La alerta roja que se disparó en el aeropuerto de Ezeiza requería la inmediata extradición del prófugo, imputado de cometer un delito “por motivos mercenarios” en la ciudad ucraniana de Lviv. Fue excarcelado mientras se tramita el juicio por extradición
NotMid 03/02/2024
IberoAmérica
Igor Churkin, con pasaporte ruso, llegó el 30 de enero a la mañana en un vuelo proveniente de Frankfurt al Aeropuerto Internacional de Ezeiza junto a su esposa ucraniana Anna y sus dos hijas menores de edad. Al pasar por Migraciones, antes de ir a retirar sus cuatro valijas carry on, se topó con una sorpresa ingrata: desde el control fronterizo saltó una alerta roja emitida por la Policía Internacional (Interpol) con sede en Ucrania, vinculada a un delito ocurrido “por motivos mercenarios” en la ciudad de Lviv. Era una orden de captura que requería la inmediata extradición del “prófugo” para que pudiera efectuarse un proceso penal en su contra. En ese momento quedó detenido en manos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Desde entonces comenzaron las averiguaciones formales por parte de la Unidad Operacional de Seguridad Preventiva de Ezeiza para corroborar si la circular en cuestión seguía vigente. Así, poco después el Departamento de Interpol de la Policía Federal Argentina remitió la documentación actualizada con la que se constató la vigencia del pedido de captura internacionaldel ciudadano ruso.
Según ese documento Igor Churkin, de 29 años, y con documento de la Federación de Rusia, cuenta desde el 11 de enero pasado con una “Notificación roja” solicitada por Ucrania por ser una “persona buscada a escala internacional” y en calidad de “Prófugo”. La descripción de los hechos lo imputan como “sospechoso de organizar, mediante una conspiración previa con un grupo de personas, la desinformación deliberada del órgano de instrucción sobre la perpetración de un delito penal junto con la acusación de un delito especialmente grave”. En otras palabras, Churkin está acusado de cometer una falsa denuncia “cometida por motivos mercenarios”, cuya sanción máxima para el Código Penal ucraniano está fijada en cinco años de cárcel. En la Argentina, por su parte, esa conducta tiene una pena de hasta un año de prisión.
Así las cosas, Churkin estuvo “detenido en calidad de comunicado” en la Departamental de Ezeiza todo el martes 30 de enero. En ese marco intervino su abogado Christian Rubilar Panasiuk, que mediante un escrito recaído en el Juzgado Federal Criminal y Correccional 2 de Lomas de Zamora, subrogado por el juez Ernesto Kreplak, pidió que “se haga lugar al hábeas corpus a favor de Igor Churkin, quien bajo caución juratoria estará sujeto al debido proceso de extradición ante el Juez de turno que corresponda”.
La Policía Internacional -Interpol- había emitido una orden de captura el 11 de enero pasado para detener al ciudadano ruso por un delito vinculado a “motivos mercenarios” (EPA)EPA
Ese mismo día, al resolver en el caso, el juez Kreplak describió que “la Policía de Seguridad Aeroportuaria hizo efectiva la detención preventiva con fines de extradición de Igor Churkin, por haber informado la autoridad migratoria de la existencia de una orden de captura internacional en ese sentido, a pedido del Tribunal del Distrito de Lychakivsky de la ciudad de Lviv, República de Ucrania”
Y añadió: “Lo cierto es que, actualmente entonces, Igor Churkin se encuentra detenido a disposición de este Juzgado, esto es, de la autoridad judicial competente, por lo que corresponde rechazar la denuncia de hábeas corpus en la medida en que no existe amenaza actual de la libertad ambulatoria del nombrado y su limitación se debe a una orden de la autoridad competente”.
