La hija del disidente Oswaldo Payá sigue la estela de su padre y su famoso Proyecto Varela, que apostaba por un plebiscito para que los cubanos pudieran decidir sobre su destino
NotMid 08/06/2024
IberoAmérica
Pasa el tiempo pero el mensaje de Rosa María Payá no pierde contundencia. La opositora cubana, de 35 años, e impulsora de la iniciativa Cuba Decide trabaja desde su exilio en Estados Unidos para devolver a los ciudadanos de la isla su libertad. Como ya hiciera su padre, Oswaldo Payá -líder del Movimiento Cristiano Liberación y creador del Proyecto Varela, que murió en un accidente en 2012-, promueve “un plebiscito vinculante para poder cambiar el sistema en Cuba” y considera que para ello el respaldo de la comunidad internacional es fundamental. A su paso por Madrid, en plena campaña de las elecciones europeas, reclama en una entrevista ese apoyo al Parlamento Europeo y a España para alcanzar esa salida.
Pregunta. La actualidad informativa está desviada hacia otros puntos calientes que hacen pasar desapercibidos países como el suyo. ¿En qué punto está la isla?
Respuesta. La isla está en una profunda crisis estructural, que comprende una crisis económica también y por crisis económica entendamos que el Estado cubano, secuestrado por este régimen hace 64 años, en este momento no tiene cómo responder a las necesidades más básicas de la población. Es decir, el sistema está colapsando. La mayoría de las familias cubanas tienen acceso a unas horas de electricidad al día, a unas horas de agua potable a veces cada varios días, el sistema de salud, de transporte, el alumbrado… Absolutamente todas las necesidades más básicas de la población, incluyendo el acceso a la comida, están en franco deterioro.
Eso significa que el pueblo cubano está pasando hambre, no tiene medicinas. Y la peor de las crisis es la de la represión política. Hay más presos políticos en Cuba que en el resto de la región, todos sumados, incluyendo Nicaragua, Venezuela y Bolivia.
Estoy segura de que los españoles recuerdan el verano del 2021 con cientos de miles de cubanos en las calles exigiendo libertad, pidiendo cambio de sistema, cambio hacia la democracia. Esa manifestación del pueblo fue enfrentada con una represión brutal. Muchos de los casi 1.100 presos políticos reconocidos que hay, probablemente hay muchos más, son manifestantes pacíficos, no solamente del verano del 2021. En el 2022 hubo más protestas que en el 2021, en el 2023 más que en el 2022, y en marzo de este año el oriente del país salió a las calles.
P. A raíz de esas últimas marchas, hay analistas que apuntan a que se espera otro 11 de julio como el de 2021.
R. Estoy totalmente de acuerdo, en cualquier momento volvemos a ver una explosión social como la del verano del 2021. Si algo tiene claro la ciudadanía cubana es que para salir de la crisis hay que salir de la dictadura. Los cubanos estamos haciendo lo que podemos, que es la lucha pacífica e intentar movilizar a la comunidad internacional. Pero es la comunidad internacional la que no ha estado a la altura del coraje del pueblo cubano en las calles. Eso juega en contra de nuestro pueblo, pero también en contra de las democracias europeas.
P. ¿Está aprovechando el Gobierno cubano esa desviación de la mirada de la que hablábamos para…?
R. Para disfrutar de una impunidad aún más criminal de la que ha tenido durante 60 años, seguro. Pero esto no es solamente un aprovechamiento oportunista de las otras grandes crisis que están viviendo el mundo y las democracias, es que el régimen cubano participa de esas crisis. Es el mejor aliado transatlántico del “régimen terrorista ruso”. Decimos “régimen terrorista” porque así lo definió el Consejo de Europa y en la misma resolución dijo que el régimen cubano es un aliado de ese “régimen terrorista” en la guerra de agresión contra Europa.
Díaz-Canel ha viajado varias veces a Rusia después de iniciar la invasión. Desde allí ha culpado a Europa y a Estados Unidos por la guerra. Hay al menos 3.000 cubanos en el frente, en Ucrania, sirviendo en el Ejército ruso. El régimen cubano ha puesto sus aparatos de propaganda y de diplomacia al servicio de la propaganda del Kremlin. Por eso es tan urgente para Europa dejar de financiar al régimen cubano como lo hace la Unión Europea, que mantiene un acuerdo de cooperación y diálogo político. Hay al menos 200 millones de euros todos los años que van al régimen cubano.
P. ¿Por qué cree que lo mantiene?
R. Esa es una pregunta para [Josep] Borrell. Es inmoral, es prácticamente ilegal y va en contra de los mejores intereses de los europeos. Yo creo que también va en contra de las intenciones y los sentimientos que tiene el pueblo europeo con el pueblo cubano y especialmente el español.
