NotMid 14/06/2024
ASIA
Las rabietas de China suelen cocinarse a fuego lento, esperando el momento oportuno para devolver el golpe. Así jugó en la guerra comercial con Estados Unidos que arrancó con Donald Trump en la Casa Blanca. Y la estrategia puede ser idéntica en la larga pelea que se avecina ahora con la Unión Europea. Si desde Bruselas toman medidas proteccionistas contra los coches eléctricos chinos, en Pekín apuntan hacia el coñac francés, las importaciones de carne de cerdo y lácteos de España, Países Bajos e Italia, o los automóviles alemanes y eslovacos.
“Europa ha experimentado guerras comerciales varias veces en el pasado que han demostrado repetidamente que los aranceles nunca han sido una solución para mantener la competitividad. Los países de la UE necesitan aprender de su historia y ser más visionarios, aprovechando el vasto potencial de la cooperación China-Europa“, reza el editorial del diario Global Times, uno de los altavoces mediáticos del gobernante Partido Comunista Chino (PCCh).
En Pekín, como era de esperar, no ha sentado nada bien que Bruselas anunciara el miércoles que impondrá aranceles de hasta casi el 48%, haciendo además caso omiso de las advertencias de potencias como Berlín sobre que esta decisión puede desatar una costosa guerra comercial con la superpotencia asiática.
Ahora, todos en Europa están a la espera de que China consume la venganza que había prometido si la investigación UE sobre los fabricantes de coches eléctricos acababa con la aplicación de aranceles adicionales.
En Pekín ya movieron ficha a principios de año abriendo otra investigación antidumping sobre el precio del brandy importado de la UE. Esto alarma especialmente a los productores de coñac francés, sobre todo después de que París haya sido el principal partidario de la subida de aranceles a los vehículos chinos importados.
Otro de los impulsores de la investigación de la UE ha sido España, que podría sufrir las represalias de Pekín si las autoridades chinas apuntan también a la carne de cerdo, sector en el que España fue en 2023 su principal proveedor, aunque en el primer trimestre de este año el primer puesto lo ocupó.
Hace un par de semanas, los medios chinos desvelaron que varias empresas del país asiático estaban planeando solicitar a las autoridades que abran una investigación antidumping sobre las importaciones de algunos productos porcinos de la UE.
Los fabricantes de automóviles europeos también temen que China responda ahora con una subida adicional del 25% de los aranceles al 15% que ya está aplicando. “Instamos a la UE a cumplir su compromiso de apoyar el libre comercio y oponerse al proteccionismo. China tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar firmemente sus derechos e intereses legítimos”, reiteró este jueves un portavoz del Ministerio de Exterioreschino. “La Comisión Europea politiza y convierte en armas las cuestiones económicas y comerciales. La UE fabricó y exageró los llamados subsidios. Este es un acto proteccionista descarado”, ha manifestado también el Ministerio de Comercio del país asiático.
“La investigación anti subvenciones que inició la UE es en realidad una presunción de culpabilidad con fuertes sesgos subjetivos. La sentencia divulgada por la Comisión Europea carece de fundamento fáctico y jurídico. En lugar de llamarlo una conclusión sobre las empresas chinas, es más bien un ejemplo claro de cómo algunos europeos politizaron y utilizaron como armas las cuestiones económicas y comerciales”, continúa el editorial del Global Times.
Este jueves, los medios estatales chinos se llenaron de opiniones de analistas en las que también echaban la culpa a Washington del “ataque de la Comisión Europea a la industria china de vehículos eléctricos”, después de que EEUU anunciara un aumento de los aranceles sobre estos automóviles del 25% al 100%.
“La investigación anti subvenciones puede verse como un acto auto orquestado con un fuerte sesgo político llevado a cabo por la Comisión Europea”, asegura Sun Yanhong, investigador principal del Instituto de Estudios Europeos de la Academia China de Ciencias Sociales.
Otros análisis que hacen desde Pekín se centran en que los fabricantes chinos van a mitigar el impacto de estos nuevos aranceles apostando aún más por la construcción de instalaciones de producción en países con los que el Gobierno chino mantiene muy buenas relaciones, como Turquía, Serbia y Hungría.
BYD, el mayor fabricante de vehículos eléctricos de China, ya anunció en diciembre que planeaba construir su primera fábrica en Europa en el sur de Hungría. Otra empresa, Chery Automobile, confirmó en abril que había cerrado su llegada a Barcelona y que estaba trabajando en un acuerdo también con Turquía para instalar allí una fábrica.
Agencias