La ciudadanía se ha unido y movilizado por una idea compartida y solidaria de la España que construimos entre todos
NotMid 13/11/2023
EDITORIAL
La España cívica, la que confía en sí misma, la que cree en un país de ciudadanos libres e iguales, la que entiende que una sociedad sólo avanzará si prevalece la convivencia, esa España se ha unido este domingo en las calles para protagonizar un clamor masivo contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que esta semana conseguirá mantenerse en el poder a través de una investidura que ha negociado alentando la división, entregándose al enfrentamiento y concediendo privilegios basados en la desigualdad. Hoy se ha visualizado como hacía mucho tiempo que cientos de miles de ciudadanos están dispuestos a movilizarse para defender el Estado de Derecho, la igualdad ante la ley y la idea compartida y solidaria de España que construimos entre todos desde el consenso constitucional de 1978.
En las capitales de todas las provincias han acudido a la llamada del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para plantarse ante la amnistía y el resto de cesiones que el presidente Sánchez ha pactado con los nacionalistas catalanes y vascos, acuerdos con los que ha violentado ese proyecto común de país moderno. «Nadie es más que nadie en la España constitucional, por muy presidente del Gobierno que uno sea o quiera ser. Nadie es más que nadie cuando España está unida», resumió Feijóo desde el epicentro de unas marchas cuyos eslóganes iluminan el sentir de la sociedad: «España ha despertado» o «En mi nombre no».
Tras una semana de protestas continuas frente a las diferentes sedes del PSOE, este domingo ha quedado claro que quienes intentan estigmatizar a los manifestantes sirviéndose de los grupos minoritarios violentos ya no podrán hacerlo más. Las multitudinarias convocatorias que hemos visto han transcurrido sin incidentes, y se fraguaron desde las convicciones morales y democráticas de sus asistentes.
Ningún dirigente democrático, y Sánchez lo es, puede ignorar una movilización de esta magnitud, extendida por todo el país. Ni su mensaje: al menos la mitad de los españoles percibe que los acuerdos con los independentistas alteran decisivamente las bases de la convivencia y se adoptan no sólo sin tenerlos en cuenta, sino en su contra, porque se argumenta abiertamente que la motivación es bloquear la alternancia. La sociedad civil ya no permanece en silencio, como muestra también nuestra serie Mis razones contra la amnistía, en la que intelectuales y referentes de esa sociedad expondrán a diario sus argumentos para oponerse a la medida de gracia que ha dinamitado todo.
Se anticipa, en fin, una legislatura explosiva. El presidente Sánchez ha sometido España y su estabilidad a Junts, ERC y el PNV a través de un marco negociador permanentemente abierto desde posiciones de máximos. Afrontará cesiones continuas, y de naturaleza existencial, incluido el referéndum, cada vez que necesite sacar adelante una nueva medida o un presupuesto. Ante ello, una sociedad civil en marcha, mayoritaria y cívica, ha comenzado a movilizarse y a dar la cara desde un compromiso ético.