El bloque se niega a legitimar los comicios que dieron la victoria al partido gobernante prorruso. Observadores internacionales reportaron múltiples irregularidades y presiones a los votantes.
NotMid 27/10/2024
MUNDO
La crisis política en Georgia se profundizó este domingo cuando los primeros 20 candidatos de la Coalición por los Cambios, principal bloque opositor proeuropeo, renunciaron a sus mandatos parlamentarios en protesta por lo que califican como un fraude electoral masivo en las elecciones del sábado, ganadas por el partido oficialista Sueño Georgiano, de acuerdo a los datos divulgados por el ente oficial.
“Las elecciones fueron falsificadas y los resultados son ilegítimos. No queremos legitimarlas con los votos que le fueron robados al pueblo de Georgia”, declaró Nana Malashjia, líder de lista del bloque opositor que obtuvo el 11,3% de los votos y 18 escaños en el nuevo Parlamento.
La decisión reaviva el escenario de crisis institucional vivido tras las elecciones de 2020, cuando la oposición también rechazó los resultados y boicoteó el trabajo legislativo, desencadenando masivas protestas, algunas de ellas violentas.
En este contexto, el ex presidente encarcelado de Georgia y líder de la oposición, Mikheil Saakashvili, que encabezó la incruenta Revolución de las Rosas en 2003, hizo un llamamiento a protestas masivas contra el gobierno.
“Ciertamente, ¡nadie debe entrar en el Parlamento! Ha llegado el momento de las protestas masivas. Debemos mostrar al mundo que luchamos por la libertad y que somos un pueblo que no tolerará la injusticia”, afirmó en Facebook.
Nika Melia y Nika Gvaramia, líderes de la Coalición por el Cambio, y Nana Malashkhia, tras el anuncio de los resultados a pie de urna de las elecciones parlamentarias, en Tiflis. (REUTERS/Zurab Javakhadze)
La Misión Internacional de Observadores Electorales, que incluye a la OSCE, el Consejo de Europa y la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, respaldó parcialmente los reclamos opositores al señalar múltiples irregularidades en el proceso electoral, incluyendo presiones sobre votantes, especialmente empleados públicos, y un “ambiente tenso” que puso en duda la libertad del sufragio.
El informe también señala deficiencias significativas en el marco regulatorio, indicando que las recientes modificaciones a la legislación electoral “suponen un paso atrás” y podrían utilizarse para obtener ventajas políticas. Una preocupación particular es el control que estas enmiendas otorgan al partido gobernante -afín a la Rusia de Putin- sobre la Comisión Electoral Central (CEC), incluyendo la eliminación del cargo de vicepresidente, anteriormente ocupado por la oposición.
Los resultados finales, anunciados tras anular la votación en un colegio de la ciudad de Marneuli por irregularidades, otorgan a Sueño Georgiano el 53,92% de los votos y una sólida mayoría parlamentaria. Los cuatro bloques opositores sumaron en conjunto 37,78% de los sufragios.
El primer ministro de Georgia, Irakli Kobajidze, durante una reunión de la Comunidad Política Europea en julio (REUTERS/Hollie Adams)
El desafío opositor fue respondido con sarcasmo por el secretario ejecutivo de Sueño Georgiano, Mamuka Midnaradze, quien propuso a toda la oposición “no sumarse al Parlamento”. “Entonces se instaurará un buen ambiente de trabajo, sin sabotajes. Que retiren todas sus listas de la Comisión Electoral Central. Y nosotros trabajaremos”, sentenció.
La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos. Alemania, a través de un comunicado oficial, ha vinculado las aspiraciones europeas de Georgia a la resolución de las irregularidades señaladas por los observadores internacionales, mientras la Unión Europea advirtió que el resultado de estas elecciones influirá en las posibilidades de ingreso del país al bloque.
Por su parte, el primer ministro Irakli Kobajidze ha declarado que el nuevo Parlamento se constituirá en los próximos diez días con o sin el beneplácito de la presidenta Salome Zurabishvili, quien se ha alineado con la oposición proeuropea y ha denunciado manipulación en el escrutinio.
“Operación especial de la KGB”
Tina Bokuchava, presidenta del Movimiento Nacional Unido, ha declarado que “la opción europea ganó las elecciones” (REUTERS/Irakli Gedenidze)
La oposición ha sido contundente en su rechazo a los resultados. Tina Bokuchava, presidenta del Movimiento Nacional Unido, ha declarado que “la opción europea ganó las elecciones” y ha acusado al régimen de Bidzina Ivanishvili, fundador de Sueño Georgiano, de manipular los resultados. Mamuka Jazaradze, de Georgia Fuerte, ha llegado a comparar el proceso con “una operación especial de la KGB”.
La presidenta Zurabishvili, quien mantiene reuniones con líderes de la oposición en el Palacio de Orbelian, se dirigirá a la nación en medio de una crisis que amenaza con profundizar la polarización política en el país y podría afectar sus aspiraciones de integración europea.
La victoria de Sueño Georgiano profundiza las tensiones entre Bruselas y Tiflis, especialmente después de que el partido gobernante hiciera campaña presentándose como el único capaz de evitar una supuesta “ucranización” de Georgia. Antes de los comicios, el gobierno había declarado su aspiración de obtener tres cuartas partes de los escaños parlamentarios, una mayoría que le permitiría modificar la Constitución y, según sus planes, prohibir los partidos opositores prooccidentales.
Un manifestante sostiene una bandera de la Unión Europea durante las protestas contra un proyecto de ley sobre “agentes extranjeros” en mayo de este año en Tiflis (REUTERS/Irakli Gedenidze/archivo)
El país caucásico, con una población de aproximadamente cuatro millones de habitantes, ha experimentado una creciente polarización en los últimos meses. En mayo, Georgia fue escenario de masivas manifestaciones contra una ley sobre “influencia extranjera” inspirada en legislación rusa utilizada para reprimir a la disidencia. Como respuesta, Bruselas congeló el proceso de adhesión a la UE y Estados Unidos impuso sanciones a funcionarios georgianos acusados de autorizar una “represión brutal” contra los manifestantes.
El panorama se complica por la sombra del conflicto con Rusia, que mantiene bases militares en las regiones separatistas de Absajia y Osetia del Sur desde la breve guerra de 2008. Estas regiones son reconocidas por Moscú como estados independientes, una situación que continúa generando tensiones geopolíticas en la región.