NotMid 09/05/2022
OPINIÓN
JOSÉ PERLAS
¡Qué frescura la de Carlos Alcaraz! Alexander Zverev no encontró la forma de contrarrestar su juego. Todas las circunstancias que supo rentabilizar en los partidos anteriores, las que le llevaron a ganar dos títulos en Madrid y a mantenerse hasta este domingo invicto en la central, se revelaron inútiles en una final donde el español le fundió de principio a fin.
En los intercambios, la pelota que mueve Alcaraz, sobre todo derecha contra derecha, es inabordable. Ha hecho lo que ha querido con él, ganando pista con los primeros tiros con su drive, jugando con velocidad y anticipación. Al alemán le ha faltado querer afrontar la dificultad del momento, aunque si lo hubiera intentado tal vez el desenlace hubiera sido el mismo, dada la extraordinaria distancia que hay ahora mismo entre ambos.
Alcaraz ha superado consecutivamente a los tres mejores tenistas que hay ahora mismo en la competición: primero Nadal, a continuación Djokovic, y en la final Zverev, que, no lo olvidemos, es el número tres del mundo. Este chico se lo pasa muy bien jugando y creando tenis y consigue que los demás también disfrutemos viendo cómo lo hace. Es tal su variedad de golpes, tan amplio su repertorio. Tiene poder de anticipación, cambia direcciones y alturas e introduce esas dejadas que no son un recurso de emergencia sino golpes ganadores. Sus voleas son simples y nítidas gracias a la ventaja obtenida con el impacto anterior. Sabe, además, en dosis bien medidas, utilizar el saque-red.
Tiene sólo 19 años, y a diferencia de la mayoría de los tenistas de esa edad, conecta con el juego a la hora de cerrar el partido sin dejarse atenazar por la importancia del momento, lo cual tiende a crear dudas. Esto marca la diferencia con respecto a todos los demás. Él no deja que le afecten las emociones, sino que sabe rentabilizarlas. Todo ello deriva en menos desgaste físico. Es una cualidad que, globalmente, le otorga un valor extra del 30% ante cualquier adversario.
Como bien reconoció el propio Zverev en la ceremonia de entrega de premios, en estos momentos Carlos Alcaraz es el mejor jugador del mundo. Su decisión de no jugar en Roma parece muy razonable después de encadenar diez partidos consecutivos y sufrir ante Nadal el percance físico en su tobillo derecho. Llegará a Roland Garros descansado y en plenitud para intentar luchar por todo.
ElMundo