Raja Krishnamoorthi escribió una detallada responsabilidad del régimen de Xi Jinping en la crisis que afecta Estados Unidos
NotMid 15/12/2024
OPINIÓN
En un artículo publicado en Foreign Affairs, el congresista demócrata Raja Krishnamoorthi, miembro del Comité Selecto de la Cámara sobre Competencia Estratégica entre Estados Unidos y el Partido Comunista Chino (PCC), analiza el papel crucial de China en la crisis del fentanilo que ha devastado a su país, cobrando decenas de miles de vidas cada año.
Krishnamoorthi señala que el PCC facilita la producción y exportación de precursores químicos utilizados por cárteles mexicanos para fabricar esta droga sintética, y advierte que Beijing debe tomar medidas inmediatas para frenar este comercio ilícito o enfrentarse a consecuencias diplomáticas y económicas cada vez más severas.
“Al asignar la culpa por la epidemia de fentanilo, tanto los expertos como los estadounidenses comunes señalan una variedad de factores, como la dificultad económica, la atención médica deficiente y el comportamiento depredador de los distribuidores de opioides, incluidos los infames molinos de pastillas que prescriben en exceso sustancias adictivas. Pero cada vez más, también culpan a un país al otro lado del mundo: China”, dice el autor.
Desde el año 2000, la crisis de opioides en Estados Unidos ha cobrado cerca de un millón de vidas, alcanzando su punto más crítico con la expansión del fentanilo, una droga sintética que en 2023 fue responsable de casi 75.000 de las 81.000 muertes relacionadas con opioides en el país. Con una potencia más de 30 veces superior a la heroína, el fentanilo ha desplazado a otras sustancias opioides, convirtiéndose en el principal motor de esta epidemia.
En este contexto, crece la indignación hacia China -de acuerdo al autor-, identificada como la fuente principal de los precursores químicos utilizados para fabricar el fentanilo. Según la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), el 97 % de las incautaciones de fentanilo en años recientes estaban vinculadas a químicos procedentes de China. Estos productos son enviados a cárteles mexicanos, quienes los utilizan para manufacturar la droga antes de traficarla hacia Estados Unidos.
La permisividad de las autoridades del régimen chino ha facilitado este comercio ilícito. Un informe bipartidista del Comité Selecto sobre Competencia Estratégica entre Estados Unidos y el PCC revela que Beijing subsidia la producción de precursores químicos, mientras regula de manera mínima la actividad de las plataformas de comercio electrónico donde estos productos se comercializan abiertamente.
El jefe del régimen chino, Xi Jinping, en una foto de archivo. China no detiene el flujo de precursores químicos que caen en manos de carteles mexicanos para producir fentanilo (Europa Press)
Para abordar la creciente crisis del fentanilo, Estados Unidos ha instado a China a tomar medidas concretas que frenen la producción y exportación de precursores químicos utilizados en la fabricación de esta droga sintética. Es por eso que el autor propone que Beijing debe actuar de manera inmediata en varios frentes: procesar penalmente a los exportadores, vigilar de forma estricta las plataformas de comercio electrónico donde se venden abiertamente estos químicos, y cooperar con las autoridades estadounidenses en investigaciones y extradiciones relacionadas con el tráfico de drogas.
También se le exige combatir las redes de lavado de dinero que financian el comercio ilícito, estableciendo mecanismos sólidos para rastrear transacciones sospechosas. “Si el PCC cree que puede ignorar el comercio de fentanilo, ha interpretado mal la situación. Los estadounidenses están más furiosos que nunca por la epidemia, y comienzan a exigir que sus representantes tomen medidas contra China para salvar las vidas de sus conciudadanos”, señala Krishnamoorthi.
Sin embargo, el historial de cooperación ha sido limitado. A pesar de los esfuerzos de Estados Unidos, el PCC ha demostrado una renuencia a actuar de forma proactiva. En 2023, bajo presión diplomática y tras ser incluido en la lista de principales países productores de drogas ilícitas, Beijing comenzó a implementar algunos cambios, como clasificar ciertas sustancias precursoras como controladas. No obstante, estas acciones solo ocurrieron tras enfrentarse a consecuencias concretas, como sanciones y restricciones a la asistencia internacional.
La falta de acción contundente por parte de China para detener el flujo de precursores químicos del fentanilo podría escalar las tensiones con Estados Unidos, advirtieron expertos y legisladores estadounidenses. Si Beijing continúa permitiendo la exportación de estas sustancias que alimentan la epidemia de opioides, Washington podría imponer sanciones más severas y tomar medidas diplomáticas más drásticas contra el gobierno chino y las empresas involucradas.
“El Congreso tiene un papel importante que desempeñar aquí. A principios de este año, promulgamos una legislación de sanciones contra el fentanilo que ayudará a disuadir a los malos actores en China. Basándose en sus hallazgos investigativos, mi Comité Selecto también estableció un Grupo de Trabajo sobre Política de Fentanilo bipartidista. Su propósito es mostrar a Beijing que las preocupaciones de Washington son agudas y que está listo para actuar, incluso imponiendo consecuencias económicas significativas a los malos actores que dependen del sistema financiero de Estados Unidos”, dice el autor.
Las pastillas de fentanilo secuestradas en Arizona, provenientes de México (CBP)
Aunque China ha sido identificada como un actor clave en la crisis del fentanilo que afecta a Estados Unidos, también es vista como una pieza indispensable para resolverla. Según legisladores estadounidenses, como señala el congresista demócrata Krishnamoorthi, solo a través de una cooperación bilateral efectiva se podrá reducir significativamente el flujo de precursores químicos que terminan en manos de los cárteles mexicanos y, en última instancia, en las calles de Estados Unidos.
Sin embargo, esta cooperación exige un enfoque más firme por parte de Washington. Según los expertos, es imprescindible que Estados Unidos combine presión diplomática, sanciones dirigidas y la exigencia de reformas en Beijing para garantizar que el PCC tome medidas concretas. Esto incluye cerrar vacíos regulatorios, fortalecer la supervisión de las exportaciones químicas y colaborar con las autoridades estadounidenses en investigaciones y operativos. Solo con este enfoque, argumentan, será posible proteger la vida de miles de estadounidenses afectados por la epidemia de fentanilo.