de las viviendas que resistieron, mientras que familias enteras se ahogaron bajo el agua. La tormenta dejó más de un millón de desplazados. Aún queda medio centenar de desaparecidos.
BÚSQUEDA DE RESPONSABLES
El pasado domingo, mientras las tormentas sacudían Filipinas, en Corea del Sur se levantaban con una de las tragedias más horribles y mortales en la historia del país. Cada día se conocen más detalles sobre las víctimas de la avalancha que condujo a los aplastamientos en el callejón del popular barrio internacional de Itaewon, mientras se señala con fuerza al fracaso de las autoridades locales por no tener un plan de contención ante este tipo de aglomeraciones -según cifras policiales, había 130.000 en la fiesta de Halloween- que eviten estampidas como la que ocurrió.
El presidente Yoon Suk-yeol dijo el martes que el desastre de Itaewon demostró que la nación carece de capacidad en el manejo de multitudes, y prometió proponer medidas para evitar que se repita. “La acción de la policía fue insuficiente. Para aclarar la circunstancia y las responsabilidades, se realizará una intensa inspección interna, sin excepciones”, dijo también el martes en rueda de prensa el comisionado general de la Agencia Nacional de Policía, Yoon Hee-keun.
Las críticas se centran en el pobre dispositivo de seguridad instalado en el barrio a sabiendas de la gran convocatoria que atraería la primera fiesta de Halloween en casi tres años sin las restricciones sanitarias de la pandemia. Se envió a 137 oficiales fueron a Itaewon el sábado, aunque los agentes, como han informado los medios locales, estaban enfocados en operaciones antidroga y de abuso sexual. Para controlar a la multitud no había ni un policía por cada 500 chavales de fiesta.
En India también buscan responsables por el derrumbe de un puente que había sido inaugurado cuatro días antes. El puente colgante de 230 metros de largo que atravesaba el río Machchhu, construido durante el dominio colonial británico en a finales del siglo XIX era la principal atracción turística en Morbi y fue teóricamente renovado por fallos detectados en su infraestructura.
“Los cables se rompieron y el puente se vino abajo en una fracción de segundo. Las personas cayeron unas sobre otras y al río”, dijo uno de los testigos a una televisión local. Las autoridades regionales se personaron el lunes como acusación, por un cargo penal de homicidio imprudente, contra la empresa encargada de renovar el puente, el grupo Oreva, fabricantes de relojes y productos eléctricos, a los que se les había adjudicado un contrato este año para mantener y administrar la atracción durante 15 años. También fueron detenidas nueve personas responsables del mantenimiento y la administración del puente. Entre los 135 fallecidos, había más de una treintena niños menores de 14 años.
Lucas De La Cal