Es el dirigente político, detrás del presidente Xi y del primer ministro, más importante de la superpotencia asiática
NotMid 26/11/2024
ASIA
La explosión económica de China a raíz de las reformas pro mercado de finales del siglo XX, además de una impresionante mejora de vida para la población y una mayor preeminencia del gigante asiático en los asuntos del tablero global, trajo consigo una corrupción endémica que campaba impunemente porque todos los esfuerzos en Pekín estaban centrados en mantener ese crecimiento económico desorbitado.
Aquello cambió con la llegada al poder de Xi Jinping en 2012. El presidente impulsó una purga masiva contra “tigres” y “moscas”. Con los primeros, se hacía referencia a los altos funcionarios corruptos. Los otros eran funcionarios de bajo rango. Xi desató una campaña anticorrupción que se extendió por el gobernante Partido Comunista (PCCh), por todos los niveles del Estado y por las empresas.
Desde Pekín señalan que en la última década, bajo la campaña contra la corrupción de Xi, más de cinco millones de personas han sido castigadas, muchas de ellas condenadas a muerte. En 2017, como brazo ejecutor de esta cruzada, el presidente chino escogió a un reputado gobernador provincial, Zhao Leji (67 años), para que estuviera al frente de la Comisión Central de Inspección Disciplinaria, el principal organismo anticorrupción.
Con Zhao a los mandos, más de un millón de funcionarios de todos los niveles fueron purgados, entre ellos varios pesos pesados del PCCh que se presentaban como oponentes al liderazgo de Xi. Zhao, graduado en Filosofía, también dirigió el poderoso Departamento de Organización del partido, el órgano que supervisa el nombramiento de los altos funcionarios y que utilizó para colocar a los aliados del presidente en los puestos más importantes.
El año pasado, Xi recompensó la lealtad de Zhao colocándolo como director de orquesta del máximo órgano legislativo, la Asamblea Popular Nacional (APN). El cazador de corruptos se convertía así en el dirigente político, detrás del presidente y del primer ministro, más importante de la superpotencia asiática como número tres del poderoso Comité Permanente del Politburó, el selecto club de líderes del partido.
Zhao se encuentra estos días de gira por el sur de Europa. Estuvo el fin de semana en Barcelona para inaugurar la puesta en marcha de la producción de vehículos eléctricos fruto de la alianza entre la marca Ebro y el gigante chino Chery en la antigua fábrica de Nissan. El máximo legislador chino fue recibido con honores por el president de la Generalitat, Salvador Illa, y también se reunió con el ministro de Industria, Jordi Hereu.
En Madrid fue recibido el lunes por el Rey Felipe VI y Pedro Sánchez. Con este último ya se reunió el pasado septiembre durante la visita del presidente español a Pekín, en un momento de máxima tensión entre la Unión Europea y el gigante asiático por los aranceles a los vehículos eléctricos chinos. En la votación de octubre en Bruselas, España estuvo entre los 12 países que se abstuvieron de aprobar la imposición de estos aranceles.
Zhao es el último pez gordo del PCCh en viajar a España. Hace dos semanas, el presidente Xi hizo una escala de 24 horas en Canarias antes de dirigirse a una cumbre en Perú. En mayo, otro alto cargo del poderoso Politburó chino, Yin Li, estuvo en Madrid de visita por la sede del PSOE, donde fue recibido por la vicepresidenta primera María Jesús Montero y por el secretario de Organización, Santos Cerdán. Aquel día en Ferraz también estuvo José Luis Rodríguez Zapatero, quien mantiene muy buenas conexiones en Pekín y se ha convertido en el silencioso enlace del Gobierno de Sánchez para impulsar todas estas visitas de mandamases chinos.
Agencias