El PP debe ser consciente de que de su oferta programática no pueden quedar excluidos los posicionamientos morales que completen la aptitud gestora
NotMid 03/09/2022
EDITORIAL
Ante el ciclo electoral que se abre, el PP debe ser consciente de que de su oferta programática no pueden quedar excluidos los posicionamientos morales que completen la aptitud gestora. Es la llamada batalla cultural, que no es sino la traducción a la política de una visión propia del mundo y del hombre. Entre esos asuntos está el aborto, frente el que el PP ha optado durante demasiado tiempo por esconderse tras la resolución pendiente del Tribunal Constitucional. Hasta esta semana, cuando Isabel Díaz Ayuso se posicionó al respecto con tanta audacia como sensatez.
Se manifestó partidaria de un aborto legal, seguro y poco frecuente; respaldó la autonomía de la menor en caso de discrepancia con sus padres una vez cumplida la condición de informarles; y recordó que lo importante es evitar el embarazo no deseado con información sexual y fomentar la natalidad ante el invierno demográfico español.
Preguntado por las declaraciones de Ayuso, Feijóo vino a secundarlas en lo fundamental -reponer en la ley la premisa del conocimiento paterno sin exigir el consentimiento-, más allá de constatar las diferencias entre el PP más liberal y el más conservador. Pero sería deseable que en lo sucesivo el PP nacional acertara a fijar ciertas pautas programáticas claras y valientes que lo distingan como la gran casa del centroderecha, sin delegar ese trabajo en sus líderes autonómicos.