Es la primera gran cumbre con la nueva Administración de EEUU. Asisten el vicepresidente, J.D. Vance, y la presencia de Marco Rubio está en el aire después de que su avión tuviera que regresar a EEUU por un problema mecánico
NotMid 14/02/2025
EUROPA
El presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, inaugura este viernes la 61 edición de la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) con toda la atención puesta en las palabras, silencios y gestos del nuevo vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, con los socios europeos y con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. No se ha hecho público por la organización cómo, cuándo y quien revelará las líneas maestras acordadas por Vladimir Putin y Donald Trump en una conversación telefónica para acabar con la guerra en Ucrania, que está a punto de entrar en su cuarto año, pero en el teatro de la geopolítica casi todo está cronometrado. Gracias a los ‘sherpa’.
El director de MSC, Christoph Heusgen, fue uno de ellos. Asesoró, representó y negoció en nombre de la canciller Angela Merkel durante décadas, de ahí que el pasado lunes, días antes de que Putin y Trump llegaran a un entendimiento sobre Ucrania, expresara su confianza en que en Múnich pudieran alcanzarse los “contornos” de un acuerdo de paz para Ucrania. “Esperamos -y ya tenemos las señales correspondientes- que Múnich servirá para avanzar en la paz en Ucrania”, declaró al presentar a la prensa los temas estrella de la conferencia. Agregó que “queda por ver si se anunciará un plan en la conferencia” pero “de lo que estoy seguro es de que la conferencia servirá para ver los contornos de dicho plan, y qué parámetros deben figurar en un acuerdo”.
Heusgen no entró en detalles sobre “las señales” recibidas que tanta seguridad le dan, pero la lista de participantes a este evento revela que solo eran eso, señales, un globo sonda. Se espera la participación de 450 ministros, primeros ministros, presidentes, analistas y lobistas, pero en esa lista no son todos los que están ni están todos los que son.
Desde que Rusia procedió a su “operación especial” la Conferencia cerró sus puertas a los representantes del Kremlin y eso que nadie animaba tanto las discusiones con sus provocaciones como el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov. El curtido ministro pasó de ser la estrella del sector dominical de la MSC, año tras año, a la carta que ningún colega o diplomático europeo quiso jugar. Tampoco hay delegación rusa en esta edición. Los sherpas aventuran en consecuencia que Múnich no será la rampa a un verdadero proceso de paz, pero podría aportar cierta claridad a los socios europeos, que reclaman un lugar en la mesa.
La MSC es la primera gran cumbre mundial de la nueva Administración en Washington bajo la presidencia de Trump y se produce en medio de especulaciones de que su agenda America First podría presagiar cambios significativos en la política exterior de Estados Unidos. La delegación estadounidense, además del vicepresidente J.D. Vance, estará integrada por el secretario de Estado de Exteriores, Marco Rubio, cuya presencia está en el aire después de que su avión tuviera que regresar a la Base de Andrews, en las afueras de Washington, noventa minutos después de su despegue por un problema mecánico.
“Estamos muy contentos de contar con una fuerte representación tanto de la administración del nuevo Gobierno estadounidense como del Congreso”, declaró Heusgen, que pasará el relevo de la MSC al ex secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
“Y así, el punto de vista estadounidense también se presentará en el escenario, al igual que el punto de vista europeo y el de otras regiones. Y luego, y eso es lo que representa Múnich, habrá un diálogo, una discusión sobre los muchos temas en cuestión”, dijo Heusgen, que citó expresamente Oriente Próximo, Sudán y la República Democrática del Congo, además de las tensiones latentes en la región del Indo-Pacífico.
Presencia europea
La MSC, que se extenderá hasta al domingo, contará con una fuerte presencia europea, empezando con Olaf Scholz como canciller del país anfitrión. Sus rivales en las elecciones que se celebrarán una semana después, el día 23, también acudirán a la capital bávara. El líder conservador alemán Friedrich Merz, favorito para convertirse en el próximo canciller, tiene previsto reunirse esta semana con el vicepresidente Vance, así como con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi.
La Unión Europea enviará una delegación de alto nivel encabezada por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Le acompañará la jefa de política exterior del bloque, Kaja Kallas, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y el primer comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius.
Gasto en defensa
El gasto en defensa será uno de los temas que se abordarán obligatoriamente en Múnich en el marco de la crisis de Ucrania y tras el deseo de Trump de aumentar el gasto al 5% del PIB, un listón inalcanzable para muchos socios de la OTAN. Tampoco la aportación de EEUU es del 5%.
El trasfondo de los paneles y mesas redondas que estructuran la MSC es el Informe de Seguridad de Múnich 2025, que analiza “las consecuencias de largo alcance de la multipolarización del orden internacional”. El informe sostiene que “para muchos políticos y ciudadanos de todo el mundo, un mundo más multipolar es muy prometedor”, si bien los últimos acontecimientos sugieren que “los efectos negativos de una mayor multipolaridad están prevaleciendo a medida que crecen las divisiones entre las principales potencias y la competencia entre los diferentes modelos de orden se interpone en el camino de los enfoques conjuntos a las crisis y amenazas globales”.
Estados Unidos, China y Rusia son vistas como superpotencias por una abrumadora mayoría en casi todos los países, seguidos de Reino Unido, Japón y Alemania, afirmó Tobias Bunde, director de la investigación de la MSC.
Agencias