NotMid 30/06/2022
Estilo de Vida
Cuando Steve Ballmer entró en Microsoft no recibió ninguna acción. Tampoco aparece en la mítica foto de los once primeros trabajadores de la compañía. Aunque posteriormente escaló y acabó recogiendo el testigo de Bill Gates como CEO de Microsoft, Ballmer llegó en 1980 y se le considera el trigésimo empleado. Pero gracias a una peculiaridad con su contrato, acabó consiguiendo el 8% de las acciones de Microsoft.
Una jugada maestra que hoy en día le ha permitido colocarse entre los más ricos del mundo, con una fortuna valorada en más de 80.000 millones de dólares, según la revista Forbes.
De cómo Ballmer consiguió el 8,75% de Microsoft pese a las reticencias de Paul Allen
Steve Ballmer y Paul Allen, cofundador de Microsoft, tenían sus diferencias, pero como reconoció el propio Ballmer tras la muerte de Allen en 2018, fue un “amigo, profesor y mentor”. El conflicto entre las dos personalidades de Microsoft tuvo uno de sus episodios más intensos cuando Bill Gates ofreció el 8,75% del stock de Microsoft a Ballmer.
Según relata el propio Paul Allen en su libro ‘Idea Man: A Memoir by the Co-founder of Microsoft’, la idea inicial fue ofrecerle hasta el 5% de la empresa, porque estaban seguros que Ballmer no dejaría Stanford a menos que tuviera un porcentaje de las acciones.
Sin embargo, Gates terminó por ofrecerle el 8,75%, considerablemente más de lo que Paul Allen había acordado. “Mira, tenemos que tener a Steve. Recuperaré los puntos extra de mi parte”, expresaba Gates. Una postura que Allen aceptó y ejemplifica como Ballmer logró conseguir más stock de lo que los propios cofundadores de Microsoft tenían pensado darle.
Que una persona que se añade tan tarde a una empresa consiga un porcentaje tan alto no es habitual. Su puesto inicial fue el de “gerente comercial”, pero logró negociar su contrato mucho mejor y acabó convirtiéndose en una de las figuras más relevantes de la compañía.
Steve Ballmer fue el primer fichaje no técnico de Microsoft. Gates y Allen necesitaban ayuda inmediata y apostaron por Ballmer, con un salario inicial de 50.000 dólares, pero también un 10% de todo el crecimiento en ganancias que él pudiera generar.
Sin embargo, en aquellos años Microsoft empezó a crecer como la espuma y ese 10% de las ganancias no era sostenible. Y aquí es donde se produjo el cambio de contrato que ha acabado convirtiendo a Ballmer en una de las personas más ricas del mundo.
Gates tenía el 64% y Allen el 36%. Pero aprovechando el crecimiento se decidió cambiar la estructura de la compañía. Gates y Allen se quedaron con el 84%, el 8% fue a parar a inversores y el 8% se lo quedó Ballmer a cambio de renunciar a su acuerdo del 10% de las ganancias.
Lo que en 1980 parecían unas condiciones aceptables para Ballmer terminaron convirtiéndose en algo insostenible debido al crecimiento disparado de Microsoft. En 1986, con la salida a bolsa de Microsoft, Ballmer consiguió de golpe 56 millones de dólares.
Han pasado ya muchos años desde entonces, pero Ballmer todavía mantiene cerca de un 4% de las acciones de Microsoft. Con la actual valoración de estas acciones, Ballmer ha ido escalando hasta los primeros puestos de los más ricos del mundo. Todo por saber pactar unas condiciones ambiciosas pero lógicas en un primer momento y saber adaptarse cuando hubo una reestructuración.
XaTaCa