A la mañana siguiente se llevó a cabo una audiencia virtual bajo los términos de la “Ley de Cooperación Internacional en Materia Penal”, cuyo artículo 49 establece que “En todos los casos de arresto provisorio, el juez oirá a la persona arrestada dentro del término de 24 horas (…)”. En dicha instancia, y con la ayuda de una traductora, Churkin comentó que se fue de Ucrania -donde vivía con su mujer- el 2 de marzo de 2022 como consecuencia de la guerra desatada entre Rusia y Ucrania.
También dijo que “siendo ciudadano ruso tenía fundados motivos del peligro que corría su vida” y que “el temor no era sólo por su vida, sino porque su padre, también ruso, era propietario de una empresa en Ucrania y sentía temores de represalias o aprietes por ese motivo”. Afirmó a su vez que hasta su salida de Ucrania junto a su familia no existía requerimiento de parte de ninguna autoridad oficial.
“La primera vez que tomó conocimiento de la situación -se transcribió en la audiencia judicial-, fue antes de ayer, el día 29 de enero, cuando estaba saliendo del Aeropuerto de Alemania -Frankfurt- para viajar a la Argentina, y allí le dijeron del pedido de arresto de Ucrania de Interpol, pero que ellos no lo iban a detener en razón de que se trataba de un tema muy pequeño e injustificado y que, además existiendo un conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, Alemania no le otorga la extradición a Ucrania de nadie. Que se viniese tranquilo para la Argentina”.
Cherkin llegó a Ezeiza el 30 de enero en un vuelo de Lufhtansa desde Frankfurt, Alemania, donde le habían avisado de la alerta de Interpol (Foto: EFE/EPA/Ronald Wittek)EFE
Por último, Cherkin informó que hace cuatro meses había nacido su hija en la Argentina y que él tenía ya iniciado el trámite para obtener la ciudadanía del país. Además subrayó que al momento de ser retenido en Migraciones declaró que el motivo de su viaje era “vivir definitivamente en este país, por tener una hija aquí”
En efecto, según declaró Rubilar Panasiuk a este medio, el joven se instaló el año pasado en un departamento de la calle Cabello del barrio porteño de Palermo junto a su esposa ucraniana, donde tuvieron a una beba que por derecho de suelo ya es argentina. Luego viajó a Alemania para “cerrar” algunos asuntos patrimoniales antes de mudarse de forma “permanente” a la Capital Federal. En Ucrania, por otro lado, trabajaba como “constructor de barrios residenciales”.
La noche del miércoles 31 de enero las partes del proceso volvieron a verse las caras de manera telemática. Esta vez para discutir la excarcelación promovida por el abogado defensor. Allí, el juez Kreplak evaluó que el detenido poseía “suficiente arraigo en el país” como para que pueda continuar el juicio en libertad. “Que todo ello -expresó-, sumado a la pena máxima prevista para el delito que se enrostra en la República de Ucrania (…) -aun la que se informa en la propia orden de detención, 5 años-, entiendo impiden tener por acreditada la existencia de riesgo de fuga y/o peligro de entorpecimiento”.
Y añadió: “Tengo especialmente en cuenta que la orden fue inserta en el registro de Interpol el 11 de enero pasado, por lo que no existe elemento alguno que controvierta los dichos del requerido en el sentido de que ignoraba, hasta hace un par de días, las actuaciones por la que es reclamado. Tampoco del relato de los hechos efectuados en la orden surge claramente que el nombrado tuviera conocimiento del proceso existente en dicho país. Ello así, nada indica que la salida del requerido de Ucrania hubiese tenido por específica finalidad sustraerse del accionar judicial de aquel país”.
De ese modo, un día después de su llegada a Ezeiza, Churkin fue excarcelado con la obligación de informar “cualquier circunstancia que pudiera mantenerlo fuera de su domicilio por más de 48 horas” y con la prohibición de salir de la Argentina para someterse al procedimiento de extradición en curso.
Para la próxima semana, en tanto, se espera la intervención del Consulado de Rusia y el pedido por parte del abogado de Churkin para que se le conceda el tratamiento de refugiado con asilo político.
Agencias