No es que España se vaya a romper en el futuro, es que ya se está rompiendo y hay gente que lo va a tratar de impedir, aunque sea tarde
NotMid 20/11/2023
OPINIÓN
RAÚL DEL POZO
Como en el poema de Andrés Bello, temblad porque el león despertó: “Rompe el león soberbio la cabeza /con que atarle pensó la felonía, /y sacude con noble bizarría / sobre el robusto cuello la melena”. Rugieron las calles de Madrid y, como siempre, regatean las cifras, pero yo he visto el sábado una de las manifestaciones más grandes de la historia apoyando la Constitución y el Estado de Derecho, contra el “muro” de la desigualdad del Gobierno. Era el rugido de once millones de ciudadanos sin miedo, la vanguardia de la oposición a la que intentan separar con un muro. Entre la diosa Cibeles, el reloj de agua de Neptuno, Colón, Atocha, Recoletos y la Gran Vía, era el Madrid que se rebeló contra la amnistía de un Gobierno que aún no ha nacido y ya tiene que defenderse con los antidisturbios.
Le va a ser muy difícil a Pedro Sánchez gobernar contra más de la mitad de los españoles. Han tenido que cortar la A-6 a porque querían ir a Moncloa. Sin barricadas, en un soleado día de otoño, tomaron el centro del Foro para enviar el mensaje de que no se van a callar cuando los humillen. Los que han conquistado el poder no recuerdan que Madrid es la ciudad de los motines -los Gatos, Esquilache, Godoy- y que las grandes manifestaciones -desde el Boston Tea Party a la Marcha de la Sal o el Mayo del 68- han cambiado la historia.
En Moncloa pueden pensar, desde el sectarismo y el culto al jefe absoluto, que la gente no se echa a la calle por defender la separación de poderes, que la mecha de la derecha y la extrema derecha se apagará y que, de secta a secta, ganará la que controla el poder. En la época del populismo, se impone la posverdad, esa forma de llamar a la mentira. Pero están equivocados, porque lo que mueve esta vez a la gente es la democracia y la defensa de la nación que intentan deshacer. Horas después de la manifestación de Madrid, en Bilbao exigían la nación vasca. No es que España se vaya a romper en el futuro, es que ya se está rompiendo y hay gente que lo va a tratar de impedir, aunque sea tarde porque España va a ser gobernada por sus enemigos y sus cómplices fuera de España. Ya ocurrió cuando las abdicaciones de Bayona ante Napoleón. Esta vez el Rey está de nuestra parte, el león despertó y el Gobierno puede ser abatido.