En su nuevo libro ‘El camino hacia la dictadura de Sánchez’, el incombustible periodista saca toda su artillería con una selección de artículos y un prólogo inédito. “No se puede caer en la tentación populista plebiscitaria: España no se vota, la monarquía no se vota”, advierte.
NotMid 24/02/2024
Estilo de vida
Federico Jiménez Losantos (Orihuela del Tremedal, Teruel) concentra en su vasta obra intelectual toda la reciente historia de España. El camino hacia la dictadura de Sánchez (Espasa), escrito en tiempo real, a pie de campo, en orden cronológico, señalando lo que estaba pasando y lo que iba a pasar, compila los artículos/ensayos aparecidos en Libertad Digital -y un prólogo inédito de 40 páginas-, entre octubre de 2017 y diciembre de 2023. Más que una denuncia, es un clamor contra la voladura de los pilares del 78, la crónica de un crimen anunciado, por Federico, claro está, como preludio del cambio de Régimen. Sale a la calle el próximo 28 de febrero, justo el día antes del cumpleaños de Pedro Sánchez. Es un buen regalo.
La Ley de Amnistía es el eje del libro.
La madre del cordero. Equivale a licenciar, a despedir, a toda la administración de Justicia, el fin del Estado de Derecho y, por tanto, la dictadura personal de Sánchez. ¿Cómo hemos llegado a esto? Es un proceso paulatino en el que ha colaborado Ciudadanos y el PP de Casado y Teodoro……que es heredero del de Mariano Rajoy. Sorprende que el primer artículo sea un bofetón apoteósico a Rajoy.
«Un Gobierno de gallinas presidido por un avestruz»
No me acordaba de él, porque no suelo releer los artículos que escribo. Pero al repasar algunos, Javier Somalo, que me ha ayudado en la selección, sugirió que no empezara con Sánchez, sino con el golpe, que es inmediatamente antes y explica muchas cosas que pasan después. Rajoy no es el culpable pero sí el gran responsable de lo que ha sucedido. Pudo pararlo todo y no paró nada. El PP ha sobrevivido porque sobrevivió Ayuso en Madrid y, a partir de ahí, se ha reconstruido con Feijóo.
¿Es la Amnistía el puerto último o un paso más hacia la destrucción absoluta del sistema?
Es el paso decisivo. A partir de la ley de Amnistía ya no hay Ley. Puedes hacer un referendo y, aunque lo pierdas, repetirlo las veces que quieras. Es lo que siempre quisieron hacer los independentistas catalanes: tener una Justicia propia. Lo que han votado ahora es hacer soberano el Parlamento de Cataluña para poder proclamar la República cuando les parezca. La ley de Amnistía desmantela de tal modo el Estado de Derecho que no hay a dónde acudir. Nos queda Europa, que no deja de ser un poder exterior, lento… Pero a diferencia de la época de Rajoy ahora sí hay oposición.
Pedro Sánchez y Europa, hábleme
Sánchez no es un líder europeo. Es de aquí porque nació aquí, pero su mentalidad es de caudillejo bolivariano. Hay un momento clave, que es cuando le dice a Manfred Weber si quiere ponerle una calle a Hitler como aquí se le está poniendo a Franco. Primero es mentira lo de España. Y, luego, a un alemán le puedes llamar de todo, y si es democristiano, incluso pedófilo y satánico. Ahora, nazi nunca. Weber lo sentencia al día siguiente cuando dice que se olvide de un cargo publico en Europa el resto de su vida. Pedro Sanchez llevaba escrito aquello, no fue improvisado. Había roto con Europa. Él aspira a ser en el Sur de Europa, lo mismo que ZP. Es decir, un tío del cártel de Puebla, que es el narco, el comunismo, el antisistema.Usted introduce en el título del libro una rendija de esperanza: «camino hacia».
¿Existe la posibilidad de retorno?
