Suecia presenta el mayor yacimiento de minerales raros de Europa, que con un millón de toneladas podrían aliviar la dependencia de China
NotMid 27/01/2023
Ciencia y Tecnología
Cuando Jan Moström empezó a hablar, una sonrisa atravesaba la cara de todos sus colaboradores y empleados. El escenario era el idóneo y la escenografía, impecable. A 540 metros de profundidad, en el corazón de Kiruna, la ciudad más al norte de Suecia, 150 kilómetros por encima del Círculo Polar Artículo, en la que el gigante LKAB tiene una de las minas más grandes y modernas de todo el planeta. También el timing, aprovechando el viaje de un grupo de corresponsales europeos y del Colegio de Comisarios de la UE, con la presidenta Ursula von der Leyen al frente. Cuando Jan Moström empezó a hablar tenía muy claro lo que iba a decir, y que tendría una gran repercusión, pero lo que no sabía, ni sabe, y es lo que más le preocupaba y preocupa, es si sus palabras servirían para algo mucho más ambicioso: cambiar las reglas de un continente en mitad de su transformación más importante.
“Hoy puedo confirmarles que hemos localizado un yacimiento de minerales esenciales para, entre otras cosas, el desarrollo de coches eléctricos y turbinas eólicas. Tras prospecciones satisfactorias podemos decir que hay recursos minerales de metales raros que exceden el millón de toneladas, el depósito más grande de este tipo en Europa y uno de los más grandes del mundo”, dijo el consejero delegado de LKAB, la empresa minera de participación estatal que ha revolucionado la extracción, reduciendo al mínimo el uso de combustibles fósiles.
La noticia cogió más o menos por sorpresa y dio la vuelta al mundo. Tienen nombres todavía desconocidos, como tungsteno, cobalto, tantalio, indio y galio, vanadio, germanio, antimonio, berilio, renio o niobio, pero los metales raros no son cosa del futuro, sino parte imprescindible del presente. Esenciales para la transición y la tecnología verde, desde los aerogeneradores a los paneles solares. Son mucho menos abundantes que el hierro, el cobre, pero son como los combustibles fósiles para los siglos XI y XX. La demanda se va a multiplicar por dos, por cinco, por 30 en los próximos años. Un coche eléctrico requiere seis veces más elementos raros que un coche normal.
“Es una buena noticia, no solo para LKAB, la región y el pueblo sueco, sino también para Europa y para el clima. Este es el depósito más grande conocido de elementos de tierras raras en nuestra parte del mundo, y podría convertirse en un componente importante para producir las materias primas críticas que son absolutamente cruciales para permitir la transición ecológica”, explica Moström, presidente y consejero delegado del grupo LKAB. La empresa, participada al 100% por el Estado, compró hace unos meses la noruega ReeteC, dejando clara su intención de extraer elementos de tierras raras gracias a una tecnología innovadora para separar elementos y “competir con la producción dominante de China”. LKAB cree que las primeras plantas, en apenas un par de años, producirán más de 700 toneladas de neodimio y praseodimio, casi el 5% de la demanda europea.

EUROPA, VULNERABLE
Hoy en día no se extraen minerales raros en Europa, a pesar de que se espera que la demanda aumente dramáticamente como resultado de la electrificación, lo que puede llevar a una crisis de suministro global en un momento de crecientes tensiones geopolíticas. China domina por completo el mercado, un factor que evidencia la vulnerabilidad de la industria europea, igual que ocurre con los microchips.
LKAB produce el 80% del mineral de hierro de Europa y, gracias al uso de hidrógeno y la ausencia de combustibles fósiles para el proceso, está liderando la transformación de la industria del hierro y el acero. La primavera pasada informaron de resultados prometedores en las instalaciones de Kiruna y Gällivare. El depósito Per Geijer está muy cerca de la primera y parece que contiene hasta siete veces el grado de fósforo que los yacimientos que LKAB extrae en Kiruna en la actualidad. El fósforo es uno de los tres nutrientes principales en los fertilizantes. Aproximadamente la mitad de toda la producción agrícola mundial depende de esto, y Europa lo hace en un 90 % de las importaciones, estando en manos de Rusia una parte significativa de la producción. LKAB estima que había en el suelo cantidad suficiente de minerales raros como para satisfacer una gran parte de la demanda futura de la UE.
