Demasiados permisos, falta de experiencia, edades avanzadas y empresas ‘lowcost’: el combo que ha llevado a la peor temporada de la historia en el techo del planeta
NotMid 27/06/2023
ASIA
En 2014 una avalancha en la cascada de hielo del Khumbu, el tramo más difícil de la ascensión clásica al Everest, provocó la muerte de 16 guías nepalíes, la mayoría de ellos ayudantes para un documental de Discovery Channel. Fue la mayor catástrofe de la historia en el techo de la Tierra. El 2014 quedó grabado en la montaña como el año más mortífero. Hasta este año. Con sólo un accidente destacable -nuevamente en la cascada de hielo del Khumbu, con tres víctimas-, el Everest ha registrado en 2023 su temporada con más muertos, 17, una cifra que asusta al alpinismo. ¿Qué está pasando?
El 1 de mayo, el estadounidense Jonathan Sugarman, doctor jubilado, de 69 años, murió en el campamento II tras afirmar “sentirse mal”. El 17 de mayo, la india Suzanne Leopoldina, maestra de 58 años con un marcapasos, murió tras sufrir un infarto en el campamento base antes siquiera de empezar su ruta. El 18 de mayo, el chino Xuebin Chen, de 52 años, murió cerca de la cumbre sur después de quitarse el oxígeno artificial para limpiarse las gafas. El 24 de mayor, el canadiense Pierre Swart, anestesista de 63 años, murió en el descenso por culpa de “un edema pulmonar”. Hay un patrón. Aventureros mayores de 50 años, con escasa experiencia en alta montaña, fallecidos por culpa del agotamiento, la falta de oxígeno y, en general, efectos del esfuerzo y la altitud.
“El patrón de la escalada al Everest ha cambiado. Antes solían venir alpinistas experimentados, pero ahora hay muchos novatos que quieren llegar arriba”, comentaba Ang Norbu Sherpa, presidente de la Asociación Nacional de Guías de Montaña del Nepal, al ‘The Guardian’ y no le faltaba razón. Hay muchos expedicionarios que carecen de la formación y la preparación suficiente para alcanzar los 8.848 metros de la montaña más emblemática del planeta. Pero ya los había hace cinco años, hace 10 e incluso hace 15.
EXCESO DE PERMISOS
Este año hay un motivo más evidente: los 478 permisos concedidos por Nepal para intentar la subida. Un récord absoluto. Una cifra que genera atascos y obliga a estar más tiempo en altitud. Un número consecuencia de los años en blanco por la pandemia y de la proliferación de empresas nepalíes low cost que ofrecen sus servicios. Ascender al Everest ya no es tan caro como era, el precio ha bajado de los 50.000 o 60.000 euros hasta incluso los 30.000, pero se ha rebajado seguridad. “Si quitamos las tres muertes en la cascada de hielo, las demás muertes podrían haberse evitado siguiendo las normas de seguridad y teniendo oxigeno suficiente en todo momento”, analizaba Lucas Furtenbach, propietario de la empresa Furtenbach Adventures, en la revista ‘Outside’. “Hay gente que ha perdido la vida por ahorrarse 10.000 euros”, añadía Caroline Pemberton, dueño de la empresa Climbing the Seven Summits, al mismo medio.
El aumento del número de aspirantes a la cima del Everest, su inexperiencia y la pérdida de medios son motivos suficientes para explicar la cruda cifra de fallecidos de este 2023, pero podría haber otra razón: el cambio climático. O eso cree el Gobierno de Nepal. Según declaró la semana pasada a varios medios su director de turismo, Yuba Raj Khatiwada, “la metereología es cada vez más variable y por eso la montaña es cada vez más peligrosa”. Aunque hay escaladores que aseguran que en la cima este 2023 ha hecho más frío de lo habitual, no hay datos que respalden esas afirmaciones y todo parece una defensa gubernamental ante tanta desgracia.
¿QUÉ PASARÁ EN EL FUTURO?
Culpar el cielo es la manera más sencilla de sortear el problema. En otras montañas, como el Denali, el Aconcagua e incluso en el propio Everest por el lado chino, los Gobiernos y las agencias han restringido el ascenso a expertos y obligan a contar con determinadas medidas de seguridad, pero el Everest es esencial para la economía del Nepal. Y limitar el número de alpinistas sería limitar el crecimiento del país. El Gobierno nepalí ha anunciado que estudiará endurecer los requisitos para subir -que desde 2019 incluyen una revisión médica, un seguro y una certificado de “entrenamiento en montaña”-, pero poco más. Si acaso se aprobará alguna propuesta, como la de obligar a los clientes y los sherpas a llevar GPS para simplificar los rescates.
El número de montañeros inexpertos y de edades avanzadas en el techo del planeta seguirá creciendo y así seguirán aumentando las desgracias. Los 17 muertos de 2023 suponen un triste récord que sólo tiene que esperar a 2024 para ser superado.
Agencias