Le quitas a Franco muerto y a Ayuso viva, y ¿qué le queda a Sánchez? Un espasmo irrefrenable, un temblor inextinguible, el sueño del banquillo, la pesadilla de la cárcel
NotMid 16/12/2024
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
A este paso, al golpista de La Moncloa van a tener que ponerle un marcapasos. Como es un velocista cojo, un gramático sin alfabetizar y un economista quebrado, las urgencias de su escuálida minoría parlamentaria le obligan a multiplicar las ocurrencias para seguir como sea en el negocio, ya que, fuera de él, se ve sentado en el banquillo y a pique de ir a la cárcel. La última, que ya será penúltima, ha sido la destrucción del Estado de las Autonomías para colar el cupo catalán, última factura, que también será la penúltima, del separatismo golpista de aquella desventurada región.
Con la excusa de hundir a Madrid, claro ejemplo de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), por el que ve a Ayuso y se pone a dar patadas por debajo de la mesa, a Don Tembleque le han dado la idea de convertir el Estado en Banco de la Deuda Eterna y Sostenible, a costa, naturalmente, de más deuda que hijos y nietos deberán pagar. Y eso le ha llevado a ofrecer a la docena de presidentes autonómicos del PP endeudarse sin límite a cambio de tragar que Cataluña no pague como todas, sino que todas le paguen. El problema de ese atraco, reforzado por la victoria del esbelto Junqueras, es que la Constitución proclama la igualdad de los españoles ante la ley y niega la obligación de pagar la independencia a los enemigos de España, que es la magna obra de destrucción nacional a la que invita el Tío Nervios.
La oferta es tan ridícula que, si no estuviéramos ante un psicópata de libro, que necesita asistencia profesional o nos volverá locos a todos, daría mucha risa. Ofrecer a las autonomías que se endeuden para financiar la mayoría parlamentaria de este enfermo de poder y todas sus sanguijuelas es como pedir a un niño que renuncie a su juguete de los Reyes Magos para que, a otro niño, que le pega en el patio del colegio, le traigan más regalos.
Ayuso ha replicado que, si el temblón quiere, como es evidente, acabar con el Estado de las Autonomías y fundar la república plurinacional de las Liendres y Sabandijas (sin excluir la lombriz fiscal intestinal) debe convocar elecciones y llevarlo en su programa electoral. Y si no, que deje a Madrid en paz. Pero eso es pedir peras al olmo o castidad a los diputeros sociatas. Le quitas a Franco muerto y a Ayuso viva, y ¿qué le queda a Sánchez? Un espasmo irrefrenable, un temblor inextinguible, el sueño del banquillo, la pesadilla de la cárcel.