Sumar se desmarca y Podemos encabeza el rechazo llamando al presidente “señor de la guerra”
NotMid 08/03/2025
ESPAÑA
Mucho tiene que cambiar la situación para que Pedro Sánchez pueda sacar adelante un incremento del gasto militar con ayuda de sus socios habituales. Pero mucho. Porque ni siquiera parece que pueda contar con la colaboración de Sumar, que es parte del Gobierno, para acelerar la inversión en Defensa que ha comprometido con Europa. La estampida de los aliados no debería ser ninguna sorpresa, en algunos casos forma parte de su ADN político, pero retrata la encrucijada a la que se enfrenta el presidente: está obligado a pactar con el PP, el partido contra el que levantó un «muro» después de las elecciones y con el que reina la beligerancia y la falta de diálogo y acuerdos.
Sánchez tendrá que pausar ahora esa estrategia, porque los mensajes que llegan de sus socios avanzan que por su izquierda no tendrá los apoyos que necesita. Sumar deja solo al PSOE en esto y también rechaza «apostar por multiplicar los gastos nacionales» en defensa. «La construcción de la autonomía estratégica europea no puede recaer sobre las espaldas de la clase trabajadora, y debe ir de la mano con nuevos instrumentos de inversión», señalaron fuentes de la formación.
Yolanda Díaz sabe que subir la partida presupuestaria en defensa provoca urticaria entre sus votantes. Igual que conoce perfectamente que partidos que forman parte de su coalición rechazan de plano cualquier coqueteo con el gasto militar. El ejemplo más claro es Izquierda Unida, aunque no es el único. De ahí que ayer fuera el primero en salir a proclamar su rechazo. Y lo hizo con la contundencia que le caracteriza: «No viene a cuento». Enrique Santiago, que incluso llegó a presentar esta sentencia como extensible a todo su espacio, tachó de «ridículo» y «mal pensado» el plan de rearme europeo y clamó contra «no ser los tontos» que paguen la financiación de un país como EEUU que está amenazando a Europa con aranceles y con su soberanía.
Bildu rechaza cualquier «escalada armamentística». ERC y BNG son históricos opositores al gasto militar. Y luego está Podemos, cuya posición rotundamente en contra condiciona a Sumar por su rivalidad. Ione Belarra presiona llamando a Sánchez «señor de la guerra» y advirtiéndole que así perderá las elecciones.
En este contexto, Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se verán tras 16 meses sin contacto. Desde la investidura, los canales han estado cerrados a cal y canto. Ayer, el director de Gabinete de la Presidencia, Diego Rubio, telefoneó a Marta Varela, directora de Gabinete del líder del PP, para fijar la reunión del jueves dentro de la ronda de contactos con todos los grupos para tratar la crisis de Ucrania. El PP demandó tiempo ilimitado y un informe previo, pero el Gobierno no lo ve necesario: «Entregaremos un orden del día con información sobre las cuestiones a tratar, como suele hacerse; es lo que han pedido todos los demás grupos».
Para el PP, esto «no» es suficiente. «Cuando das el mismo tratamiento al PP que a Bildu estás dando a entender que llegar a un acuerdo no es una prioridad», apuntan fuentes de Génova. Sin embargo, según ha sabido este diario, el presidente no buscará el jueves un pacto de voto, sino que se limitará a «compartir información» con Feijóo para tratar de «involucrarlo» en la «visión» que tiene el Ejecutivo sobre qué herramientas de gasto serían más adecuadas.
De hecho, Sánchez no va a llevar a sus reuniones una propuesta concreta de gasto militar adicional, sino que les transmitirá a los líderes parlamentarios cuál es su «criterio». «Queremos poner las cartas sobre la mesa y socializar la reflexión», apuntan en el Ejecutivo, antes de añadir que «no hay nada que decidir ahora, porque está todo en el aire».
El PP será el primer partido al que verá Sánchez, y el encuentro tendrá una duración de 30 minutos. «Sánchez está acostumbrado a tratar a sus socios con 15 minutos de reunión pero el Gobierno y el PP tendrán que hablar largo y tendido de la seguridad de España, de la seguridad europea y de la inversión en Defensa», declaró ayer el líder de la oposición en Palma.
Agencias