El cambio climático favorece los incendios pero las Administraciones públicas tienen la obligación de prevenir estas tragedias
NotMid 17707/2022
EDITORIAL
El fue está arrasando parte de la Península, sobre todo la mitad oeste, destruyendo miles de hectáreas de suelo forestal a su paso y provocando pérdidas irreparables para la biodiversidad. Extremadura, Andalucía, Asturias, Castilla y León y Galicia están siendo asoladas por incendios, que en cinco días se han extendido como la pólvora, obligando a evacuar a miles de personas. La última de estas tragedias afecta a un enclave natural, el Parque Nacional de Monfragüe, hogar de los vecinos de siete municipios de la provincia de Cáceres y cuna de más de 200 especies de animales vertebrados -sobre todo aves, como el buitre negro o el águila imperial-, declarado Reserva de la Biosfera en 2003.
Este paraje ha estado abandonado por la Junta de Extremadura desde hace tres años, tras conocer las denuncias presentadas por la Asociación de Amigos del parque y los alcaldes de la zona. Estaba en condiciones “lamentables” y dejado a su suerte cuando se produjo el incendio. Las labores de limpieza -imprescindibles para quitar el pasto y adecentar los cortafuegos- no se realizaban desde antes de la pandemia del covid y, lo que es más grave, carecía de los retenes de bomberos y vehículos contraincendios básicos para afrontar los primeros trabajos de extinción. Además, está minado de tendidos eléctricos, prohibidos desde finales de 2020.
Es un hecho que atravesamos una intensa ola de calor, con temperaturas que alcanzan los 45 grados centígrados en algunas zonas de España, escasez de agua y un nivel de humedad muy por debajo del 20%. Un escenario climatológico extremo que favorece a todas luces el avance de los incendios. Sin embargo, también es una realidad que las administraciones públicas adolecen de políticas preventivas que se adapten a estas anomalías climatológicas que asolan al planeta, siendo incapaces de mitigar incendios. No basta con anunciar a los ciudadanos que hay riesgo extremo, es una obligación prevenir estas tragedias y velar por nuestros bosques, de vital importancia para el futuro de nuestra sostenibilidad.