Feijóo tiene por delante una gran oportunidad para ofrecer un mandato ilusionante centrado en la regeneración democrática
NotMid 11/10/2022
EDITORIAL
El acercamiento de posturas entre el Gobierno y el PP para afrontar la grave crisis del poder judicial supone un avance importante que respalda la posición que los populares han defendido en los últimos meses y desgasta al PSOE. Se abre una gran oportunidad para Alberto Núñez Feijóo, quien no ha cedido en dos asuntos clave: la renovación conjunta del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial, y a continuación, la reforma del sistema para que los jueces elijan a la mayoría de los vocales del órgano de gobierno.
La aproximación se ha producido después de la dimisión del presidente del Consejo, Carlos Lesmes, que obligó a moverse al presidente del Gobierno tras casi seis meses de incomunicación con el líder de la oposición, a quien convocó ayer de urgencia en la Moncloa.
Habrá que ver el resultado final de la negociación, pero por ahora es el Gobierno quien parece haber cedido en sus pretensiones más intervencionistas, encarnadas por el ministro Félix Bolaños, en favor de las tesis de Feijóo. Tras varias legislaturas en las que el PP no abogó por la regeneración del poder judicial, su propuesta sigue ahora las recomendaciones de Europa y las de cualquier ciudadano que crea en la separación de poderes.
El logro más evidente del PP es, en estos momentos, haber arrancado al Gobierno el compromiso de renovar a los vocales del Consejo y del TC de forma conjunta. Con ello se evita el atropello que el Ejecutivo quiso perpetrar para renovar unilateralmente a los miembros del Constitucional, donde los socialistas buscaban asegurarse una mayoría progresista aprovechando la ausencia de un magistrado por enfermedad.
El segundo logro de los negociadores del PP, cuya firmeza y habilidad cabe reconocer, estriba en una condición que dibujan como línea roja: renovarán el Consejo, sí, y ese nuevo Consejo -es verdad que elegido aún con los criterios vigentes- recibirá por escrito el mandato de presentar en seis meses una reforma del sistema de elección que cumpla con la despolitización reclamada por la UE. La mayoría de los nuevos vocales deberá ser nombrada con unos criterios de idoneidad.
En todo caso, la apertura del presidente Sánchez a negociar sobre la reforma del sistema es la gran prueba de que el Gobierno se ha visto forzado a cambiar de posición. Son repetidas las ocasiones en que el PSOE ha defendido que nunca lo cambiaría, pues considera que la mayoría de los jueces son conservadores y que la única manera de restar poder a la derecha en los tribunales consiste en que la correlación de fuerzas presentes en el Congreso elija a la mayoría de los vocales del Consejo. Una postura partidaria e incomprensible en Europa, cuya presidencia de turno ostentará Sánchez en el segundo semestre de 2023, y especialmente peligrosa cuando al mismo tiempo el PSOE ha pactado con ERC la oscura «desjudicialización» del procés.
Feijóo tiene por delante, en suma, una gran oportunidad para ofrecer un mandato ilusionante centrado en la regeneración democrática, si demuestra ser capaz de abanderar la resolución de la crisis institucional más grave de cuantas azotan al país. Para ello deberá pedir garantías y no confiarse.