12.000 fabricantes y más de 130.000 trabajadores operan en Chenghai, el mayor mercado de juguetes del mundo, valorado en 56.280 millones de dólares
NotMid 06/01/2023
ASIA
Antes de dejar tierras orientales, los Reyes Magos pasaron por el sur de China y se llevaron miles de paquetes con juguetes de todos los tamaños y formas. Exactamente, aparcaron los camellos en la puerta de una de las varias salas de exposición de unos 15.000 metros cuadrados que hay en Chenghai, donde caminaron por largos pasillos rodeados de estanterías con más de medio millón de juguetes. Se llevaron de todo un poco, pero hubo un juguete en especial que era el más demandado en las cartas que les habían enviado los más pequeños: peluches de Baby Yoda.
Hace apenas 20 años, Chenghai era un pueblo de pescadores en el sur de China que comenzaba a abrir pequeños talleres donde se fabricaban manualmente y con maquinaria rudimentaria unos pocos juguetes para el mercado local, aprovechando el plástico que salía de las plantas de reciclaje que había en los alrededores. Poco a poco, gracias al desarrollo industrial de la región y a su posición privilegiada en el mapa, con salida al Mar de China Meridional -paso clave en las rutas comerciales- justo en frente de Taiwan y muy cerca del próspero puerto de Hong Kong, en Chenghai fue entrando un mercado juguetero más moderno que convirtió las viejas calles embarradas en grandes avenidas asfaltadas rodeadas de fábricas.
Chenghai ahora está registrado como un distrito dentro de la provincia de Guangdong, el centro de fabricación más grande de China. Una región rica e industrial que lleva décadas recibiendo a empresarios y trabajadores norteños que buscan salidas laborales que no encuentran en sus tierras, menos fértiles para los negocios. En medio de los años de aperturismo de una China que estaba consumando las reformas de mercado iniciadas por el líder Deng Xiaoping, muchos empresarios vieron una oportunidad en el boom de los juguetes electrónicos que se estaba dando en Chenghai y en su área metropolitana, Shantou, donde se fue formando una cadena industrial completa: diseño, desarrollo, fabricación de moldes, producción, procesamiento, impresión, empaque, exhibición, promoción comercial y distribución.
En la última década, ya con el presidente Xi Jinping en el trono de Pekín y con la economía nacional asentada como la segunda más grande del mundo, fue cuando Chenghai se ganó el bautismo mediático como la capital mundial de los juguetes. Hoy son 12.000 fabricantes y más de 130.000 trabajadores los que operan en el epicentro del mayor mercado de juguetes del mundo, valorado en 56.280 millones de dólares en 2022.
China es el líder indiscutible de la fabricación y exportación de juguetes: representa alrededor del 75% del suministro global. Y sólo Chenghai alberga casi el 30% de esa producción. Muchos de los juguetes que salen de esta parte del gigante asiático llegaron en barco al puerto de Valencia antes de la campaña de Navidad. El 70% de los juguetes que España compra en el exterior proceden de China, sobre todo muñecas y peluches, que representan una cuarta parte del mercado chino.
Con la pandemia y la eterna política de confinamientos bajo la estrategia de Covid cero, fueron muchas las empresas jugueteras afectadas por los continuos bloqueos, también las españolas de Alicante, las que decidieron devolver toda la producción a casa o trasladarla a otros vecinos asiáticos como Vietnam. No todas las compañías podían resistir las constantes interrupciones en las cadenas de suministros en China y la subida de los precios de los contenedores cada vez que había un parón en los puertos.
En Chenghai, Xie Weichun, gerente del fabricante Yuxing Technology, cuenta que, antes de estas Navidades, la línea de producción de la industria juguetera estuvo funcionando las 24 horas al día para satisfacer la siempre alta demanda pese a la marcha de algunas empresas. Que China haya estado casi tres años con las fronteras cerradas no ha ayudado tampoco a que los clientes extranjeros que compran al por mayor pudieran visitar como hacían antes la producción sobre el terreno. Por ello, como explica Xie, en Chenghai se desarrolló en 2020 una nueva plataforma de exhibición y pedidos en línea, donde se pusieron a la venta más de dos millones de juguetes que acabaron repartidos por más de un centenar de países.
Para este 2023, una vez que el Gobierno chino al fin ha decidido salir de su prisión del Covid cero y abrir todas sus puertas, las industrias del país asiático confían en volver a brillar sin barreras como antes de la pandemia y que regrese el movimiento habitual de viajes de negocios. Para 2027, las previsiones internas indican que el mercado de juguetes de China alcanzará los 78.210 millones de dólares con un crecimiento anual del 6,80%.
Los agentes jugueteros chinos, peones fundamentales porque sólo través de ellos el cliente internacional puede visitar las concurridas salas de exposiciones de Chenghai, se frotan las manos con la vuelta a la normalidad de la segunda potencia mundial en cuanto pase la actual oleada de infecciones sin control.
La industria juguetera china aspira a una pronta recuperación este año, aunque para finales del próximo lustro algunos medios han señalado que le va a salir un duro competidor: India. El diario hongkonés South China Morning Post contaba que Nueva Delhi ha implementado varias políticas para reducir la dependencia de los productos chinos e impulsar la fabricación local de juguetes de plástico y electrónicos. Algunas previsiones dicen que el mercado de juguetes de la India podría duplicarse en dos años, pasando de 1.000 millones a 2.000 millones de dólares.
Agencias