El duelo en Sol, como le ocurrió a Pablo Iglesias, va a devorar a Sánchez
NotMid 24/10/2024
OPINIÓN
Raúl del Pozo
Dialéctica es el intercambio de argumentos lógicos y oratoria significaba hablar en público con elegancia. Ya se ha acabado la galanura de los picos de oro y el intercambio de razonamientos; ahora en la esgrima política se llevan los discursos del odio. Un insulto a tiempo es una victoria. El desafío entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso se extiende a sus compañeros de coalición Sumar y a Junts, que votan en ocasiones con el PP, acompañados de Ábalos. El Gobierno solo complace a los separatistas, pero no le corresponden. El Congreso es la Torre de Babel: se cofunden las lenguas.
Sánchez ha levantado muros y ha dinamitado el consenso, y solo le interesa ir ocupando las instituciones del país, desde el Banco de España a RTVE . Su estilo es el de la puñalada trapera, que no se refiere al oficio, sino a la lucha de familias por el poder en Úbeda. Se basa en el exterminio político del adversario colocando el jarabe de pico a la extrema derecha. Como ha escrito Juan Luis Cebrián, estamos ante la degradación del PSOE actual, que se muestra incapaz de gobernar mientras su gestión comienza a parecerse a un crimen de lesa democracia.
Isabel le dio plantón al presidente del Gobierno porque le parece un fraude la financiación singular de Cataluña, un atropello del que ella considera el político más corrupto y autoritario de Europa. Los dos se han llamado de todo durante los últimos meses. Isabel le deseó al presidente que se lo llevaran p’alante; le insultó llamándole «mafioso», «caudillo bolivariano», «estafador» y «matón». Él pide su dimisión tildándola de «ida», «loca» y «corrupta», mientras se refiere a su novio como un «delincuente confeso». Los ministros la atacan también.
Pilar Alegría la acusa de «absentismo laboral» por negarse a ir a Moncloa y de dar un varapalo al «liderazgo menguante» de Feijóo. El líder del PP la apoya, por supuesto. Ayuso declara que no quiere estar en la foto de la normalidad y llama al presidente y a su esposa a la Asamblea de Madrid. Que espere sentada. Pero Pedro siempre choca con lo que le puede hacer más daño: jueces y periodistas, y la estrella del cine mudo que es recibida con ovaciones, vaya donde vaya . Tendría que echar a los 800 asesores que le llevan a la catástrofe. El duelo en Sol, como le ocurrió a Pablo Iglesias, le va a devorar.