Se sabe que el asunto es parte del acuerdo de Barbados, suscrito entre los representantes del régimen de Maduro y la oposición. La incorporación de unos cuatro millones de votantes fuera del territorio y la actualización de los datos de unos dos millones de ciudadanos dentro del país serán determinantes
NotMid 13/11/2023
IberoAmérica
Desde la llegada a Venezuela del chavismo y la “refundación” de los poderes públicos vivida en el país, una de las principales consignas del Consejo Nacional Electoral (CNE), cercano siempre al régimen instalado por Hugo Chávez, fue la inscripción y actualización de los datos de votantes en el país.
La medida correspondía a los intereses de la dictadura de legitimarse electoralmente a través de los nuevos sufragantes, que se presumía serían adeptos a la ideología socialista.
Sin embargo, con el inicio de la grave crisis económica, la muerte de Chávez y la debacle institucional, que acabó por desbaratar la fachada democrática existente en el país, el panorama cambió.
Las pomposas campañas de inscripción de nuevos votantes y actualización de datos, que otrora se instalaron con mucha fanfarria en las principales ciudades y hasta en pequeños pueblos, fueron reducidas a la disponibilidad de atención de ciudadanos en las oficinas principales del organismo en las capitales de cada región
“Esa etapa de facilitar la inscripción en el Registro llegó hasta cuando el apoyo popular al chavismo se mantuvo. Una vez que el apoyo popular ha mermado, no se ha facilitado la inscripción de nuevos votantes para impedir que nuevos electores, probablemente contrarios a la revolución bolivariana, puedan inscribirse y votar”, explicó el periodista especializado en temas electorales, Eugenio Martínez.
Eugenio Martínez es periodista especialista en política y procesos comiciales y director de Votoscopio.com, una iniciativa enfocada en recopilar, analizar y difundir información relevante sobre el sistema electoral. Es conocido en redes sociales como @Puzcas por su contenido informativo (Foto: @Puzcas)
El reclamo por la actualización de datos se ha hecho cada vez más resonante entre entre la sociedad civil venezolana y ha cobrado mayor fuerza desde que se dijo que el asunto forma parte de los puntos establecidos entre la oposición y el chavismo en el acuerdo de Barbados.
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Para Martínez, quien es también director de Votoscopio.com, una iniciativa enfocada en recopilar, analizar y difundir información relevante sobre procesos electorales,“es evidente que el Registro Electoral en Venezuela necesita una actualización profunda”.
La medida estaría sustentada “porque los datos que hay al día de hoy no reflejan la dinámica poblacional a lo interno que se ha generado por la emergencia humanitaria compleja, el desplazamiento interno de los ciudadanos y mucho menos refleja la migración de los últimos años. Así que es una base de datos que tiene un número importante de inconsistencias porque no refleja lo que ha ocurrido desde el punto de vista migratorio en los últimos años”.
Votantes dentro de Venezuela
Evitar a toda costa la inscripción de nuevos votantes y la actualización de datos parece ser la misión del CNE, después de la desaparición de las activas jornadas para efectuar cambios en el padrón de votantes que se convocaron hasta hace una década.
“Al día de hoy la única forma de inscribirse en el Registro Electoral y actualizar los datos en el registro implica que cada ciudadano tiene que ir a la capital del estado donde reside. Y eso en un país donde no hay energía eléctrica, no hay gasolina y hay problemas inauditos en pleno siglo XXI, pues dificulta muchísimo cualquier actualización del Registro Electoral” explicó el periodista.
Los votantes en el exterior
De acuerdo con cifras de la Organización de Naciones Unidas, la cantidad de venezolanos en el exilio es cercana a los 7.5 millones de personas. Sin embargo, de acuerdo con el último corte del Registro Electoral presentado por el ente comicial, a finales del mes de octubre, la cifra de venezolanos inscritos en las embajadas y consulados del país es de 107.496 ciudadanos.
