Quien hasta este momento ha formado parte del gabinete de Johnson no parece la figura idónea para unir al partido, según los sondeos que se han realizado durante estas semanas
NotMid 06/09/2022
OPINIÓN
La hasta ahora ministra de Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, ha sido finalmente la elegida para sustituir a Boris Johnson al frente del Partido Conservador, tras una dura batalla interna. Con un margen de apenas 20.000 votos sobre su competidor, el que fuera ministro de Hacienda Rishi Sunak, Truss se ha erigido en la nueva líder de los tories en una votación restringida a los militantes conservadores -tan solo suponen el 0,4% del electorado- con la que se pone punto y final a la turbulenta era Johnson. Pese a presentar su dimisión como primer ministro a principios de julio, Johnson resistió a las presiones y ha prolongado su estancia hasta la elección de la nueva líder en el seno de una formación totalmente dividida. Porque aunque Truss haya sido escogida por los simpatizantes conservadores, hay que recordar que quedó segunda en la votación entre los parlamentarios del partido (113 votos frente a los 135 de Sunak).
La situación de los tories es un fiel reflejo del estado mismo del país, sumido en una profunda inestabilidad a consecuencia de la crisis económica y de un funesto Brexit que, precisamente, atizó el Partido Conservador de David Cameron. Los frutos de esta aventura populista se están prolongando con un balance político demoledor en los últimos años: Truss será la cuarta inquilina de Downing Street en seis años. Esta crisis institucional ha afectado profundamente a un partido clave en el sistema británico, que con esta elección no zanja la división orgánica, ni mucho menos. Porque quien hasta este momento ha formado parte del gabinete de Johnson no parece la figura idónea para unir al partido, según los sondeos que se han realizado durante estas semanas. Únicamente el 12% de los ciudadanos considera que Truss será “buena ministra”. Y su perfil, que fue promocionado porque arrancó la campaña con el apoyo entusiasta de las bases, ya es valorado negativamente incluso para los votantes conservadores.
La nueva primera ministra -la tercera en la historia del Reino Unido-, que será investida hoy después de despachar con Isabel II en Balmoral, tendrá que coger las riendas de un país que vive un momento crítico. Al impacto de la guerra de Ucrania se le une el nuevo desafío independentista en Escocia y la amenaza de una guerra comercial con la UE por cuenta del Protocolo de Irlanda. El desafío lo completa un Partido Laborista que ya aventaja en más de 10 puntos a los tories.