Cuando reúno los ensayos, era más pesimista. Pero la rebelión de los jueces es la clave. Si hay jueces en España, puede haber Ley. Y si hay Ley, nos va a defender a los españoles. Todavía no hemos llegado a la dictadura, podemos frenar el proceso. No del todo porque en el País Vasco y Cataluña es imposible la marcha atrás. Lo que no se puede caer es en la tentación de los referendos. Como somos más, a votar. No. España no se vota, la Monarquía parlamentaria no se vota. Es importante, insisto, no caer en la tentación populista plebiscitaria. En los plebiscitos nunca se sabe quién cuenta los votos y en los regímenes bolivarianos roban siempre las elecciones a las cuatro de la mañana.
Quieren descolonizar museos mientras colonizan instituciones (TC, Tribunal de Cuentas, la Fiscalía). ¿Tanta influencia tiene el Grupo de Puebla en este devenir?
Exactamente. Es el comunismo de toda la vida pero travestido de ideología de género, el alarmismo climático y un autoritarismo moral en materia sexual que no ha pasado ni en la dictadura de Franco. El otro día en los Goya atacan a un director, Carlos Vermut, de un talento extraordinario -aunque odio el cine español he visto Magical girl– porque tres señoras que habían tenido sexo duro con él ahora estaban molestas. ¿Y? ¿Hay alguna denuncia? No. Lo que hay es un linchamiento en un periódico progre, asqueroso, golpista, y los titiriteros clamando «¡oh!, ¡ah!, nunca más». Pero si sois la misma escoria de siempre. Almodóvar, el ricacho evasor en Panamá, suelta: «Devolvemos con creces el dinero». Es mentira. No devolvéis ni la mitad. No recaudáis, no digo ya devolver, ni la mitad de lo que recibís. Vivimos en el imperio de la mentira. Sánchez, que es un psicópata, trae la capacidad de vivir a gusto en la mentira. Su éxito es ir siempre más allá de lo que esperas.
Dos preguntas de este periodo confluyen en este proceso paralelo al procés: «¿Y el fiscal de quién depende?» (Sánchez); «¿Esto lo sabe Conde Pumpido?» (Otegui).
La dirección de todo esto no es catalana, es la ETA la que dirige el proceso. Lo apuntó Pablo Iglesias cuando fue a la herrikotaberna: «Aquí están los únicos que han entendido la Transición, la dictadura, la cárcel de los pueblos…». Es la idea comunista de utilizar lo que más daño haga a un régimen burgués, liberal, etcétera. ETA tiene ya Navarra, le han entregado Pamplona y va a ganar en el País Vasco. Y mandará Otegui. Ellos quieren hacer tres referendos simultáneos -por eso han sido tan importantes los resultados de Galicia, un tercer frente nacionalista coordinado por Sánchez hubiera sido terrible- y luego ir a por el de la Monarquía. Que es el objetivo final y que, en el fondo, es el único objetivo real que le queda a Sánchez. Ya no tiene más futuro -no creo que haya Presupuestos este año- que el proceso de República.
¿Una República de repúblicas?
Una confederación de repúblicas, vagamente ibéricas y tal. En realidad es un golpe de Estado, la República del 31. Con una diferencia fundamental: la oposición tiene un partido muy fuerte y el Rey no es Alfonso XIII. Hemos tenido mucha suerte con Felipe VI. Esto con Juan Carlos no es que hubiera sido posible, habría sido fácil incluso.Echo de menos en la portada del libro, perfilada como el retrato del mal, la fotografía de Marlaska.Me lo propusieron. Yo sólo he elegido dos fotos, la de Sánchez y la de Conde Pumpido, fundamentales para entender lo que está pasando. Ya puede dar Sánchez el golpe de Estado que quiera, que si el TC lo declara ilegal, no hay golpe de Estado. Quería significar en la portada que Sánchez es la cabeza de un grupo subversivo en el que los más peligrosos son los jueces antiespañoles (Pumpido), y están los separatistas catalanes (Puigdemont y Junqueras), los terroristas vascos (Otegui) y el Tucán (Yolanda Díaz).Yolanda Díaz recogió en Galicia más pellets que votos.En su pueblo, Fene, donde la conocen, 304.
Percibo en sus palabras a lo largo de la entrevista una reconciliación cierta con el juez Marchena.
