Claudia Sheinbaum sigue el ejemplo de su antecesor AMLO y apuesta por la empatía en su trato con el presidente de EEUU, pese a la declaración de una emergencia nacional en la frontera entre ambos países y la amenaza de aranceles del 25%
NotMid 22/01/2025
IberoAmérica
La primera reacción de las autoridades mexicanas tras el discurso de Donald Trump en el día que tantas cosas cambiaron fue contener la respiración y contar hasta mil para mitigar su efecto bomba. “Hay que tener la cabeza fría”, ordenó la presidenta Claudia Sheinbaum a sus conciudadanos, a sabiendas de que a su antecesor y padrino político, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), le funcionó la apuesta por la empatía con el “presidente gringo”.
Cuando la sucesora de AMLO adelantó este lunes su estrategia durante la Mañanera del Pueblo, como llama a la doctrina informativa con la que abre cada día, el aluvión de órdenes ejecutivas y medidas complementarias desencadenado por Trump ya había impactado de lleno en México, un país que no le aprecia casi nada. De hecho, el 81% ya tenía una opinión negativa de El Trompas, deformación humorística del apellido presidencial, uno de los apodos coloquiales que usan los mexicanos.
El mandatario republicano ha situado a México en el centro de su andanada política, como si todos los males nacionales tuvieran origen en el vecino del sur, sobre todo en su frontera, que ha decidido militarizar y declararla en estado de emergencia ante la “invasión” de los migrantes de toda América. Trump dejó claro que no quiere que se le entregue la ciudadanía a los hijos de emigrantes, que considera organizaciones terroristas a los carteles del narco y que impondrá en los mapas nacionales el nombre de “Gulf of America” frente al Golfo de México.
“Para nosotros y para el mundo entero se seguirá llamando Golfo de México”, acertó resolutiva Sheinbaum. Y no es la única divergencia geográfica: los mexicanos llaman Bravo al río que recorre la frontera binacional de oeste a este, mientras los estadounidenses emplean el término Río Grande, heredado de los españoles.
Las deportaciones masivas de emigrantes traen muy malos augurios, no sólo por lo que afecta a los propios mexicanos que serán expulsados, sino también por la presión añadida que significará para el país el tránsito de extranjeros de vuelta a sus países. Y sin olvidar la amenaza de imposición de aranceles (la palabra más hermosa del diccionario para Trump) del 25%. Los primeros cálculos ya señalan a México como la economía más afectada del continente, con un crecimiento de sólo el 0,6% de su PIB en 2025, que además incidiría en el volumen de exportaciones e importaciones.
Sobre la emergencia nacional declarada en la frontera, Sheinbaum recordó que “esto ya ocurrió, no es algo nuevo. Y hubo cooperación en aquel entonces entre Trump y AMLO. Este decreto cuando entra Biden lo quita y Trump lo reinstala, es importante que se conozca esto”.
“Al ser un gobierno humanitario, no se dejará a la gente a la intemperie y se buscará su repatriación”, añadió Sheinbaum, que ha avanzado “pláticas” (diálogos) inminentes para ordenar el caos que se ha instaurado en la frontera. Son casi 300.000 los emigrantes distribuidos en el país azteca afectados por la cancelación de la aplicación CBP One, que durante dos años ha canalizado el asilo para más de 900.000 personas.
Otro de los litigios importantes para Sheinbaum es la declaratoria contra los cárteles, que, aunque todavía no se han pormenorizado, ya se sabe que afectará directamente a los dos más grandes, Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, que sufre una guerra civil en su seno que ha multiplicado el número de muertes violentas en sus territorios.
“Ellos hacia dentro de su territorio pueden y deben actuar, pero México no se subordinará. Dentro de Estados Unidos también operan organizaciones que venden fentanilo y otras drogas. Todos queremos combatirlos, eso es evidente, pero hay que sumar esfuerzos, que cada uno lo haga en su marco de actuación y respetando la soberanía”, subrayó la ex alcaldesa de Ciudad de México.
Los otros cárteles señalados desde Washington, antes de la confirmación oficial, son Los Zetas, el Cártel del Golfo, el grupo de Arellano Félix en Tijuana, el Cártel de Juárez y la organización de los Beltrán Leyva, entre otros.
Los planes de ayuda para migrantes rechazados y para los deportados (este lunes se contabilizaban 100 sólo en Ciudad Juárez) se han puesto en marcha, pero no sirven de consuelo para los casi 300.000 extranjeros que han quedado varados en una especie de purgatorio. Ya no pueden entrar legalmente en Estados Unidos al clausurarse el exitoso CBP One, pero ninguno quiere dar marcha atrás a sus países.
Así lo reconocieron emigrantes de Venezuela, Ecuador, Colombia, México y Honduras que permanecen ante las entradas internacionales existentes entre Tijuana y la californiana San Diego. El embudo de los males de América, desde las tres dictaduras que tantos millones han expulsado de Venezuela, Cuba y Nicaragua, a las crisis actuales en el resto de los países. No importa el frío que corta las gargantas en la gélida Tijuana, azotada también por el viento: todos ellos están decididos a arriesgar lo poco que tienen para seguir su camino.
“Debo tanta plata [dinero] que mi opción no es regresar, en Guayaquil me van a cortar la cabeza. Allá los pandilleros me quisieron vacunar [extorsionar] y me hicieron un atentado, pero al que dispararon fue a mi hermano. Voy a pasar como sea“, prometió el ecuatoriano Luisao Baque a este reportero.
Agencias