España es el quinto país de la UE con la peor tasa de empleo para los “recién” graduados: 83%
NotMid 11/08/2023
ESPAÑA
Dos de cada diez españoles que ha cursado estudios superiores -de Formación Profesional, Universidad, máster o doctorado- no encuentra empleo en los primeros tres años después de graduarse, lo que sitúa a España como el quinto peor país de la UE en empleabilidad para este colectivo.
Según los datos publicados este jueves por Eurostat, la tasa de empleo de los jóvenes de entre 20 y 34 años que han acabado su formación superior se sitúa en el 83% durante los primeros tres años después de graduarse, frente al 87% de media en la Unión Europea. Sólo hay una tasa de empleo inferior a la española en Grecia (70,1%), Italia (74,6%), Croacia (80,7%) y República Checa (82,4%).
Por el contrario, los países en los que cursar estudios superiores es más efectivo para incorporarse al mercado laboral son Letonia -donde más de 9 de cada 10 encuentra empleo tras graduarse, el 94,9%-, Hungría (con un 94,5%), Alemania (94,4%), Malta (94,4%) y Países Bajos (94,3%).
Pese a que se sitúa en quinta posición por la cola, España ha mejorado la empleabilidad juvenil de los formados en los últimos años, a medida que se recuperaba el mercado laboral. En el año 2013, en plena crisis económica, por cada cien graduados que terminaban sus estudios superiores, 33 no conseguía un puesto de trabajo, mientras que esa proporción ha ido bajando progresivamente hasta los 17 en que se sitúa actualmente.
La mejora, sin embargo, no ha permitido recuperar el máximo que se alcanzó en el año 2007, antes del estallido de la crisis financiera, cuando la tasa de empleo de los recién licenciados se situaba en el 87,7%. La tasa de empleo media en la Unión Europea sí ha cerrado casi por completo esa brecha con respecto a hace quince años, ya que ahora se sitúa solamente dos décimas por debajo -frente a los 4,7 puntos de diferencia en la española-.
“Lo que indican estos datos es que en España hay más problemas para aprovechar el capital humano acumulado: menores tasas de actividad de los jóvenes con estudios superiores y mayores tasas de paro. Las implicaciones de la menor tasa de empleo son negativas tanto en el plano de las oportunidades individuales como a nivel colectivo, pues se traducen en un desaprovechamiento de parte del esfuerzo inversor en educación realizado con recursos públicos y también privados”, señalan la Fundación BBVA y el IVIE en su ‘Análisis de la inserción laboral de los universitarios’, de este año.
Los autores del informe recuerdan que “el mercado de trabajo español padece desde hace décadas problemas de funcionamiento importantes, tanto por el lado de la oferta como de la demanda, que colocan en una posición desfavorable a los jóvenes. Los titulados los padecen con menor intensidad, pero gozan de menos ventajas que los universitarios de otros países y no se libran de los efectos que el ciclo económico tiene sobre el empleo”, explican.
LAS CARRERAS CON MÁS SALIDAS
Pese a que en términos generales se encuentran en peor posición relativa, existen importantes diferencias en función de la titulación y el campo de estudio, aunque también influyen otras variables como las características personales, las decisiones tomadas por el estudiante (universidad elegida, si se ha ido de Erasmus o no y a dónde, si ha realizado prácticas, etc.), la comunidad autónoma en la que reside o el método de búsqueda de empleo.
En términos generales, los graduados en informática son los que tienen menos dificultad para encontrar un trabajo (con una tasa de empleo del 96,3%), seguidos de los ingenieros (92%) y de aquellos que han estudiado alguna titulación vinculada con la salud y servicios sociales (92,1%). No sólo tienen más facilidad para incorporarse al mercado laboral, si no que lo hacen en mejores condiciones; por ejemplo, “en la mayoría de los títulos asociados a informática e ingeniería, el porcentaje de graduados que ingresa más de 1.500 euros mensuales supera el 75%”.
Por el contrario, los estudios de artes y humanidades, así como los vinculados a las ciencias sociales, periodismo o documentación, son lo que tienen resultados menos favorables, con tasas de empleo inferiores al 80% y, además, “se desploman los indicadores de calidad del empleo, con niveles de ajuste de las ocupaciones a la formación cursada situados con frecuencia por debajo del 60%, y una mayoría de titulados con salarios inferiores a los 1.500 euros”.
Por esta razón, el índice de inserción laboral que elaboran la Fundación BBA y el IVIE sitúa en los primeros puestos a informáticos e ingenieros y deja en último lugar a los estudiantes de servicios y arte y humanidades. Estas diferencias que sufren los graduados se perpetúan también en los que han terminado un máster o un doctorado.
Las diferencias en el empleo entre estas titulaciones se replican en la tasa de paro, que tampoco es la misma para todos los estudiantes.
Según datos de la Encuesta de inserción laboral de titulados universitarios del INE, cuyos últimos datos actualizados son a cierre de 2019, la tasa de paro más baja es la de los informáticos (del 2,3% en ese año), seguida de la de los dedicados a la salud y servicios sociales (4,1%) y la de los ingenieros (4,7%), profesiones que prácticamente se encuentran en situación de pleno empleo.
Por el contrario, la tasa de desempleo entre los egresados de arte y humanidades ascendía entonces al 13,6%; la de los graduados en Educación estaba en el 12,1% y la de los estudiantes de ciencias, en el 10,5%.
“La tasa de desempleo varía considerablemente entre las diferentes áreas de estudio. Pero, incluso la tasa de desempleo más elevada, la del área de artes y humanidades (13,6%), es inferior a la tasa media de paro (14,1%), lo que muestra que la mayoría de los estudios universitarios tienen un efecto positivo sobre la empleabilidad, si bien este efecto es muy dispar en función del área de conocimiento y en concreto de la titulación”, recoge Randstad Research en un informe elaborado junto al CEU.
Agencias