P. ¿Qué le pediría a España y al Parlamento Europeo?
R. El Parlamento Europeo acaba de prohibir a los funcionarios cubanos pisar el suelo de la Eurocámara, eso mismo debería ocurrir en cada uno de los parlamentos de Europa. Tanto el Gobierno como Bruselas tienen hoy la oportunidad de apoyar a ese pueblo cubano que está en las calles pidiendo un cambio y de denunciar el acuerdo que todavía permite que millones de euros de los españoles vayan a manos de la dictadura.
P. ¿Qué le parece la relación del Ejecutivo español con Cuba?
R. Contrasta el recibimiento del señor Pedro Sánchez al dictador cubano en Bruselas con un Parlamento Europeo que les está negando incluso pisar ese suelo. Es vergonzoso que el Gobierno español mantenga relaciones de práctica complicidad con la dictadura cubana y con sus aliados en el hemisferio, como el madurismo, y también va en contra de los mejores intereses del pueblo español.
P. ¿Qué supusieron las medidas tomadas este año por el Gobierno, entre ellas el aumento del precio del combustible en un 500%?
R. Cada medida que se establece, en lugar de hacerlo en la dirección de la libertad, primero política y luego económica, se implanta como un mecanismo de más control. La diferencia es que en este momento la gente se está muriendo. Hemos tocado fondo y hay que salir de esta crisis. Para eso la oposición cubana está preparada, tiene un proyecto de transición. Desde nuestra iniciativa, desde Cuba Decide, que no es una organización, es una iniciativa ciudadana compartida por muchos y por muchas organizaciones de oposición dentro y fuera de la isla, proponemos un camino para hacer ese inicio de la transición viable.
Es la realización de un plebiscito vinculante para poder cambiar el sistema en Cuba, salir de esa Constitución comunista, de esa sentencia a cadena perpetua que está además impuesta y avanzar hacia la transición con el consentimiento de la ciudadanía, en un proceso que puede ser apoyado por la comunidad internacional. Pero sabemos que todos estos pasos técnicos, totalmente posibles y urgentes para el pueblo cubano, no se dan a menos que seamos capaces de forzar a esos militares que llevan 64 años en el poder en Cuba a someterse a la voluntad soberana de la ciudadanía.
Y para eso hay que convertirse en una amenaza para sus intereses personales y para sus intereses mafiosos. Eso lo puede hacer Europa. Eso lo pueden hacer las democracias de las Américas.
P. Esto suena mucho a Venezuela y sus elecciones.
R. En efecto, el escenario es similar, no es idéntico. En el caso cubano, el pueblo jamás ha elegido el castrismo. Nunca ha habido elecciones. Creo que nos toca tener la oportunidad. En segundo lugar, nosotros no estamos abogando por ningún proceso que no tenga las garantías mínimas elementales. O sea, el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales ocurre antes de que los cubanos tengan la oportunidad de votar para cambiar el sistema. Y por eso es tan elemental que las democracias de Europa apoyen el cambio de sistema en Cuba. Porque significa apoyar la libertad de expresión, asociación, el derecho a las elecciones y a la libertad de prensa en Cuba, la liberación de los presos políticos, el fin de la represión… ¿A cuál de ellos no tenemos derecho los cubanos?
P. ¿Considera que el Proyecto Varela está más vigente que nunca?
R. Así es, en su elemento más fundamental, que es precisamente que los cubanos tenemos derecho a decidir nuestro futuro. Ese era el último punto del Proyecto Varela: ir a referéndum. Las democracias europeas y americanas saben cómo hacer eso. Porque se hizo para forzar a Pinochet a someterse a un plebiscito, se hizo para terminar con el apartheid en Sudáfrica.
P. ¿Existe disconformidad dentro del castrismo?
R. Sí. Por supuesto que los funcionarios del castrismo también están inconformes con lo que está pasando. Muchos de ellos ven afectados sus privilegios. Ahora, el régimen cubano funciona a partir de la administración del terror. Mientras más cerca del poder estás, más lo vives.
P. ¿Cómo perciben la situación los cubanos en el exterior?
R. Yo creo que los cubanos dentro y fuera nunca renunciamos a la libertad. El éxodo que ha vivido mi país en los últimos tres años es el más grande. Siendo muy conservadores, al menos el 5% de la población ha salido.
P. ¿Qué puede suponer para Cuba el regreso de Trump a la Casa Blanca?
R. Lamentablemente en estos momentos las medidas que está tomando la Administración Biden van en la dirección o han estado en una dirección que no aumenta la presión sobre el régimen cubano. Así que sea quien sea quien gane las elecciones, nosotros esperamos que estén dispuestos a presionar al régimen cubano en favor de la libertad del pueblo.
Agencias