El chavismo afronta un nuevo señalamiento de la ONU en plena campaña de blanqueamiento
NotMid 22/09/2022
IberoAmérica
“Vamos derrotando la campaña mundial contra Venezuela, pero es brutal”. Nicolás Maduro encajó como si se tratase de un doloroso gancho al hígado las críticas en Naciones Unidas y el último informe de la ONU sobre su responsabilidad directa en los crímenes de lesa humanidad para reprimir a la disidencia.
Y si duele más es porque llega en plena campaña de blanqueamiento de la revolución y a pocos días de la reapertura de la frontera, prevista para el próximo lunes, y el tan buscado abrazo con el presidente Gustavo Petro. El Gobierno colombiano estudia la posibilidad de retirar la demanda contra Maduro en la Corte Penal Internacional de La Haya, realizada por el ex presidente Iván Duque en 2018. Se trataría de otro espaldarazo político al hijo de Chávez que, en cambio, no paralizaría las investigaciones por delitos de ejecuciones extrasumariales, torturas, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y violaciones sexuales.
“Hablan pistoladas (tonterías) de nuestra patria y en realidad somos un ejemplo”, se defendió Maduro, quien ignoró las denuncias en derechos humanos. La Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU ha vuelto a mostrar al mundo los horrores que se sufren en Venezuela, pese al manto que los aliados internacionales de Maduro pretenden imponer como relato de la actualidad. “Las violaciones del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) continúan”, concluyó la ONG Provea, que pocas horas después de aplaudir a los expertos de la ONU sufrió la visita de agentes del Sebin para coaccionar a los familiares de presos políticos.
“Venezuela sigue confrontando una profunda crisis de derechos humanos”, resumió Marta Valiñas, al frente de la Misión de la ONU, cuya conclusión principal es que fueron el propio Maduro y otras autoridades chavistas quienes “ordenaron e instigaron” los distintos actos delictivos. Hasta 17 casas clandestinas para torturas a presos y detenidos ha usado la Dgcim, cuyo director es el mayor general Iván Hernández Dala, con quien Maduro mantiene una “estrecha relación” y a quien da órdenes de forma directa. “Maduro debe ser señalado como un dictador y como miembro de una corporación criminal”, reiteró el presidente encargado, Juan Guaidó, quien aprovechó para criticar el encuentro entre José Manuel Albares, ministro español de Exteriores, y el canciller bolivariano, Carlos Faría.
LA VIDA DIARIA VS LA PROPAGANDA
“En Venezuela hay un sistema diseñado para reprimir, incluyendo actos de tortura. A pesar de las narrativas promovidas por el Gobierno venezolano, la Misión de la ONU ha recordado que la situación de derechos humanos sigue siendo grave”, enfatizó el internacionalista Mariano de Alba. La realidad, más allá de quienes se acercan al Gobierno de Caracas, es que Maduro sigue dando ejemplo. En Venezuela, la vida cotidiana va por un lado y la propaganda gubernamental sólo expone las vivencias de los enchufados de la revolución, imposibles para el resto. En las últimas semanas se ha agudizado la inflación de tal forma que el fantasma de la hiperinflación ha puesto a temblar, otra vez, a sus ciudadanos.
A la década de sufrimientos económicos se suman todos los días las múltiples fallas de los servicios sociales, que empujan a los criollos a buscarse la vida en otros países pese a los cientos de vídeos e imágenes que descubren el infierno de tal aventura. Fulminados los récords mundiales de emigración, con más de siete millones de venezolanos en el exterior, la fuga ha proseguido con miles que atraviesan la selva del Darién y el corredor centroamericano hasta llegar a México, el muro y Río Bravo.
La última víctima es una niña de 10 años, ahogada esta semana en uno de los ríos del Tapón de Darién en medio de una crecida por las lluvias. Militares panameños consiguieron rescatar a su madre y a su tía.
Más al norte, y sólo en agosto, las autoridades estadounidenses detuvieron en la frontera a más de 25.000 venezolanos, cuya presencia es tan masiva que han pasado a formar parte de la pelea política entre Washington y los gobernadores republicanos, cuando faltan menos de dos meses para las elecciones de medio mandato en EEUU.
“La posibilidad de enviarlos de regreso (a los emigrantes venezolanos, cubanos y nicaragüenses) a esos países no es racional”, aseguró el presidente Joe Biden tras los polémicos envíos de migrantes desde la frontera colapsada. En su intervención de ayer en ONU, Biden reiteró que la “opresión política” es la causante de la inmensa diáspora venezolana.
Agencias