El colmo del patriotismo golfo es decir que hay que rearmarnos contra nuestro único enemigo real, Marruecos, amigo de su aliado Trump
NotMid 28/03/2025
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Reconozco que hay dos fenómenos a los que no presté toda la atención que han demostrado merecer. Uno es el despotismo de Trump, distinto de las baladronadas y bandazos de su primer mandato, que usa la detestable dictadura woke para destruir los cimientos de la política norteamericana desde la II Guerra Mundial, y, en especial, desde Reagan. El otro es la deriva de Abascal, convertido en palmero de Trump y vocero de Putin, y al que defendí -fui casi el único- cuando Casado lo atacó de forma abyecta en la moción de censura. La razón de este apoyo era más sólida: conocía a Santi de muchos años atrás, me dio el premio Denaes, belén de Vox, y admiraba su resistencia frente a la ETA, contra el antifranquismo cainita de la izquierda y los complejos del PP. No olvido que, en los años heroicos, fue el partido de Abascal y Ortega Lara y quiero creer que no me equivoqué entonces y es Abascal el que se equivoca ahora.
Por eso me escandalizó su discurso contra el rearme europeo tras la traición de Trump y su obsceno apoyo a Putin, porque es indistinguible de los de Otegui, Puigdemont, Rufián, Belarra y Yolanda Díaz, o el de los titiriteros del «no a la guerra». Todos recitan la propaganda de Putin, Orban o Xi Jinping.
Dijo Abascal que «la amenaza de Rusia es inverosímil e increíble». O sea, que los innumerables soldados de Moscú y Pyongang que desde hace tres años bombardean, violan, torturan, masacran y raptan a miles de niños para enviarlos a Rusia, en realidad, son turistas que celebran con mascletás la fraternidad eslava. Un defensor de la familia como Abascal no podía apoyar el robo de niños. Putin se los lleva de vacaciones y, al acabar la invasión de Zelenski a Rusia, los devolverá. Los ha raptado para cuidarlos.
Pero el colmo del patriotismo golfo es decir que hay que rearmarnos contra nuestro único enemigo real, Marruecos, amigo de su aliado Trump. Si queremos que Europa, llegado el caso, nos defienda, deberíamos apoyar a los países bálticos, Polonia o Finlandia, que están armando a su población (nada que ver con la mamarrachada del kit) para defenderse si Putin gana en Ucrania y va a por ellos. Pero a este Abascal no le importan el ejército, España y el ridículo. Presume de «sus aliados», Trump, Orban y Putin, que sin el Gran Santi no son nada. Y, mientras, se carga la alternativa a Sánchez para luchar contra el PP. Qué cambiazo.