Estados con posiciones muy diferentes en el conflicto, como Argentina o España, se unen para lograr una solución a la guerra en Gaza
NotMid 07/06/2024
USA en español
La guerra entre Hamas e Israel parece estar bifurcándose en dos líneas paralelas que nunca se tocan. Por un lado está la realidad sobre el terreno, marcada por los combates permanentes. Por otro, los llamamientos a la paz de, en especial desde que Joe Biden presentó hace una semana su plan para un alto el fuego por ambas partes y la liberación de los rehenes que Hamas tomó el 7 de octubre. Ese proceso recibió este jueves el espaldarazo de un grupo de 17 países de Asia, América y Europa, entre ellos España, que emitieron un comunicado conjunto “apoyando plenamente” en plan de Biden.
No es la primera vez que esos países colaboran con Estados Unidos en la búsqueda de una solución a la guerra. El elemento unificador del grupo es tener o haber tenido víctimas -tanto asesinados como rehenes- en manos de Hamas, que es la razón por la que ya mantuvieron un primer encuentro con el consejero de Seguridad Nacional estadounidense Jake Sullivan el 16 de mayo. En aquella ocasión, también participó en la reunión Hungría, que esta vez no ha firmado la carta de apoyo a la iniciativa de Biden.
Curiosamente, el comunicado oficial de aquel encuentro colgado en la página web de la Casa Blanca indica de manera textual que “las 18 naciones representadas en la reunión tienen todas rehenes en manos de Hamas en Gaza”. En realidad, Hamas nunca tuvo rehenes españoles. En el primer momento de la guerra se pensó que el español Iván Illaramendi estaba secuestrado por Hamas. Pero, posteriormente, se descubrió que había sido asesinado por los terroristas en la oleada de atentados del 7 de octubre que desencadenó la guerra. Otra ciudadana española, Maya Villalobo, también resultó muerta en los ataques.
El documento de apoyo al alto el fuego de Biden ha sido promovido por la Casa Blanca para aumentar la presión sobre Israel y Hamas para que cesen los combates. Claro que ahí es donde se produce la dicotomía antes citada entre la realidad sobre el terreno y la diplomacia. Israel mantiene sus operaciones militares en Gaza, donde ahora las está extendiendo desde el sur de la región, es decir, la ciudad de Rafah, al centro. Allí, en el campamento de refugiados de Nuseirat, un avión de la Fuerza Aérea israelí lanzó este jueves dos proyectiles sobre la escuela de Al-Sardi, gestionada por la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA). El ataque causó un mínimo de 35 muertos, según Hamas. Las Fuerzas Armadas de Israel, sin embargo, afirmaron que la acción se había llevado a cabo porque la escuela estaba siendo empleada como un centro de operaciones de Hamas, y declaró que en el bombardeo habían sido muertos entre 20 y 30 terroristas de esa organización.
El bombardeo de la escuela de Al-Sardi revela lo contradictorio de las situaciones diplomática y militar. Llega justo el día en el que la Casa Blanca consigue que 17 países que mantienen posiciones muy diferentes en el conflicto -desde España, que ha anunciado este jueves que se une a la causa contra Israel en la Corte Internacional de Justicia y ha reconocido la estatalidad de Palestina- a Argentina -que se mantiene firmemente alineado con el gobierno de Benjamin Netanyahu- firmen un plan de apoyo a la propuesta de cese de las hostilidades de Biden.
De hecho, la presencia de Argentina en estos comunicados es llamativa, dado que desde que hace seis meses Javier Milei llegó al poder en ese país, su política exterior tiene como ejes “Estados Unidos e Israel”, en palabras del presidente, que además se ha mostrado mucho más cercano a Donald Trump que a Joe Biden. Hace pocas semanas Argentina votó en la ONU en contra del reconocimiento del Estado palestino, una posición casi aislacionista -solo nueve países votaron “no”- y que contraviene los principios históricos de la política exterior de un país con una de las comunidades judías más grandes del mundo y con una fuerte presencia árabe.
Sin embargo, diplomacia, definió cualquier tipo de contradicción. “Nosotros siempre pedimos por el cese del fuego, este comunicado no es novedad”, señalaron fuentes de la Cancillería argentina.
Pero, encima, es muy probable que Israel empleara para atacar la escuela bombas suministrados por Estados Unidos. Según una investigación realizada ayer por el diario ‘The Washington Post’, en los alrededores de la escuela de Al-Sardi hay fragmentos de bombas de fabricación estadounidense GBU-39. La noticia misma sorpresa, dado que la práctica totalidad de los sistemas de armas que Israel emplea son de procedencia estadounidense, y, en muchos casos, su adquisición por el Estado hebreo, está pagada por el contribuyente de EEUU.
Con todo, no deja de tener un significado simbólico que, al mismo tiempo que Estados Unidos está movilizando a 17 países para apoyar un plan de alto al fuego, Israel esté manteniendo la presión militar sobre Hamas empleando armas estadounidenses. Biden anunció hace una semana y media, la suspensión del envío de una serie de bombas a Israel, incluyendo algunas capaces de destruir bloques de viviendas enteros. La GBU-39 no se sitúa entre aquellas cuyo envío a Israel ha sido prohibido.
Agencias