Me enfadé con Marchena por esa manía de buscar la unanimidad. El golpe del 1-O era un delito de rebelión evidente, hasta Sánchez lo decía entonces. Lo contrario era una bofetada al Rey, que es el que para el golpe en un primer momento. Y luego ya se pone en funcionamiento la Justicia. El fiscal Zaragoza, con quien me las tuve tras el 11-M, se porta y se sigue portando. La élite judicial, que es la Sala Segunda del Supremo, la élite fiscal y los jueces de carrera son los que se plantan. Y ya es una cuestión de honor. O gana Pumpido o gana Marchena. Veo a Marchena dispuesto a pelear. El Estado de Derecho se defiende ahí. El último baluarte es la Corona. Los siete últimos discursos del Rey, que son los últimos de Alfonsín antes de su marcha, son piezas canónicas.
A Federico Jiménez Losantos le grababa en una bobina de un viejo magneto sus comentarios liberales en las madrugadas de Antena 3 de Radio, en los albores de los años 90, cuando su voz se erigía en azote metálico del felipismo en El Primero de la Mañana, de Antonio Herrero. De la lucha contra el felipismo a la batalla contra el sanchismo hay un recorrido coherente de quien piensa que la batalla que se pierde por la libertad es la que no se da. Todo ha degenerado tanto que no faltan quienes miran al pasado de Felipe González con una nostalgia de tiempo feliz donde, sin embargo, Losantos sitúa los polvos de estos lodos que pasaron por las aguas del zapaterismo.
El PP ha sobrevivido porque sobrevivió Ayuso en Madrid y, a partir de ahí, se ha reconstruido con Feijóo
¿Tanto ha degenerado la cosa como para elevar el felipismo a la categoría de espejo donde mirarse?
El gran problema empieza cuando Felipe asalta el CGPJ. El año 1985 él hace una ley orgánica que acaba con lo que dice la Constitución, que los jueces eligen a 12 de los 20 vocales y luego cuatro el Senado y cuatro el Congreso. Eso es lo que dice la Constitución y es a lo que hay que volver. González pasa a decir que los elige la soberanía popular, porque ellos siempre dicen popular, nunca nacional. Lo que estamos viviendo con Sánchez es lo que empieza con Felipe. Todo viene de allí, incluyendo la corrupción.
¿Cuál es la diferencia entre Juan Guerra y Koldo García?
Ninguna. Tienen impunidad asegurada. Uno por el entonces vicepresidente del Gobierno [Alfonso Guerra] y otro por todos los ministros que estaban ahí, empezando por Ábalos, que era el ministro más importante por volumen de gasto y, además, el secretario de organización del PSOE.
A la velocidad a la que suceden las fechorías y la descomposición del sanchismo y al ritmo al que usted vende libros, la semana venidera podría Espasa publicar la segunda edición ampliada de este camino: el caso Koldo, la resaca de la elecciones gallegas,el viaje de Sánchez a Marruecos, los datos que se van conociendo del desmantelamiento de la unidad antinarco de la Guardia Civil OCON-Sur…
Todo proceso revolucionario se basa en la velocidad. Qué habría en el móvil de Sánchez para entregar el Sahara sin discutir. Tres teléfonos móviles se intervienen sucesivamente. Primero el de Begoña, después el de Marlaska y luego el de Sánchez. Marlaska disuelve el grupo antinarco -más de un millón de marroquíes vive del cannabis; Marruecos vive de ello como en su día Afganistán del cultivo de la amapola-. Marruecos tiene un lobby y el jefe de ese lobby marroquí es Felipe González.
Abascal ha pasado de ser el chico de Amurrio a ser un señor que va a caballo
Lo de Ábalos se veía venir desde el caso Delcy que usted denunció con tanto énfasis. ¿Poner el foco en Koldo no es desviar el foco?
