Situada en aguas internacionales que España ha reclamado para sí a la ONU, contiene materiales para fabricar 227 millones de coches eléctricos y llenar medio Reino Unido de paneles solares.
NotMid 11/05/2022
ESPAÑA
Las pinzas del submarino no tripulado arrancan a mordiscos muescas de roca del Monte Tropic, un antiguo volcán con 119 millones de años. Su cúspide, una inmensa planicie relativamente fácil de explorar, está a unos 1.000 metros de profundidad y se encuentra en aguas internacionales próximas a las Islas Canarias.
El batiscafo, comandando desde la superficie por un experto que se encuentra a bordo del buque británico James Cook, trata de obtener muestras para su posterior análisis científico: además de ofrecer imágenes a muy alta resolución, recaba tomas de agua, rocas, animales o de temperatura.
En el James Cook aguarda con expectación el geólogo español Javier González. Forma parte de una expedición cooperativa integrada por colegas de Brasil y Reino Unido. Cuando él y otros geólogos analizan el material extraído por el submarino se percatan de que esa montaña que se esconde en el Atlántico y frente a la costa del Sáhara Occidental contiene, aparentemente, un inmenso tesoro al que España aspira desde la década pasada.
Se trata de un yacimiento potencial único en el mundo de 2.670 toneladas de telurio, aunque también es rica en otros materiales como el cobalto, el níquel o el itrio. Un botín que, según los expertos, en un par de décadas podría comenzar a extraerse mediante actividad minera submarina.
El Tropic contiene tanto telurio que podría servir para cubrir las necesidades de 277 millones de coches eléctricos, y para construir tantos paneles solares como para abastecer el consumo eléctrico de la mitad del Reino Unido. La UE, entre otros materiales, lo ha declarado «estratégico» por su alto valor en industrias emergentes de alta tecnología, con aplicaciones en energías verdes.
Esa desconocida montaña, y no la noticia del hallazgo de un macroyacimiento de gas y petróleo que una empresa británica habría anunciado recientemente sin aportar datos concretos, es la verdadera fortuna hallada en un monte submarino que forma parte de la cordillera que dio origen a las actuales Canarias.
«Descubrimos que había unos depósitos minerales muy importantes cuyo valor comercial es altísimo», explica a Crónica el geólogo Javier González, quien cartografió el Tropic y participó en aquella expedición a bordo del James Cook, llevada a cabo en 2016. «Todavía hace falta mucha investigación sobre ese volcán submarino y que se desarrolle la tecnología para su explotación. Pero no es ninguna utopía. Quizás en 20 años se podría extraer material de ahí. La industria minera se está desarrollando mucho en los últimos tiempos en países como Japón o Corea del Sur».
El Monte Tropic forma parte de un conjunto de cinco islas submarinas que se encuentran al suroeste de las Canarias y justo frente a la franja de costa del Sáhara que Marruecos mantiene ocupado desde 1975. Cuatro de esas montañas sumergidas en el Atlántico se encuentran en aguas españolas, pero todavía no han sido exploradas como el Tropic. Sin embargo, se piensa que pueden ser igual de ricas que ella, con inmensas reservas de telurio, cobalto y otros metales estratégicos que en la superficie de la Tierra se encuentran en cantidades notablemente inferiores.
“ES SÓLO LA PUNTA DEL ICEBERG”
«Realmente, Tropic es sólo la punta del iceberg», apunta Javier González. «Supone un 10 o un 15% de lo que realmente pensamos que puede haber en esa cordillera submarina. La pequeña o mediana ventaja que tiene es que su cumbre es plana, lo que ayuda a un potencial sitio de minado. Otro de esos montes, el Echo, tiene también la cumbre achatada y a menor profundidad, a unos 260 metros».
España lleva años estudiando Tropic y los fondos marinos que lo rodean con el fin de documentar la demanda que presentó en 2014 ante la ONU, cuando pidió extender la plataforma continental de Canarias desde las 200 millas actuales hasta las 350. Ocho años después todavía no ha obtenido respuesta de Naciones Unidas. Y no se prevé que llegue a corto plazo. De ser favorable, añadiría a su jurisdicción casi 300.000 km2 de océano, superficie equivalente a toda Italia.
Tropic se levanta sobre unos fondos marinos que distan 499 kilómetros (269 millas náuticas) del puerto de La Restinga, en El Hierro, el límite más al sur de Canarias, y 677 kilómetros (360 millas) de la punta de Maspalomas (Gran Canaria), el segundo punto más meridional del archipiélago.
A su vez, su emplazamiento se sitúa dentro de una hipotética prolongación de las aguas del Sáhara Occidental desde las 200 a las 350 millas, por lo que deberá ser Naciones Unidas la que determine a quién corresponden esos fondos o si, finalmente, se quedan como aguas internacionales.
