Puigdemont desnuda la debilidad de un Gobierno que dependerá de minorías radicales y esencialmente corruptas
NotMid 04/11/2023
EDITORIAL
Carles Puigdemont, autor del mayor golpe reciente al orden constitucional, huido de la Justicia y principal deslegitimador de la democracia española en el exterior, está exprimiendo hasta el límite el enorme poder de condicionar la vida pública que le ha otorgado el presidente del Gobierno. La exhibición de su negativa a cerrar ya el acuerdo que garantizará los siete votos necesarios para que Pedro Sánchez sea investido es la viva demostración de la debilidad del presidente en funciones y de su futuro Gobierno, que dependerá permanentemente de minorías radicales y esencialmente corruptas como Junts.
Tras la defensa abierta de la amnistía por «necesidad» que Sánchez expuso en el Comité Federal del PSOE, la fotografía humillante de Santos Cerdán con Puigdemont y el pacto PSOE-ERC, el presidente se encuentra atado a los designios del prófugo. A su vez, este necesita vender ante su electorado que ha conseguido un botín mayor que las millonarias concesiones económicas y las inaceptables cesiones políticas logradas por Oriol Junqueras.
Junts reclama ahora al PSOE que el texto de la ley de amnistía afirme que el Estado urdió montajes judiciales para neutralizar al secesionismo tras la celebración del referéndum de 2017. De este modo, el Gobierno amnistiaría a al menos un centenar de implicados en causas colaterales por delitos de simple corrupción. En esa nómina se hallarían desde Laura Borràs hasta Miquel Buch, pero también los señalados en la operación Volhov, que, además de presunta corrupción, ha constatado la existencia de contactos fluidos entre Josep Lluís Alay, jefe de gabinete del entonces president, y enviados del Kremlin. Los nexos del círculo de Puigdemont con figuras conocidas de la Rusia de Putin, incluido su servicio de inteligencia militar (GRU), en los meses previos al 1-O están probados. De hecho, un día antes de declarar la independencia, el propio Puigdemont se reunió en su residencia oficial con un presunto emisario del Kremlin que supuestamente le ofreció dinero y 10.000 soldados. ¿Está el Gobierno dispuesto a amnistiar una causa aún secreta que ha desvelado vínculos con Rusia en plena guerra de Ucrania?
Son lo que denominan «flecos pendientes» de un acuerdo que supondrá la impunidad no sólo de los principales líderes independentistas, sino incluso de grupos violentos como Tsunami Democràtic, la plataforma que organizó el intento de tomar por la fuerza el aeropuerto de El Prat y que, según la Guardia Civil, coordinaba la dirigente de ERC Marta Rovira; o la cédula de CDR que manejaba explosivos, enviada ayer a juicio por presunto terrorismo.
Los pactos que labra Sánchez para mantenerse en el poder son un ataque frontal a la igualdad, la ley y la convivencia. El PSOE habla de «concordia», pero sólo alimenta la división, tanto en el conjunto de España como en la propia Cataluña.