El líder ruso insiste en que Wagner “no existe” por ley y anuncia que miles de sus mercenarios se han unido al ejército
NotMid 06/10/2023
MUNDO
No lo derribaron desde fuera, sino desde dentro. Es la teoría que ha puesto en circulación Vladimir Putin sobre la muerte en una catástrofe aérea del hombre que desafió a su ejército, Evgeni Prigozhin.
El presidente ruso sugirió hoy jueves que el siniestro aéreo que mató al jefe mercenario de Wagner en agosto fue causado por granadas de mano que detonaron dentro del avión. Descarta así un ataque con misiles, la teoría que apunta a una autoría del Ministerio de Defensa, principal enemigo de Prigozhin en esos días.
El avión privado Embraer en el que Prigozhin viajaba a San Petersburgo se estrelló en la región de Tver, al norte de Moscú el 23 de agosto. Murieron las 10 personas a bordo, incluidos otros dos mandos importantes de Wagner, los cuatro guardaespaldas de Prigozhin y una tripulación compuesta por tres personas.
En una reunión del Club de Debate Valdai en el balneario de Sochi, en el mar Negro, Putin sugirió que el avión fue explosionado desde dentro, asegurando que el jefe del comité de investigación de Rusia le había informado hace unos días: “Se encontraron fragmentos de granadas de mano en los cuerpos de los muertos en el accidente”.
Funcionarios estadounidenses dijeron poco después de la muerte de Prigozhin que creían que había sido derribado. Putin lo niega ahora: “No hubo impacto externo en el avión; esto ya es un hecho establecido”.
MUERTE SILENCIADA
La muerte de Prigozhin ha desaparecido de los medios rusos durante este mes y medio. El Kremlin ha descartado una investigación internacional. Los investigadores del accidente aún no han informado públicamente sobre la causa.
Putin no aportó pruebas ni dio muchas más explicaciones. No está claro cuál sería pues el móvil de ese wagnercidio: una venganza desde dentro, una pelea a bordo o más bien algún tipo de atentado con medios más caseros. La tesis de la granada es valiosa para el Kremlin porque abre el espectro y difumina el papel del Estado, que pareció desde el principio el más lógico sobre todo después de que Putin llamase “traidor” a Prigozhin por su motín de junio.
Putin no explicó cómo varias granadas pudieron haber sido detonadas a bordo, pero dijo que pensaba que los investigadores se equivocaron al no haber realizado pruebas de alcohol y drogas en los cuerpos de los que murieron en el accidente, sobre todo teniendo en cuenta que se habían encontrado grandes cantidades -“kilos”, dijo el presidente- de cocaína en la oficina de Wagner en San Petersburgo. Putin no explicó qué papel juega la cocaína en el hecho de que un avión caiga sin parte de la cola desde 8.000 metros de altura.
El motín de Prigozhin planteó el mayor desafío al Gobierno ruso desde que Putin llegó al poder en 1999. Los diplomáticos occidentales consideran que es una prueba de las tensiones sobre Rusia por la guerra en Ucrania.
Hablando de Wagner, el presidente ruso dijo que las empresas militares privadas no existen y nunca existieron en Rusia, porque no hay una ley sobre las empresas de mercenarios. “Era un nombre periodístico: una empresa militar privada”, dijo Putin, obviando que tras el motín detalló los pagos millonarios de su Gobierno a Wagner. El presidente señaló que la investigación sobre el accidente del avión privado de Prigozhin aún no ha concluido.
Putin aprovechó para señalar que varios miles de combatientes de Wagner han firmado contratos con las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa. A Moscú ya no le servía Prigozhin, pero quiere reciclar a sus soldados.
Agencias