El Ministerio de Comercio chino afirma que “la imposición de EEUU de los aranceles recíprocos a China carece de fundamento y constituye una práctica típica de intimidación unilateral”
NotMid 08/04/2025
ASIA
Un par de semanas después de que Donald Trump ganara las elecciones de Estados Unidos, cuando la amenaza de una guerra arancelaria global no era más que un eslogan de campaña, desde China sorprendieron anunciando que eliminarían todos los aranceles para los productos importados procedentes de 43 países del Sur Global. El único requisito era que los benefactores, de los cuales la mayoría se encontraban en África, mantuvieran vínculos diplomáticos con el gigante asiático. “El plan cubre a todos los países que las Naciones Unidas consideran menos desarrollados”, rezaba la nota oficial de las autoridades chinas.
En aquella recta final de 2024, desde Pekín se dedicaron a ampliar acuerdos de libre comercio con países africanos, a inaugurar un mega puerto que habían construido en Perú y a cerrar un nuevo proyecto ferroviario que conecta con Asia Central. Los chinos seguían hinchándose a exportar a sus socios del Sur al mismo tiempo que apoyaban el desarrollo de sus economías con una política de cero aranceles e inversiones para la construcción de infraestructuras vitales.
“La actuación de China es la certeza de que es posible otro modelo de crecimiento económico, desarrollo político y social”, señalaba en un discurso la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que había sido designada por Pekín al frente del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, el bloque que dan nombre cinco economías emergentes (China, Brasil, Rusia, India y Sudáfrica) que juntas representan aproximadamente una cuarta parte de la economía mundial.
Los portavoces chinos presentan a menudo la entidad que dirige Rousseff, con sede en Shanghai, como una alternativa de futuro al Banco Mundial y al FMI. “Tanto China como el Sur Global necesitan enviar un mismo mensaje al mundo: es posible construir una nueva globalización contra el proteccionismo que incluya una relación de respeto mutuo y beneficio recíproco”, sentenciaba la brasileña.
Estos días, en medio de las tormentas en los mercados por los llamados “aranceles recíprocos” de Trump, que han golpeado con dureza a muchos rincones del Sur Global, sobre todo en Asia, los funcionarios chinos están recordando todo el tiempo que, mientras que Washington se cierra bajo el proteccionismo, su país se ha dedicado a eliminar tasas a naciones en desarrollo. “Lo decía con acierto hace unos días la portada de The Economist: la guerra arancelaria de Trump está creando oportunidades para redibujar el mapa geopolítico de Asia, y de gran parte del mundo, a favor de China”, señala el economista Yang Yue, miembro del principal órgano asesor del Gobierno chino.
En la segunda potencia mundial, además de abrazar hacia fuera las oportunidades que la guerra arancelaria autodestructiva de Trump les está brindando para extender su influencia, están tratando de apuntalar su economía interna tras las últimas amenazas del presidente estadounidense: el republicano advirtió el lunes a China que enfrentará un arancel adicional del 50%, lo que elevaría el impuesto total al 104%, a menos que levante los gravámenes de represalia.
“Si China no retira su aumento del 34% sobre sus abusos comerciales ya prolongados para mañana, 8 de abril de 2025, Estados Unidos le impondrá aranceles adicionales del 50% a partir del 9 de abril. Además, se cancelarán todas las conversaciones con China sobre sus reuniones solicitadas con nosotros”, escribió el estadounidense en su plataforma, Truth Social.
El martes por la mañana, ante la última advertencia de Trump, la respuesta de Pekín fue clara: no se doblegarán ante las amenazas arancelarias. El Ministerio de Comercio dijo que China no cederá ante el “chantaje” de EEUU y prometió tomar contramedidas. “La amenaza estadounidense de intensificar los aranceles redobla sus errores, exponiendo una vez más su naturaleza chantajista. China lo rechaza firmemente. Si Estados Unidos persiste en su postura, China responderá con firmeza con contramedidas hasta el final”, señalaba el comunicado.
Desde la agencia estatal china Xinhua publicaron también un duro editorial acusando de “extorsión” a la administración estadounidense. “La lógica subyacente de Estados Unidos es completamente absurda: puedo golpearte a voluntad, y no debes responder. En cambio, debes rendirte incondicionalmente. Esto no es diplomacia, sino coerción directa disfrazada de política”, subrayaba.
La misma línea siguió por la tarde el portavoz de Exteriores, Lin Jian, durante una rueda de prensa en Pekín. “Si EEUU ignora los intereses de ambos países, e insiste en la guerra arancelaria, China luchará hasta el final”, dijo después de que los mercados chinos, tras el desplome del lunes, repuntaban ligeramente, y que el Banco Popular de China asegurara “mayor apoyo crediticio si fuera necesario para defender resueltamente la estabilidad del mercado de capitales”
Agencias