NotMid 26/03/2025
EDITORIAL
La inclusión accidental de un periodista de The Atlantic en una aplicación de mensajes en la que altos cargos del Gobierno de EEUU debatieron el ataque a los hutíes de Yemen antes de llevarlo a cabo representa una brecha de seguridad inexplicable, además de una inquietante ventana, tras haberse publicado los detalles, al proceso de toma de decisiones de una Administración lanzada a poner boca abajo el orden internacional.
La figura que sobresale en la conversación por su abierta hostilidad a Europa es el vicepresidente J.D. Vance, que se posiciona contra una decisión de Defensa con el argumento de que favorecería de forma indirecta al Viejo Continente, cuyos intereses en el Mar Rojo -donde operan los hutíes- superan a los de EEUU.
Cuando Vance señala que «odia» tener que ayudar a los países europeos, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, zanja la discusión admitiendo que comparte su «aversión» por los «gorrones», pese a lo cual subraya la necesidad del ataque. Junto a la mezcla de vulgaridad y aparente improvisación, acentuada por la inadvertida presencia de un periodista, lo que trasluce no es ya solo que Trump exija a Europa un esfuerzo defensivo, que podría ser comprensible, sino que mantiene una manifiesta animosidad hacia la UE, perfectamente alineada con su estrategia de reforzar a los partidos de extrema derecha que están desestabilizando la política interna de los Veintisiete.