La espiral inflacionista y la crisis energética son las mayores preocupaciones de los españoles y deberían centrar el debate parlamentario que arranca hoy
NotMid 12/07/2022
EDITORIAL
Después de siete años sin celebrarse, hoy arranca un nuevo Debate del estado de la Nación. Una democracia saludable es aquella que fiscaliza con regularidad al Ejecutivo en el Parlamento ante los ciudadanos y sus representantes. Y no le sirve a Sánchez escudarse en la anomalía de la pandemia, pues ya se encargó el Tribunal Constitucional -que ahora aspira a asaltar- de condenar el cerrojazo parlamentario que el presidente se permitió en virtud de un estado de alarma ilegal. Más bien las razones de la alergia presidencial al Congreso hay que buscarlas en lo precario de su mayoría, que le obliga a cesiones con socios poco confiables que amenazan de continuo la viabilidad de la legislatura y por tanto desgastan al propio Sánchez. Su respuesta: batir todas las marcas de producción legislativa por decreto.
Consciente de que Feijóo podrá sentarse en el escaño pero no intervenir, el presidente intentará aprovechar para afinar la propaganda, sacar algún conejo de la chistera y tratar de reconectar con su electorado en mitad de una espiral inflacionista. Precisamente la marcha de la economía, primera preocupación de los españoles, debiera ocupar el centro del debate, junto con la crisis energética que previsiblemente forzará al presidente a instar al ahorro a los consumidores, en línea con otros países tras el cierre del gasoducto Nord Stream 1. España ya compra más gas a Rusia que a Argelia.
Sánchez debe responder de su gestión y someterla al juicio de la Cámara. Debe analizar hasta qué punto el cacareado “escudo social” está funcionando, y por qué las ayudas y medidas adoptadas llegan tarde o no llegan a los que más las necesitan, como ha denunciado la propia Yolanda Díaz. Es probable que la frustración generada en muchos solicitantes del ingreso mínimo vital se repita con la última iniciativa de los 200 euros para rentas bajas, por no hablar de la chapuza que se improvisó con el descuento lineal de la gasolina. El presidente debe asumir un horizonte de restricciones crediticias por el cambio en la política monetaria del BCE y la subida de los tipos, lo que obligará -mejor temprano que tarde- a un ajuste del gasto en un contexto en que España ya ha empezado a pagar por colocar la deuda.
La coalición invierte ingentes cantidades de tiempo y energía en discutir consigo mismo hasta alcanzar una posición común sobre casi cualquier asunto, si es que llega a alcanzarla. El caso del volantazo en el Sáhara o del incremento del gasto militar pactado con la OTAN, con ese primer crédito de 1.000 millones que motivó la convocatoria inmediata de la comisión de seguimiento de la coalición por parte de Díaz, resulta paradigmático de un modelo fallido de gobernanza.
En nuestras páginas de economía hoy comenzamos una serie dedicada a víctimas concretas de la inflación, ciudadanos de sectores diversos a los que el drástico encarecimiento de la vida los empuja a situaciones cada vez más límite. En esos españoles debería pensar Sánchez hoy cuando se suba a la tribuna. En ellos y en su nulo aguante ya para soportar más mentiras.