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NotMid 10/03/2025
EDITORIAL
Las desgarradoras imágenes de la violencia desencadenada en Siria muestran la crítica situación que atraviesa este país, de nuevo al borde del conflicto civil. Tal como se ha informamos hoy, una de las agrupaciones independientes sirias ha identificado 717 casos de ejecuciones extrajudiciales en al menos 29 localidades, lo que da una idea de la amplitud de las razzias que sufrieron los integrantes de la minoría siria. Varias ONG han denunciado que se está asesinando a familias enteras, niños incluidos, en brutales masacres de alauíes que no hacen más que agravar la ya de por sí precaria situación de un país devastado por la guerra, el desorden y la gravísima crisis humanitaria causada tras 14 años de conflicto armado.
Esta súbita explosión de violencia entierra en sangre la euforia con la que el presidente del país, Ahmed Al Sharaa, fue recibido después de que la ofensiva de un grupo escindido del Estado Islámico precipitara el pasado 8 de diciembre la caída de la dinastía Asad. Su autoridad, aún muy débil, se está viendo sobrepasada por los sectores más radicales. Tanto es así que la situación interna se ha convertido en un terreno abonado para intervenciones externas que podrían ahondar en la fractura del territorio sirio, máxime en un contexto de desestabilización del Estado árabe como consecuencia de las tensiones entre Israel e Irán. Evitar la destrucción de Siria tiene que ser asumido como un imperativo por parte de la comunidad internacional.
