La renovación que impulsa Ayuso garantiza la continuidad del proyecto liberal que avalaron en las urnas los madrileños
NotMid 21/05/2022
EDITORIAL
Cuántos sinsabores se habría ahorrado el PP si la imagen que ayer ofreció -una presidenta autonómica accediendo a la presidencia del partido que en buena lógica le corresponde- se hubiese asumido a tiempo con naturalidad. El congreso del PP de Madrid que certifica la entrega a Díaz Ayuso del poder orgánico un año después de su arrolladora victoria electoral cierra una grave anomalía que a punto estuvo de llevarse por delante al gran partido del centroderecha. Solo una combinación de celos patológicos, ceguera política y obsesión de control explica la cadena de catastróficas decisiones con que la anterior dirección de Génova fue anudándose una soga al cuello, incluyendo el espionaje a su mayor activo político con la intención de destruir su carrera.
No hay mal que por bien no venga, pensarán hoy en el PP los que contemplan con satisfacción la tendencia que marcan las encuestas desde que Alberto Núñez Feijóo relevó a Pablo Casado al frente de los populares. Lo cierto es que el liderazgo del gallego inaugura un nuevo estilo de gobierno interno, respetuoso con los cuadros territoriales como traducción de una fórmula inteligente de unidad en la diversidad con la que Feijóo espera imponerse en el ciclo electoral que abre Andalucía. La foto de Ayuso arropada por el resto de barones y por el propio presidente del partido proyecta armonía donde hubo verticalidad, imposición y desconfianza. El mensaje es evidente: el PP quiere volver a La Moncloa prometiendo a los españoles las recetas liberales ya avaladas por los votantes en los territorios donde gobierna.
Falta un año para que los madrileños sean convocados de nuevo a las urnas, junto con el resto de españoles llamados a votar en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023. Los dramáticos desencuentros que impidieron hasta ahora la celebración del congreso del PP de Madrid han retrasado la puesta a punto de la maquinaria orgánica. Ayuso debe apresurarse ahora a terminar el trabajo de confección de las listas y acertar en los nombramientos si quiere llegar a las elecciones con la estrategia bien afinada.
Su reto es conquistar esta vez la mayoría absoluta, de la que tan cerca se quedó, pero no será sencillo. Su plan pasa por abordar una profunda renovación para garantizar la continuidad del proyecto, sin renunciar a coser aquello que pudo agrietarse, empezando por el ticket electoral que forma con Almeida, quien ayer cerró filas con la presidenta. Los errores pasados no debieran deslucir una sinergia virtuosa entre Comunidad y Ayuntamiento de la que se beneficia una mayoría de madrileños.
En cuanto a Ayuso, el mayor desafío al que se enfrenta ahora es la satisfacción de las propias expectativas que genera su imagen política, lindante con el fenómeno social. Ella mejor que nadie ha de ser consciente de los peligros de la complacencia y de lo efímero de las modas. Ayuso tiene un proyecto ilusionante para Madrid y ha de contar con el mejor equipo para llevarlo hasta el final. Es el servicio a los ciudadanos lo que legitima los liderazgos y los vuelve duraderos. Certificado su tirón electoral, el PP de Madrid afronta ahora el reto de estar a la altura de su propio proyecto de modernización, verdadera locomotora de la prosperidad española.
ElMundo