Faltaba la ley de medios y aquí está, con el aplauso de ambas mafias, la del bulo y la del eco
NotMid 24/03/2025
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Óscar López, El Insufi, ha anunciado que ya ha salido del horno y está para servir, o sea para servirlo, un reglamento de medios cuya función confesada es impedir que algún periodista moleste a los políticos en las Cortes. No todos, claro está. Buena parte de esos acreditados desacreditados participa de todas las campañas de desinformación de la Moncloa, véase el caso del novio de Ayuso o los ataques a jueces como Peinado, que molestan a la Familia Sánchez-Gómez. Por ejemplo, Angélica Rubio, jefa de prensa de ZP, publicó que Peinado tenía dos carnés, uno de ellos para comprar pisos con los fondos de la derecha para el lawfare. Era mentira. Sánchez la premió con un suculento sueldo en la tele pública. Jamás la criticaron sus colegas.
Es más, antes de colgar entre los leones el «Reservado el derecho de admisión», esta ley, insólita en una Europa renuente al liberticidio, fue precedida por un acto de repudio de periodistas angélicos en las escaleras del Congreso, con pancartas de papel en las manitas de los que, por servir ejemplarmente su profesión, son agraciados por el Gobierno con el permiso de preguntar, lotería que siempre cae a los mismos. Esa adhesión era también un desagravio a políticos como Patxi Hielasangres, que niega la palabra e insulta a los malos. Faltaba la ley y aquí está, con el aplauso de ambas mafias, la del bulo y la del eco.
Dicen que la leyezuela va contra dos periodistas, Vito Quiles y Bertrand Ndongo, que no respetan a gente tan educada como Sánchez, Rufián o Aizpurúa. Desconozco si regirá para los culiparlantes cuando se insultan en las Cortes. La semana pasada, su presidente se ciscó en el reglamento y negó, primera vez en la historia, el debate de enmiendas del Senado. El portavoz del PP protestó, reglamento en mano, el celoso sociata amenazó con echarlo, su grupo se puso en pie y el sociata capituló. ¿Quién pecó? Claro, que, si se borra del diario de las Cortes lo allí dicho, ¿qué más da?
Antaño, llamaron agropecuario a un grupo que pateaba los discursos rivales. Hoy cocean en las Cortes la lengua española, por odio o ignorancia. Negar la forma secular de comunicarse los españoles, herramienta de su oficio, nunca debieron admitirlo los periodistas, salvo los perioabyectos. Y si premian a la que señalaba qué periodistas matar, se ahorrarán la nueva ley mordaza. Vienen amordazados de casa.