La ministra será vicepresidenta de la nueva Comisión Europea pese a sus insuficientes explicaciones en el Congreso
NotMid 21/11/2024
EDITORIAL
La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico fue ayer incapaz de explicar en el Congreso de los Diputados su prolongada ausencia tras la DANA que arrasó Valencia. Como vicepresidenta tercera del Gobierno y titular de un Ministerio directamente involucrado en la emergencia, sus aclaraciones dejaron importantes lagunas, después de más de tres semanas de desaparición pública ante la mayor tragedia ambiental de las últimas décadas. Volcada en su preparación para su examen como aspirante a vicepresidenta europea, desatendió su responsabilidad de ofrecer explicaciones a la ciudadanía.
Ayer, ofreció detalles sobre cómo decayeron unas obras de prevención durante los años en que gobernó Mariano Rajoy, pero ocultó que después de 2018, siendo ya ministra, se paralizaron los proyectos en la zona por falta de presupuestos y problemas ambientales, estos últimos a causa de la Ley de la Huerta que aprobó el Govern socialista de Ximo Puig.
Ribera siguió la misma estrategia cuando habló de las horas previas a la tragedia: se detuvo en el buen trabajo de la Conferencia Hidrográfica del Júcar (CHJ) al vigilar y actuar sobre la presa de Forata, pero no esclareció por qué esas mismas precauciones no se extendieron al barranco del Poyo, cuyo desbordamiento provocó la mayor parte de las víctimas mortales. La ausencia total de autocrítica se extendió tanto a su escasa participación como a los avisos de carácter funcionarial emitidos por la CHJ. La realidad es que el 29 de octubre concurrieron unas riadas inevitables y en buena medida imprevisibles junto con múltiples fallos e inoperancias, que en primer término señalan a Carlos Mazón como principal responsable político del operativo.
La comparecencia de la ministra se solapó ayer con la confirmación del acuerdo entre conservadores, socialistas y liberales para aprobar en bloque en la Eurocámara la nueva Comisión Europea de Ursula von der Leyen, donde Ribera será vicepresidenta para la Transición Limpia, Justa y Competitiva. El PP, cuyos diputados europeos votarán contra el nombramiento de la socialista, no ha logrado vetarla, pero sí ha conseguido el apoyo del Grupo Popular Europeo para bloquear su nombramiento una semana, en la que Pedro Sánchez se ha visto obligado a negociar con Von der Leyen. Lejos del muro contra la extrema derecha sobre el que el presidente ha edificado su legislatura, los socialistas se ven ahora obligados a aceptar a los candidatos propuestos por la italiana Giorgia Meloni -que será vicepresidente pese al veto inicial de los socialistas- y por el húngaro Viktor Orban, aunque este último perderá competencias.
Especialmente con Donald Trump a punto de volver a la Casa Blanca, es imprescindible contar con una Comisión Europea fuerte y cohesionada. En este difícil contexto, Ribera afronta su nuevo cargo políticamente tocada, bajo la amenaza de que los populares europeos pedirán su dimisión si es imputada por la gestión de la DANA. Una gestión que, en cualquier caso, ha presentado importantes carencias a distintos niveles.