Desde la oposición al chavismo estiman que fuera del país existen cerca de cuatro millones de ciudadanos que están aptos para votar, pero no están inscritos debido a las restricciones impuestas por el régimen.
De acuerdo con el artículo 24 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales venezolana “sólo podrán Sufragar en el exterior los electores y las electoras que posean residencia o cualquier otro régimen que denote legalidad de permanencia fuera de Venezuela”.
Pese al mandato legal claro y contunde de la Ley las sedes diplomáticas del régimen, según explicó Martínez, han interpretado este mandato para convertirlo en un trámite complejo.
“¿Qué quiero decir con esto? Que se ponen requisitos adicionales para presentarse en el Registro Consular primero, y después actualizarse en el Registro Electoral. Requisitos adicionales a los que pide incluso el país de acogida”, precisó el comunicador.
El pasado 22 de octubre María Corina Machado fue electa en una consulta interna como la candidata unitaria de la oposición para las elecciones presidenciales de 2024 (AP/ARCHIVO)
Oposición en “rebanadas”
Suele decirse que el chavismo durante años ha jugado a la estrategia del rebanado de la oposición para imponerse en las mediciones electorales ¿En qué consiste esta jugada?
– Para ganar en 2024, Maduro necesita al menos tres acciones: tener control electoral – que evidentemente lo garantiza, especialmente con la designación del nuevo Consejo Nacional Electoral- generar abstención y generar dispersión del voto opositor o del voto que va a ir en contra.
La abstención la genera, bien sea porque las condiciones para el debate, el debate sobre el fraude, el debate sobre la actualización del registro electoral o la imposibilidad de actualizar el registro Electoral porque las zonas que son más opositoras es donde más dificultades hay. Las zonas geográficas, quiero decir, es donde más dificultades hay para actualizar el registro electoral, inscribir nuevos votantes, mientras que las zonas geográficas donde hay cierto control político territorial del gobierno venezolano. Ahí es muy sencillo inscribir o actualizar votantes bajo la premisa de que quien vote en esa zona va a estar bajo el control de algún comisario político el día de la elección.
Lo otro es generar dispersión del voto, y la dispersión del voto generalmente la genera el chavismo, permitiendo que existan uno o varios candidatos opositores, que seguramente es lo que vamos a ver en el año, en el año 2024.
El recién designado cuerpo directivo del Poder comicial de Venezuela está encabezado por Elvis Amoroso, quien fue diputado por el chavismo y como contralor general de la república estuvo a cargo del proceso de inhabilitación contra la candidata de la oposición María Corina Machado (REUTERS/FOTO ARCHIVO)
Para los comicios presidenciales del próximo año está previsto que además de Maduro, quien se espera sea el candidato del chavismo y María Corina Machado, recién electa como candidata unitaria de la oposición, también se presenten como representantes de la “disidencia” el comediante Benjamín Rausseo y algún otro adverso no aglutinado en la Plataforma Unitaria.
“¿Cuál es el problema?”, cuestiona Martínez. “El nivel de votación de Maduro en este momento es bastante bajo, pero es sólido. Podemos decir que el 20% de los venezolanos al día de hoy votaría por por Nicolás Maduro. El otro 80% se va a dividir entre los que creen que hay que votar o no, generando la abstención. Y entre la dispersión del voto entre la candidata de la plataforma unitaria, el candidato independiente que es Benjamín Rausseo y el candidato que salga de la Alianza Democrática, que es esa oposición que está más interesada en ser oposición a la plataforma unitaria que en ser oposición a Nicolás Maduro”.
De acuerdo con los datos registrados por el director de Votoscopio las necesidades de ajuste en el Registro Electoral venezolano son de cuatro millones de personas que viven el exterior y de dos millones dentro del territorio.
Los números son lo suficientemente significativos como para cambiar el resultado de una elección, en favor o en contra de cualquiera de las corrientes que se dispute el poder, si es que se presentan las garantías electorales de transparencia reclamadas para la consulta.
Agencias