Análisis de las tendencias mundiales que, tarde o temprano, afectarán a su bolsillo
NotMid 19/01/2025
OPINIÓN
PABLO PARDO
A falta de diez días para irse de la presidencia de EEUU (mañana, lunes) Joe Biden le ha dejado un regalo envenenado a su sucesor, Donald Trump, al quintuplicar el número de barcos rusos que, en la práctica, Washington ha sancionado, de tal manera que esas naves lo tendrán muy difícil para transportar cualquier mercancía fuera de su país. Con la decisión, se ha ‘cuasi inmovilizado’ a 117 de los 430 petroleros de Rusia, lo que dificultará la exportación de crudo a sus dos grandes compradores: China e India. El petróleo ha reaccionado con una subida del 5%, pero su impacto va más allá. Con un petróleo más caro la inflación de EEUU tardará más en caer, pese a que ésa es la promesa de Trump con la que ganó las elecciones. Al mismo tiempo, Trump no va a querer reducir la oferta mundial de petróleo, no sea que el precio suba aún más, con lo que su otro objetivo, que es endurecer el bloqueo comercial a Irán, es mucho más difícil.

La esquizofrénica política europea en relación a Rusia
Es posible -para muchos, seguro- que Donald Trump fuerce un alto al fuego en Ucrania que implícitamente reconozca la ocupación por Rusia del 20% de ese país. Si eso pasa, los europeos se echarán las manos a la cabeza, pese a que su política hacia Rusia no hay por dónde agarrarla. Un ejemplo: el mismo día en el que Bloomberg informaba que la UE estudiaba reducir gradualmente (en la UE todo es “gradual”) las compras de aluminio y GNL a Rusia, Financial Times desveló que los quince petroleros-rompehielos que permiten a Moscú explotar el yacimiento de hidrocarburos de Yamal, en el Ártico, dependen para su mantenimiento de Francia y Dinamarca. Así, la UE mantiene abierta una explotación clave para Rusia -que, encima, ha causado una catástrofe medioambiental-, y sus compras de gas natural a ese país baten récords, pero quiere reducir su dependencia de ese vecino hostil.
Otra red social china, la mayor beneficiaria de la incertidumbre sobre TikTok
Esta semana, las dudas sobre qué hará el Tribunal Supremo de Estados Unidos con TikTok catapultaron al ‘número uno’ de descargas de la AppStore a la relativamente poco conocida red social RedNote, mientras el hashtag TikTokRefugee (#RefugiadoDeTikTok) se convirtió en tendencia. Pero RedNote es tan china como TikTok, y su verdadero nombre en mandarín significa ‘Pequeño Libro Rojo’, que es exactamente título del libro más famoso sobre el dictador comunista chino Mao Zedong. Al igual que ByteDance, dueña de TikTok, RedNote tiene inversores extranjeros, incluyendo a un fondo estadounidense, GGV, y a otro que mantiene estrechos lazos con ese país, Sequoia Asia. Como todo en la China de hoy, RedNote solo tiene de comunista el nombre, pero, también como todo en la China actual, su sometimiento al Gobierno de ese país preocupa a muchos países. Taiwán ha prohibido la app por seguridad nacional.

Israel quiere desarrollar su industria de defensa
Una de las lecciones de la guerra de Ucrania es que tener armas compradas a terceros países siempre reduce la soberanía nacional, porque el fabricante tiene derecho de veto acerca de su uso o transferencia. Eso quedó muy claro en el caso de los cinco países europeos (Holanda, Dinamarca, Noruega, Bélgica, y Grecia) que van a dar 129 cazabombarderos F-16 a Ucrania. Como los aviones se fabrican en Estados Unidos, tuvieron que esperar meses hasta la ‘luz verde’ de Washington para su entrega. Otro en esa situación fue Israel, a quien EEUU suspendió temporalmente la entrega de algunos tipos de bombas que estaba usando en bombardeos contra zonas civiles en Gaza. Así que Tel Aviv -que recibirá 85.000 millones de euros en ayuda militar de EEUU en los próximos diez años- contrató por 243 millones de euros a la empresa israelí Elbit para fabricar esas bombas, y que su Fuerza Aérea pueda usarlas siempre.
Los vinos franceses, en peligro por el cambio climático… y el cultural
Uno de los símbolos mundiales de sofisticación, el vino francés, está en peligro. Los jóvenes están dejando de beberlo, tanto porque prefieren otras bebidas espirituosas como por su creciente tendencia a rechazar cualquier tipo de alcohol. Según han declarado a Financial Times la patronal Consejo Interprofesional de Vino de Burdeos (CIVB) y la firma de análisis de mercados Nielsen, un francés de entre 18 y 25 años consume un 80% menos vino que su abuelo, con un desplome que alcanza el 90% si es vino tinto. A eso se suma que el calentamiento de la Tierra cambia el vino, y abre nuevas áreas a la competencia, ya sea el pre-pirineo catalán, Gran Bretaña, o, en EEUU, Virginia, Oregón y Nueva York. Por si eso no bastara, la demanda de vino se hunde en China. Nuestros vecinos del Norte siempre han sido muy buenos a la hora de hacer marketing de sus caldos, pero parece que esta vez el declive es estructural.

China: más déficit, ahora para subvencionar microondas y lavavajillas
Acaso una de las razones por las que el crecimiento chino siga a la baja sea no solo el cambio demográfico (cada vez hay menos chinos), o sus cuellos de botellas económicos (esencialmente, por la crisis inmobiliaria y financiera y el control por el Estado del mercado) sino, también, la trampa de la deuda. Las deudas privada y pública llevan años creciendo al doble de velocidad que el PIB, y eso podría estar generando histéresis, un término que los economistas han copiado a los físicos para referirse a la ausencia de efectos cuando se aplica una fuerza (en este caso, la política fiscal). La última oleada de subsidios estatales tiene casi cierto toque humorístico: esta semana, Pekín anunció que subvencionará en un 20% la compra de lavavajillas, microondas y ollas eléctricas para hacer arroz. Buena suerte, porque la estrategia recuerda a Japón en los noventa y que no funcionó entonces.
Agencias