La ex eurodiputada del PSOE María Muñiz de Urquiza, que llegó a formar parte del Comité Federal, se da de baja del partido, al que ve ahora convertido en un “engendro”
NotMid 02/02/2024
EDITORIAL
La colusión perversa perpetrada por el PSOE con el independentismo supremacista y la izquierda radical, como andamiaje sobre el que sostener esta legislatura, ha convertido al partido en un engendro político cuyo algoritmo está diseñado para, por encima de cualquier otra consideración, mantener el poder.
Y con ese objetivo tautológico, ante la estupefacción de militantes y simpatizantes genuinamente progresistas, transita erráticamente entre contradicciones argumentales, evisceración de las instituciones, piruetas ideológicas y explicaciones abracadabrantes, efímeras y oportunistas.
Como el pez de El viejo y el mar, el PSOE, arrastrado por una barca desnortada, se va dejando jirones de sí mismo en las fauces insaciables de los falsos amigos compañeros de viaje de un piloto desaforado. Y, así, la igualdad de las personas ante la ley la devoraron los beneficios a algunos políticos; la solidaridad entre territorios se la llevaron de un mordisco unas injustificadas cesiones de fondos y competencias; la libertad de expresión en el interior del partido se ahogó entre expedientes y condenas al ostracismo; se traicionaron con descaro promesas electorales; se miró para otro lado cuando había que mirar de frente y construir un muro -ahí sí, presidente- de defensa de la lucha histórica de las mujeres por la igualdad, del acceso de los jóvenes a la vivienda, del respeto a la separación de poderes, de la unidad civil y democrática frente al terrorismo.
En fin, ya con lo que importa en las raspas, nos ha quedado lo feo y ese triste mantra del desconsuelo de que «por lo menos no gobierna la (extrema) derecha», con el que no se quiere decir lo que se está diciendo: «Por lo menos así no hay alternancia».
A lo largo de mi vida laboral, desde el compromiso político y sin duda cometiendo errores, he representado en el Parlamento Europeo a los votantes socialistas; he debatido, defendido y negociado en las distintas dimensiones de la telaraña institucional europea las propuestas tácticas y estratégicas del PSOE, con el fin de dotar de eficacia a sus planteamientos ideológicos; he desempeñado cargos en todos los niveles orgánicos del PSOE, de la agrupación local al Comité Federal; he aportado mis conocimientos técnicos y mi capacidad de trabajo al grupo parlamentario socialista europeo, a comités de campañas electorales y a grupos sectoriales.
Todo ello lo he hecho con orgullo y con convicción. Con convicción subjetiva, que es un factor ético y por tanto, en política, valioso; y con convicción objetiva, la que le lleva a uno a hacer lo que cree que debe y no lo que le interesaría personalmente. Con el orgullo de formar parte de un proyecto que consideraba positivo para el país, para Europa y para la gente, en particular para los más vulnerables.
Todo ello ha llegado hasta aquí. Qué lástima, pero adiós, compañeros.
* María Muñiz de Urquiza fue eurodiputada del PSOE entre 2009 y 2014 y es doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid