Según la Constitución de Corea del Sur, el presidente sigue siendo el jefe del gobierno y comandante en jefe del ejército a menos que quede incapacitado o que renuncie
NotMid 11/12/2024
ASIA
La oficina del asediado presidente de Corea del Sur ha sido allanada este miércoles por la mañana en el marco de una serie de redadas policiales que también se han efectuado en la sede de la agencia de policía nacional y en el edificio de la policía metropolitana de Seúl. El líder, Yoon Suk Yeol, investigado por un posible delito de “traición”, cada vez está más acorralado después de la efímera ley marcial que declaró la semana pasada para hacerse con el control del Parlamento, suspender la actividad legislativa y la libertad de prensa.
El presidente surcoreano mantiene la inmunidad procesal mientras esté en el cargo, pero puede ser arrestado en relación con acusaciones de insurrección o traición. El martes, un alto cargo del ejército surcoreano declaró que Yoon, durante la aplicación de la ley marcial, le ordenó sacar a rastras a los legisladores de la oposición que, a pesar del cerco militar, lograron entrar en la Asamblea Nacional y finalmente votar por unanimidad el levantamiento del autoritario decreto. “El presidente ordenó derribar las puertas (del Parlamento), entrar y sacar a la gente que estaba adentro”, ha asegurado el teniente general Kwak Jong-keun.
Dirigiendo todo este operativo golpista en la noche del martes 3 de diciembre, en coordinación con el presidente, estaba el entonces ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, que dimitió días después tras disculparse por la fracasada ley marcial. Kim fue arrestado el domingo y este martes fue acusado formalmente -y emitido una orden formal de detención- de conspirar con el presidente Yoon, por lo que se enfrenta a un cargo de rebelión, que conlleva una pena máxima de muerte.
Los investigadores sospechan que Kim convenció a Yoon de la declaración de la ley marcial y que ordenó el despliegue de tropas alrededor del Parlamento.
Los medios surcoreanos, citando fuentes del Ministerio de Justicia, han informado que Kim fue trasladado la pasada noche a un hospital tras intentar suicidarse, pero que se encuentra en una condición estable. “Kim fue encontrado intentando ahorcarse con una cuerda hecha a partir de prendas interiores dentro de un baño en el Centro de Detención Dongbu de Seúl a las 11:52 p.m, poco antes de que un tribunal emitiera una orden de arresto contra él”, señala el comunicado del ministerio.
El martes, los legisladores surcoreanos aprobaron en el Parlamento, controlado por la oposición, un proyecto de ley para nombrar a un fiscal especial para que investigue al presidente. También se aprobó una resolución pidiendo el arresto de Yoon y de otras siete “figuras clave” del “golpe de Estado”, entre ellas al ya detenido ex ministro de Defensa o al jefe del del Estado Mayor, el general Park An-soo, quien se autoproclamó “comandante de la ley marcial” durante su breve aplicación.
Yoon, que tiene prohibido salir del país, se aferra al cargo a pesar de la presión de su propia formación, el gobernante Partido del Poder Popular (PPP), que ha bloqueado todos los poderes del presidente, dejando un vacío de liderazgo mientras la incertidumbre continúa por esta crisis política sin precedentes en la democracia de Corea del Sur.
Han Dong-hoon, líder del conservador PPP, anunció el fin de semana que Yoon ya no participará en la gestión del país ni en la diplomacia exterior, y que sería el primer ministro quien se encargaría de estos asuntos. Pero esta decisión ha sido denunciada por la oposición como un “segundo golpe de Estado” porque no estaría sujeta a ninguna base legal. Es decir, que el PPP no puede decidir unilateralmente apartar al presidente, que todavía no ha dimitido formalmente, ni tampoco ha sido destituido ni arrestado.
Según la Constitución de Corea del Sur, el presidente sigue siendo el jefe del gobierno y comandante en jefe del ejército a menos que quede incapacitado o que renuncie. Desde el PPP defienden que es perfectamente compatible y legal que Yoon permanezca en el cargo y a su vez delegar sus poderes en el primer ministro.
En medio de todo este caos, la oposición presenta este miércoles una nueva moción de censura que se votará el próximo sábado. El presidente Yoon ya sobrevivió hace unos días a un impeachment después del boicot de su partido, que no quiere que sean sus rivales quienes se lleven los méritos por tumbar al presidente, algo que además conduciría a la celebración de nuevas elecciones en las que, como apuntan todos los sondeos, arrasarían los partidos liberales.
En las últimas horas, desde Seúl varios parlamentarios han acusado también a Yoon de haber conspirado para provocar a Corea del Norte y así tener una justificación sólida para declarar la ley marcial. En octubre, Pyongyang denunció que varios drones del ejército surcoreano sobrevolaron la capital norcoreana y amenazó con tomar unas duras represalias. “Esto formaba parte de un plan de Yoon para tener un pretexto e imponer la ley marcial”, denuncian desde la oposición citando fuentes militares.
COREA DEL NORTE SE PRONUNCIA POR PRIMERA VEZ SOBRE LA CRISIS SURCOREANA
Aunque el presidente Yoon trató de poner a Corea del Norte en el foco tras asegurar la semana pasada que declaraba la ley marcial porque la oposición tenía un complot con Pyongyang para derrocarlo, la crisis política desatada en Seúl se fue convirtiendo en un asunto únicamente interno. El régimen de Kim Jong-un, ajeno a la agitación política de su vecino, se había mantenido al margen, sin ni siquiera pronunciarse. Hasta ahora.
“El títere Yoon Suk Yeol, que ya había enfrentado una grave crisis de gobierno y un juicio político, declaró la ley marcial inesperadamente y desató las armas de la dictadura fascista contra el pueblo“, dice un comunicado publicado este miércoles por la agencia estatal norcoreana KCNA.
Este ha sido el primer comentario público desde Corea del Norte sobre la ley marcial y el desempeño de Yoon, que señaló la semana pasada que el decreto era para erradicar del Parlamento a las “fuerzas pro-norcoreanas y antiestatales”
Agencias