Tras la explosión del conflicto entre Israel y Hamas las redes sociales están inundadas de antisemitismo, más del habitual
NotMid 01/11/2023
ASIA
El capital judío, antes de mudarse a Palestina, quería instalarse en la antigua Manchuria, al noreste de China. Para conseguirlo, financió al ejército imperial japonés con el único fin de que masacrara a millones de chinos. Los judíos están detrás de la crisis financiera asiática de 1997 y de la actual destrucción ambiental. También del asesinato de John F. Kennedy. Son los que actualmente mueven los hilos, de forma encubierta, en el Gobierno de Estados Unidos. Y los que controlan los asuntos globales más relevantes.
Todo tipo de disparatadas teorías de la conspiración judeomasónica han circulado durante años por el ciberespacio de China. Ahora, tras la explosión del conflicto entre Israel y Hamas, y la devastadora ofensiva del ejército israelí sobre Gaza, las plataformas de redes sociales, vigiladas siempre muy de cerca por los censores estatales, están inundadas de antisemitismo, más del habitual.
Hace unos días, tras una ola de comentarios equiparando las acciones de Israel con el nazismo, la embajada alemana en Pekín publicó una reprimenda en su cuenta de Weibo, el hermano chino de X, que tiene más de 200 millones de usuarios activos en el gigante asiático.
“Aquellos que deliberadamente combinan la bandera israelí con símbolos nazis en sus fotos de perfil, son idiotas, ignorantes o bastardos desvergonzados”, rezaba un comentario que lo único que provocó fue una reacción más aireada de miles de usuarios directamente contra Alemania, a la que acusaban de ponerse de lado de Israel mientras este país ejecuta un genocidio contra los palestinos.
En Weibo es habitual que los censores metan mano cuando las tendencias sobre un asunto en concreto devienen en múltiples discursos de odio, sobre todo si afectan a temas de la política interna o geopolíticos trascendentes. Siempre se controlan los mensajes que circulan, como ocurrió cuando Rusia lanzó su invasión de Ucrania. Los sistemas de vituperio lanzaron rápido un barrido para limpiar miles de críticas hacia el régimen de Vladimir Putin, siguiendo la línea del discurso oficial del Gobierno, que no criticaba la invasión rusa.
Tras el ataque de Hamas del 7 de octubre, los líderes de Pekín en un principio no condenaron directamente al grupo integrista ni respaldaron el derecho de Israel a defenderse. Se limitaron a pedir un alto al fuego, la protección de los civiles en Gaza y la solución de un estado independiente para Palestina, que es la posición tradicional del Gobierno de Xi Jinping. Todo ello enfureció a Israel, que manifestó desde su embajada en la capital china su “profunda decepción” con uno de sus socios comerciales más fuertes.
La sangrienta respuesta del ejército israelí en Gaza, sumada a las dramáticas fotos que circulan de los civiles palestinos masacrados, ha desatado una ira en redes contra Israel que corre sin el habitual bloqueo de los censores, quienes eliminan rápidamente las conversaciones que el Gobierno considera políticamente sensible. El contenido antisemita, siguiendo los habituales estándares que prohíben los discursos de odio que puedan incitar a la discriminación racial o la violencia, extrañamente no está pasando ningún filtro.
“Hamas, una organización de resistencia, sigue siendo demasiado blanda con esos lacayos del colonialismo. Israel es ahora sólo una versión judía de los nazis”, dijo en una retransmisión una influencers china llamada Su Lin, que cuenta con más de dos millones de seguidores. Fueron muchos los comentarios que apoyaban las tesis que Su soltaba en el vídeo.
Mientras el odio se ha propagado por redes, en los medios controlados por el gobernante Partido Comunista han aprovechado la situación en Oriente Próximo para llevar el conflicto a la rivalidad entre China y Estados Unidos. “Washington está en el lado equivocado de la historia en Gaza y está exacerbando el conflicto al respaldar ciegamente a Israel”, dice un editorial del periódico China Daily.
En un programa de la cadena estatal CCTV resucitaron una vieja teoría de la conspiración sobre que detrás del conocido como el “siglo de la humillación” -periodo en el que muchos políticos chinos dicen que su país se encontraba subyugado por potencias extranjeras- estaban los judíos que lo controlaban todo desde EEUU.
Esta semana, una noticia en el Wall Street Journal destacaba que dos de las principales empresas tecnológicas del país asiático, Alibaba y Baidu, habían eliminado el nombre oficial de Israel de sus mapas digitales, disponibles en muchas de sus aplicaciones en línea. Estos mapas, que están en mandarín, demarcan las fronteras internacionalmente reconocidas de Israel, así como los territorios palestinos, pero no identifican claramente al país por su nombre.
Mientras el sentimiento antiisraelí prolifera en el Internet chino, la diplomacia del gigante asiático parece que va por otro lado, al menos tratando de tender puentes entre israelíes y palestinos, queriéndose posicionar como un factible mediador de paz. La semana pasada, Wang Yi, el ministro de Exteriores, llamó a sus homólogos israelíes y palestinos para pedirles moderación, mientras que Pekín tiene en la región a un enviado especial que dice estar trabajando con todas las partes para impulsar conversaciones de paz.
Agencias