Ese yacimiento, en un país vecino, socio, con amplia experiencia en el sector y que tiene la infraestructura, los medios y la logística parece tranquilizador. Pero abre un debate muy profundo en el seno de la Unión. Porque la única forma de que este descubrimiento se convierta en un game changer, un revulsivo y punto de inflexión, es que Europa asuma las nuevas reglas del juego y acepte cambiar de arriba abajo su forma de proceder.

PRODUCCIÓN VERDE
“La electrificación, la autosuficiencia de la UE y la independencia de Rusia y China comenzarán en esta mina. Necesitamos fortalecer las cadenas de valor industriales en Europa y crear oportunidades. La política debe dar a la industria las condiciones para cambiar a una producción verde y libre de fósiles. La minería sueca tiene mucho que ofrecer, porque necesidad de minerales para llevar a cabo la transición es enorme”, apunta la ministra de Energía, Comercio e Industria, Ebba Busch. En sus palabras está la clave. Cuando dice que la política debe generar las condiciones se refiere a una cosa muy concreta: el tiempo y los plazos. Con la regulación actual, pueden ser necesarios muchos años para que la UE se beneficie, un precio demasiado alto con todo lo que hay en juego.
Australia o China tienen recursos en superficie, más baratos y a un coste medioambiental disparatado. Cavar sin pensar en mañana. Europa no puede hacer lo mismo, pero tampoco esperar 15 años. Tiene que elegir, apostar, en mitad de su transformación verde. Arriesgar, porque agilizar puede implicar estándares más bajos que hasta ahora.
El primer paso para la explotación es la solicitud de una concesión para poder investigar las condiciones. LKAB presentará los papeles este mismo año, pero ya tiene una galería, de varios kilómetros, a una profundidad de aproximadamente 700 metros desde la mina de Kiruna. “Ya estamos invirtiendo mucho para avanzar, y calculamos que llevará varios años investigar el depósito y las condiciones para explotarlo de manera rentable y sostenible. Si observamos cómo han funcionado otros procesos de permisos dentro de nuestra industria, pasarán al menos 10-15 años antes de que podamos comenzar a extraer y entregar materias primas al mercado, y eso que hablamos de unas instalaciones como las de Kiruna, donde LKAB lleva extrayendo minerales desde hace más de 130 años. Hay que cambiar los procesos para asegurar este tipo de materia prima en Europa. El acceso es hoy un factor de riesgo crucial tanto para la competitividad de la industria europea como para la transición climática”, explica Moström en una entrevista con Actualidad Económica.
AGILIZAR LA NORMATIVA
El objetivo, que empezó estos días con Von der Leyen y su equipo en persona, es agilizar la normativa, la sueca y la comunitaria. En unos meses Bruselas debe presentar su propuesta para una a Ley de Materias Primas Críticas, y ahí los plazos y la regulación es también crítica. “Hace falta regulación más inteligente y simple”, dice el primer ministro Ulf Kristersson en conversación con esta revista.
LKAB no sabe cuánto tiempo puede llevar, en el mejor de los casos, la explotación, pero no ocultan su prisa. “Tengo muchas esperanzas en la propuesta en la que trabaja la Comisión y que presentará en marzo. Hace falta presionar a los Estados miembro para poder producir nosotros. Es imposible saber con precisión los plazos, porque todo en la mina lleva tiempo, pero lo que podemos reducir es la parte de los permisos. Es una carga muy elevada y lenta. China y EEUU se están situando para acceder rápido a esos materiales y no podemos permitirnos ser los terceros”, añade Kristersson.
Agencias