El ex presidente y su mujer Michelle han hablado durante la segunda jornada de la Convención Demócrata celebrada en Chicago y han cargado duramente contra Donald Trump
NotMid 21/08/2024
USA en español
La carrera política de Barack Obama saltó a la estratosfera con un discurso y una frase pronunciados en una Convención Demócrata. El discurso fue en la Convención de 2004, celebrada en lo que entonces se llamaba el palacio de los deportes FleetCenter y hoy TD Garden. La frase era: “No hay unos Estados Unidos ‘negros’, y unos Estados Unidos ‘blancos’ y unos Estados Unidos ‘latinos’ y unos Estados Unidos ‘asiáticos’: lo que hay es Estados Unidos de América”.
Veinte años, tres semanas y cuatro días más tarde, Barack Obama volvió a abrazar la bandera de la unidad. La campaña de la candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, le había designado el cierre de la segunda jornada de la Convención de este año, titulada ‘Una visión audaz para el futuro de Estados Unidos’, aunque en realidad había estado marcada por los feroces ataques a Donald Trump lanzados desde la tribuna de oradores por tres republicanos, uno de los cuales, Stephanie Grisham, trabajó en la Casa Blanca durante la presidencia del ahora aspirante.
Obama tenía que poner el broche de oro a la noche. Para ello, la organización planteó un ‘crescendo’ de oradores. Primero, el esposo de Harris, Doug Emhoff. A continuación, una favorita de los demócratas: la esposa de Obama, Michelle, que lanzó un juego de palabras con la palabra “esperanza” (“hope”, el lema de la campaña de su marido en 2008) al decir que “la esperanza está regresando”. Finalmente, el ex presidente, que encima jugaba en casa, dado que, aunque nació en Hawái, desarrolló toda su carrera política en Chicago hasta que dio el asalto a la Casa Blanca.
Aparte, el paralelismo entre Obama y Harris es evidente. Él fue el primer presidente que no es blanco. Ella aspira a ser la primera mujer presidente. Además, Harris es de raza negra (por parte de padre) e india (por parte de madre). Y, dentro de la imparable tendencia al faccionalismo y a la división en subgrupos de la política estadounidense, en esta Convención ha aparecido un tercer elemento identitario de la candidata: su origen caribeño, ya que su padre nació en Jamaica.
El discurso de Obama fue muy distinto del de hace veinte años. Entonces, él no era nadie. La campaña de John Kerry, que perdería ante George W. Bush, le había dado un lugar no muy relevante solo porque en las primarias al Senado por Illinois, Obama había arrasado, al sacar 29 puntos a su más inmediato rival. Era una clara promesa al alza del partido. Y con su elocuente llamada a la unidad nacional de su discurso lo confirmó. Nadie esperaba, sin embargo, que solo cuatro años más tarde aquel chaval de 43 años de Chicago fuera a ganar las elecciones.
Ahora, como ex presidente, Obama – y también Michelle, que suele tener la lengua mucho más afilada que él – atacó sin misericordia a Donald Trump. “Ya hemos visto esta película, y todos sabemos que la secuela suele ser peor”, dijo, refiriéndose a la primera presidencia de Trump. Su esposa, poco antes, se había burlado de la expresión del candidato republicano de “trabajos negros”, al recordar que un negro – su esposo – fue presidente antes que él. “¿Quién va a recordar a Donald Trump que el trabajo que busca es un “trabajo negro”?”, dijo la ex primera dama en una frase que puede convertirse en el origen de una serie de memes interminable en los 76 dias que quedan hasta las elecciones.
El tono de Obama fue sombrío, no solo al definir a Donald Trump, un presidente que en 2017 rompió el acuerdo nuclear de EEUU y otras seis potencias con Irán solo porque, como reconoció el embajador británico en Washington, Kim Darroch, éste había sido logrado por él. También lo fue cuando definió la situación de la campaña. Pese a la euforia de los 25.000 delegados que atiborran el polideportivo United Center de Chicago, la campaña de Harris teme que el exceso de confianza le pase una factura tal el 5 de noviembre que entregue la presidencia a Trump. Por eso Obama insistió: “Pese a toda la increíble energía que hemos sido capaces de generar en las últimas semanas, por todos los mítines y los memes, ésta va a ser una carrera muy ajustada en un país muy dividido”. El mensaje de 2004 ha desaparecido, así, completamente. A lo más que aspira Barack Obama en 2024 no es a unir a EEUU, sino a que su partido gane aunque sea por un solo voto.
Agencias