Ahora que España y Marruecos se van a reunir en breve -así lo ha confirmado el Ministerio de Exteriores- para abordar el asunto de las aguas territoriales en la fachada atlántica de ambos países (un encuentro que despierta mucho interés en Canarias) es probable que traten este asunto, aunque los expertos auguran que no se podrá plasmar nada al respecto en un documento oficial que comprometa a ambos países.
«España estaría incurriendo en una ilegalidad internacional», explica Juan Francisco Soroeta, profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad del País Vasco. «Cualquier país podría demandarnos ante la justicia internacional. El Sáhara es un territorio en descolonización para Naciones Unidas, por lo que el Gobierno no puede negociar con la autoridad ocupante, que es Marruecos. Se podrá trazar una línea que reparta las aguas que bañan las Canarias, pero nunca repartirse territorio ni franja marítima saharaui».
Tropic es la segunda montaña submarina más alta, después de Echo (que se levanta 3.400 metros, desde una profundidad de 3.700), y la segunda de mayor superficie, tras The Paps, que es un 44% más grande (1.363 km2). Su forma es la de un volcán casi circular. Está coronada por una gran meseta plana con signos de haber estado emergida sobre la superficie del mar, aunque se desconoce hasta cuándo.
Tras aquella expedición cooperativa, el Centro Oceanográfico Nacional del Reino Unido cifró en unas 2.670 toneladas las potenciales reservas de ese metal en el monte Tropic, con concentraciones 50.000 veces superiores a la media que en cualquier otro yacimiento. Sus investigadores calificaron el hallazgo de «asombroso».
En 2011, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) comenzó a estudiar el monte Tropic para documentar la demanda que España presentó poco después ante Naciones Unidas. «Queríamos demostrar que las Canarias formaban parte de ese mismo proceso geológico para dotar de argumentos a la demanda ante Naciones Unidas», explica el geólogo Javier González.
Pero también sirvió para recoger todo tipo de datos científicos, entre otros campos, sobre los minerales. En uno de sus informes, el IGME, que no habló del telurio en ese momento, ya señaló que la montaña contenía notables costras de ferromanganeso en cuatro de esos montes submarinos: Echo, The Paps, Drago y Tropic, el más alejado.
Pero, ¿en qué radica la importancia de esas costras de ferromanganeso? Por un lado, para explicar el pasado geológico que se remonta más de 70 millones de años atrás (las de Tropic parecen ser las más antiguas que se conocen en la Tierra), pero también porque se sabe que las costras submarinas de ferromanganeso, por lo común, son ricas en metales raros.
El IGME lo explicó en octubre de 2017 en su artículo en la revista científica Ore Geology Review. Señaló que esas montañas submarinas están recubiertas de costras de ferromanganeso de hasta 25 centímetros de espesor, con importantes concentraciones de cobalto (0,5%), níquel (0,3%), vanadio (0,24%) y tierras raras con itrio (0,35%), así como trazas apreciables de platino y otros metales de su mismo grupo, como rodio, rutenio o paladio.
Esas cifras señalan que, por cada tonelada de costra, no sólo contiene un promedio de 234 kilos de hierro y 169 de manganeso, sino también cinco kilos de cobalto, tres de vanadio, 3,5 de tierras raras y 182 gramos de platino. La pregunta ahora es si se trata de cifras considerables. La respuesta es sí. Hay 365 veces más platino, 290 veces más cobalto, 24 veces más vanadio, 59 veces más níquel o 10 veces más tierras raras que en otras superficies terrestres.
En el caso de que la ONU concediera a España la competencia sobre las aguas del monte Tropic, el país tendría que redactar una ley de minería submarina, como ya la tienen Noruega o las Islas Cook desde hace dos años. A partir de ahí se podrían comenzar las labores de explotación. «Habrá que hacer estudios de viabilidad, de impacto en el medio, y considerar otros aspectos, pero pensamos que en unos años será un proyecto viable», afirma Javier González. «Otra cosa será si España se ha hecho con esas aguas o no y, por lo tanto, con el Tropic».
Si la explotación de esa montaña submarina se observa como un proyecto factible a medio plazo, muchas más dudas ha generado la reciente noticia de que la empresa británica Europa Oil & Gas habría encontrado frente a la costa atlántica de Marruecos un macroyacimiento de petróleo para extraer alrededor de mil millones de barriles de crudo.
El presidente de la Asociación de Geólogos y Geofísicos Españoles del Petróleo (AGGEP), Jorge Navarro, matiza que ese «falso» anuncio se ha debido a una malinterpretación en los datos anuales publicados por la compañía, a la que considera «seria» y «respetable». «Lo que esta empresa ha hecho, sin hacer ninguna perforación, es decir que, con la información que dispone de anteriores prospecciones hechas por otras empresas, habría volúmenes de estructuras posibles de petróleo y gas que alcanzarían esa cifra. Pero nada más. Ni han descubierto ese macro yacimiento, ni la Oficina de Hidrocarburos de Marruecos ha señalado nada al respecto».
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