NotMid 27/09/2023
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Lo más difícil al saltar por primera vez al Bernabéu es que no te pese la camiseta del Madrid. Lo más difícil al hacer por primera vez el paseíllo en las Ventas es llenar el traje o vestido de torear, que no te pueda la plaza y sepas templar y mandar sobre tu ambición. Y lo más difícil en política, sobre todo, cuando subes por primera vez a la tribuna del Congreso de los Diputados, es demostrar capacidad y liderazgo, solvencia y credibilidad. Y que te crees superior moralmente a tu enemigo. Y eso ha demostrado Feijóo cumplidamente en su discurso de investidura, frente a un Sánchez que hará lo que sea para desacreditarlo y para acreditarse como presidente legítimo, pero ya no lo será, porque el previsible jefe de la oposición no se lo admite.
Aparte del tono, la tranquilidad y la forma de mirarlo de arriba abajo, que recordó el de su debate televisivo, Feijóo reivindicó su candidatura y deslegitimó la de Sánchez cuando dijo que tenía “los votos suficientes” para la investidura, pero que no aceptaba las condiciones que le ponían los separatistas. Y que si Sánchez acepta esas condiciones -la amnistía, el referéndum, pagar la ruina económica de Cataluña- muestra una absoluta incapacidad moral para ser presidente de todos los españoles. Ya no hay marcha atrás. No más coqueteos con el PNV y, menos aún, con Puigdemont. Hasta ahora, cabía excusarlos, mal, en el encargo del Rey, que Feijóo ha explicado bien. Desde hoy, los sorayos que soñaban apaños “entre derechas” deberán dedicarse a otra cosa. Sobre todo, a no estorbar en la oposición a la dictadura sanchista.
En baloncesto, por seguir con los símiles, es clave coger la posición, la ventaja para defender o encestar. Pues bien, Feijóo ha cogido la posición ante Sánchez y ha asumido los galones de jefe de la oposición contra la demolición del régimen constitucional. Sea cual sea el resultado del viernes -que podemos adivinar-, Feijóo ha anunciado que ni ha pactado ni va a permitir que Sánchez pacte cómodamente con Ternera y Puigdemont la liquidación de España. Se ponga como se ponga el dictador en ciernes, va a tener oposición. Más de 11 millones de españoles que votaron a PP y Vox. Pero, sobre todo, contra Sánchez y sus socios, lo han visto hoy. Esperemos que Feijóo no defraude las expectativas que acaba de crear.