A mí me ha sentado dos veces en el banquillo y dos veces he tenido que explicar que esa noche había tres personas en Barajas que no podían estar: Ábalos, Koldo y Delcy. Y Koldo es el que abre la aduana para que pasen las 40 maletas de Delcy con una fortuna dentro. No es que reciban a Delcy, que debía ser detenida si pisaba suelo español, es que reciben la coima y se la guardan. La primera vez que se publica esto lo hace Vozpópuli y les ponen una querella. Y Ábalos me pone una querella a mí. Se la gano y un juez amigo dice que se repita el juicio. Y se lo vuelvo a ganar. Ellos que hablan de lawfare siempre han utilizado la Justicia para amedrentar a los periodistas que denunciamos casos de corrupción.
La figura de Koldo tiene su homo antecessor en el chófer de la coca del caso de los ERES. Incluso más allá: todo lo que le rodea, también a Ábalos, desprende un halo, más que torrentiano (de Torrente), roldanesco (de Luis Roldán).
Luis Roldán también vino de Navarra protegido por el PSOE, aunque empezó a robar en Zaragoza. Felipe pensó en hacerlo Ministro del Interior, pero le dio la Guardia Civil. Recuerdo cuando Antonio Herrero entrevistó a su mujer: «Veinte años lavándole los calzoncillos, y se me va con una piscóloga» [risas].
Putas y coca como denominador común en los casos de corrupción del PSOE (Koldo, ERES, Tito Berni, Roldán…)
Nada nuevo, pues.Todo lo que estamos viviendo viene del felipismo, como decíamos. Hay una diferencia. Zapatero saca la Ley de Memoria Histórica para decirnos lo que es historia y lo que no y acabar con la Transición. Jaime Mayor Oreja, que como Casandra siempre acierta, en lo bueno no, pero en lo malo sí, vaticinó: «Lo que quieren meter a la ETA en el sistema y echar a la derecha». Y es exactamente eso.Lo de Galicia salió bien al PP, pero la izquierda ya no quiere lecturas nacionales. Una semana antes Feijóo volvió a sentir esa pulsión suicida de la derecha.
Su jefe de prensa, como a los catetos que vienen a Madrid, le había hecho una cena con la flor de la intelectualidad, es decir, con todos los periodistas rojos. A quién se le ocurre meter a Daniel en el foso de los leones?
Y Feijóo, que al fin y al cabo viene del reino de los suevos, y no sabe que en Las Ventas no se puede torear como en Pontevedra, ni el público del Bernabéu es el de Riazor, pica y se deja llevar. Pero es verdad que luego se manipula, porque la realidad es que no aceptó el ofrecimiento de Puigdemont. Para un separatista catalán con quien tiene que pactar es con la derecha, la izquierda no le vale. La gente no sabe que Puigdemont siempre tuvo una gran admiración por Feijóo, y le felicitaba los santos y los cumpleaños y le mandaba regalos de Navidad. Mantenía una relación superficial pero buena. Y siempre pensó, cosa cierta, que era más de fiar que Sánchez. Fue un problema de provincianismo, carece de cuadrilla para la plaza de Madrid.
Federico, ¿se equivocó con Vox o Vox se ha equivocado de camino?
Defendí a Vox cuando nadie lo defendía. Había un Vox de tiempos de DENAES, donde además de Abascal estaba Iván (Espinosa de los Monteros), Macarena (Olona), Rubén Manso… Ese Vox que defendía lo que el PP había dejado de defender era necesario. Como todo este ecologismo maldito, la Ley de Violencia de Género -la derecha aceptó dos leyes letales para el Estado de Derecho como ésta y la Ley de Memoria Histórica-… El problema es que, en menos de un año, Vox se ha descapitalizado. No queda nadie de aquellos. Sólo Abascal y sus juventudes abascalinas. Penoso. Además, han desarrollado una cosa podemita, o de Yunque, que es el ataque personal a todo el que le lleva la contraria. El otro día dijo sobre el resultado de Galicia: «Es un mal día para España». ¡Coño, cómo que es un mal día para España cuando lo ha sido para los enemigos de España». A partir de las vacunas en Vox se desarrolla la línea sectaria de Yunque, y como en todas las sectas sólo se informa de cosas de dentro. Abascal ha pasado de ser el chico de Amurrio a ser un señor que va a caballo.
Agencias