El grave discurso de Vance dibuja un negro escenario: Trump quiere debilitar a la UE potenciando a los extremistas europeos
NotMid 16/02/2025
EDITORIAL
Estados Unidos escenificó ayer no solo la quiebra de su alianza con Europa, sino una abierta declaración de hostilidades contra los fundamentos de la Unión. En un marco tan simbólico como la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde más de 60 jefes de Estado y de Gobierno debaten sobre las amenazas globales a la seguridad, el número dos de Donald Trump, J. D. Vance, aseguró que «el mayor peligro para Europa no es Rusia, China u otro actor externo, sino que viene de dentro».
La afirmación es de una gravedad extraordinaria, pues confirma el peor de los escenarios. Ya no se trata de que Europa pueda ser una víctima colateral del aislacionismo de EEUU. Hoy parece inocultable que el objetivo de Trump es debilitar a la gran alianza de naciones que nació contra las guerras nacionalistas y que persiste como el mayor espacio de libertad e igualdad en el mundo.
A juicio del vicepresidente estadounidense, la auténtica amenaza para la UE no es el expansionismo ruso sino su propia «decadencia», fruto de sus políticas sobre libertad de expresión -dañinas para gigantes tecnológicos como el de Elon Musk- y sobre inmigración. Además, atacó a la Justicia, citando al Tribunal Supremo rumano, que anuló las últimas elecciones por las sospechas fundadas de injerencia rusa.
En suma, el enviado de Trump vino a condicionar el apoyo de Washington a que Europa gaste más en su defensa, abandone las políticas «progresistas» y frene la «inmigración masiva». Ni siquiera Vladimir Putin ha apoyado de forma tan clara a las fuerzas de extrema derecha -eurófobas, antiinmigración y aliadas del autócrata ruso- que buscan socavar el proyecto europeo desde dentro.
El discurso cobra una dimensión aún más inquietante al pronunciarse en Alemania, motor europeo en crisis que afronta unas elecciones en las que la extrema derecha de AfD se alza como segunda fuerza en los sondeos. La arenga de Vance da alas a los radicales, reforzados también por el apoyo de Musk, quien intervino en uno de sus mítines. «Hay un nuevo sheriff en la ciudad», zanjó el vicepresidente en tono intimidante.
Horas después, Vance se reunía con Volodimir Zelenski, para trasladarle su plan para Ucrania: pactar con Rusia el fin de la guerra excluyendo de la negociación tanto a Kiev como a Bruselas. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, advirtió que «una Ucrania derrotada debilitaría a Europa, pero también a EEUU» e instó a acelerar la entrada de Kiev en la UE. También se mostró a favor de flexibilizar las reglas fiscales en vigor para excluir las inversiones militares, lo que daría a los Gobiernos un margen imprescindible para invertir «cientos de miles de millones» en Defensa sin violar las normas presupuestarias comunitarias.
EEUU ha dejado clara su intención de debilitar a Europa en tres frentes:el de la seguridad, abandonándola frente a Rusia; el político, alentando el auge de los populismos; y el económico, con una guerra arancelaria. Ante ello, es ya inaplazable avanzar en una mayor integración para negociar desde una posición de fuerza, apostar por la autonomía estratégica con un aumento sustancial del gasto en defensa y apoyar a los sectores más golpeados por las tasas estadounidenses. Europa necesita unirse para afrontar una crisis de carácter histórico: está sola en la defensa del orden liberal.