El tono en que el presidente en funciones se dirige al líder ‘popular’ rezuma un revanchismo impropio de su cargo
NotMid 01/08/2023
EDITORIAL
El tono despreciativo con que el presidente del Gobierno en funciones ha respondido a la petición de una reunión que le formuló por carta Alberto Núñez Feijóo anticipa una legislatura aún más bronca y divisiva que la anterior. En democracia las formas son esenciales y sus máximos representantes deben respetar el tono institucional, más aún cuando se trata del presidente del Gobierno. Lejos de cumplir con ambos principios, la actuación de Pedro Sánchez en los últimos días rezuma un revanchismo impropio de su cargo que permite vaticinar que su voluntad pasa por persistir o incluso ahondar en la marginación del centroderecha que le ha caracterizado.
En un intento evidente de sabotear una posible sesión de investidura del líder popular, Sánchez se postula como único candidato, aunque Feijóo, ganador de las elecciones, ha anunciado su voluntad de presentarse.
El presidente afirma que contará con los apoyos suficientes para salir investido, entre los que implícitamente sitúa a Coalición Canaria. El giro de este partido, que gobierna con el Partido Popular en las islas, no parece descartable: en la entrevista que publicamos hoy en nuestras páginas, su diputada electa, Cristina Valido, se abre a cambiar de bloque y defiende que Junts, la formación liderada por el prófugo Carles Puigdemont, no es un partido extremista y que, por tanto, no supone una línea roja para que Coalición Canaria pudiera unirse a los escaños que darían continuidad al Gobierno de coalición.
La negativa del dirigente socialista a establecer una línea de comunicación con Feijóo -a quien ni siquiera felicitó por su victoria en la noche del 23-J- refuerza más si cabe la necesidad de superar la España de bloques que el Gobierno ha promovido a través una intensa polarización. El escenario de profunda división que dibujaron las urnas ha sumido al PP en una comprensible sensación de derrota de la que debe despertar cuanto antes, y en cambio ha infundido una emoción de triunfo en el PSOE que tampoco se ajusta a la realidad.
Si bien el bloque que forma con la izquierda radical y los partidos independentistas suma para alcanzar la mayoría en el Congreso, será únicamente por un escaño: o bien Junts o bien Coalición Canaria deberán votar sí. Se trata de una mayoría democrática y legítima, pero no de un mandato suficientemente claro como para que el PSOE pueda ignorar a los 11,1 millones de españoles que han votado al PP, a Vox o a UPN.
No parece, sin embargo, que esa sea la lectura del presidente, quien no solo se niega a reunirse con Feijóo, sino que compromete a Felipe VI, encargado de designar al candidato a la investidura. La neutralidad del Rey está regulada en la Constitución y ninguno de los aspirantes en liza debe dictarle cómo actuar. Nuestros representantes están obligados a proteger al jefe del Estado como elemento nuclear del sistema constitucional, apartándolo al máximo de la refriega política y no al contrario.