Borrell aspira a igualar con una operación conjunta de la Agencia Europa de Defensa los 1.000 millones del mecanismo habitual para armar a Kiev, que pide hasta 600.000 obuses al mes
NotMid 08/03/2023
EUROPA
Ucrania necesita desesperadamente munición y sus aliados hacen todo lo que pueden para acelerar los suministros, asumir los costes y apretar a la industria para que aumente la producción contrarreloj. Hace unas semanas, Estonia puso sobre la mesa una idea que ha calado parcialmente: una especie de fondo, de 4.000 millones de euros, para que la Unión Europea haga compras conjuntas de material militar, y sobre todo munición, replicando en cierto modo el instrumento que se usó para la adquisición de vacunas contra la Covid. Hace unos días, el alto representante para la Política Exterior de la Unión, Josep Borrell, presentó a los 27 un plan para destinar 1.000 millones de euros del llamado Mecanismo Europeo para la Paz para la compra urgente de munición y artillería, principalmente del calibre 155. Pero su equipo aspira a que esa cantidad se pueda doblar, hasta los 2.000 millones, a través de una compra centralizada adicional de la Agencia Europea de Defensa.
El pasado 9 de febrero, el presidente Volodimir Zelenski pidió en persona a los líderes continentales, en Bruselas, que le dieran munición y el Consejo Europeo encargó al político español que trabajara en ideas para esa compra común. Los ministros de Defensa se reúnen esta semana en Suecia, y aunque el plan remitido por Borrell es claro, hay dudas sobre cuántos estarán interesados, porque en temas de Seguridad, Defensa y ejércitos los responsables tienden a ser muy celosos de sus intereses y reacios a operaciones supranacionales, sobre todo cuando afectan a arsenales semi vacíos. Y los grandes, como Francia y Alemania, tienen sus propias empresas y contactos suficientes. En el caso de las vacunas optaron por la solución común, pero ahora no lo ven claro.
El primer punto del plan comunitario es la “transferencia inmediata de munición, en especial de 155mm, desde los stocks disponibles o de los pedidos ya hechos”. Ucrania dice que necesita hasta 400.000 obuses al mes para frenar a Rusia, pero eso es casi la capacidad de producción total de la industria continental, pues apenas una docena de empresas pueden proporcionar ese material, y la UE es reacia a comprar en otros mercados. En una carta a cuyo contenido también ha tenido acceso EL MUNDO, el ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov, asegura que sus fuerzas están usando poco más de 100.000 proyectiles de calibre 155 mm al mes, una cuarta parte de lo que hacen sus enemigos. Ucrania asegura que tiene sistemas suficientes para disparar casi 600.000 obuses al mes, y según sus cálculos “para lograr el éxito en el campo de batalla la necesidad mínima es al menos el 60%, o 356.400 proyectiles por mes”, dice en la misiva a las 27 capitales. Pero si dispusiera de 600.000, se impondría seguro.
El segundo paso es “enviar rápidamente grandes pedidos a la industria europea agregando las necesidades de los Estados Miembro y de Ucrania en el marco de una compra conjunta que dará una señal potente”. Y el tercero, “tomar las medidas necesarias para facilitar que aumenta la capacidad de la industria continental de hacer frente a las necesidades presentes y futuras“. Los tres niveles, dice el documento, “son cruciales para mantener el apoyo a Ucrania”.
La propuesta de Borrell es que se apruebe un paquete extraordinario de 1.000 millones de euros, para munición y obuses, tan pronto como el Mecanismo Europeo para la Paz, que es el que ha canalizado desde hace un año las ayudas militares bilaterales a Kiev, ofreciendo un reembolso a cada gobierno), apruebe los trámites pendientes para aumentar su techo de gasto en 2.000 millones de euros, algo que se aprobó a nivel político pero aún se está puliendo.
La UE está instando también a sus aliados, socios, vecinos y amigos a que contribuyan también directamente a la iniciativa. Y en el documento, el Servicio de Acción Exterior de Borrell sugiere medidas como, por ejemplo, reembolsos de hasta el 90% de lo que ese envíe antes de cierta fecha límite para que el material llegue enseguida, porque la batalla en lugares como Bajmut es cuestión de logística estos días y ambos bandos tienen serios problemas de abastecimiento y racionan cada disparo.
La segunda pata del plan, según explican fuentes europeas, es intentar que esos 1.000 millones de euros se puedan doblar, cediendo munición que Europa compre en una gran macrooperación. En el marco de la llamada Defence Joint Procurement Task Force se han calculado algunas de las necesidades de la UE en su conjunto, y la idea es hacer un pedido gigantesco a la industria para cubrir la munición necesaria en siete categorías, desde balas para armas de pequeño calibre hasta los proyectiles de 155 mm para la artillería a lo largo de los próximos siete años. Hasta la fecha, 25 de los 27 Estados Miembro, y Noruega, han mostrado interés en participar.
La idea de Estonia de reunir 4.000 millones es imposible, no existe ese dinero. La Comisión Europea no puede usar dinero del Presupuesto para comprar armas, así que el recurso es el Mecanismo de la Paz, que tiene sus topes. “De ahí podrían salir los primeros 1.000 millones para reembolsar a quienes envíen sus reservas, lo que tengan en sus arsenales, inmediatamente y en muy buenas condiciones de financiación, y más adelante otros 1.000 millones más, en el mejor de los casos, de encargos nuevos comunitarizados”, explican fuentes diplomáticas.
Las estimaciones de los técnicos comunitarios es que los vistos buenos deberían sellarse antes de que acabe este mes, para que la Agencia Europea de Defensa pueda negociar y cerrar los contratos con las empresas hacia finales de abril y mayo. “Aunque las necesidades para llevar los almacenes serían financiadas por cada estado, una parte de la munición para Ucrania podría quedar cubierta por el Mecanismo Europeo”, dice la propuesta del SEAE.
El tercer pilar del plan es aumentar la producción, algo nada sencillo porque las fábricas ya están casi en sus máximos y los precios están empezando a dispararse. Bruselas sugiere dar apoyo, eliminando el IVA o incluso mediante el Presupuesto comunitario, para que el sector industrial pueda hacer frente a tantos pedidos nuevos, “evitar cuellos de botella y factores que pudieran retrasar o impedir la producción y suministro de ciertos productos críticos”
Agencias